La Premier League se convirtió el pasado curso en Territorio Citizen. El dominio del Manchester City fue tan abrumador, tan anunciado, que lo de adjudicarse el título cuando aún le faltaban cinco partidos por disputar fue lo de menos. La cantidad de récords que trituró fue contundente. El de más puntos (100), mayor diferencia con respecto al segundo (19), más victorias (32), más triunfos a domicilio (16), más partidos seguidos ganados (18), diferencia de goles a favor (79), menos minutos yendo por detrás en el marcador (153)? Una barbaridad. En su segundo curso en el banquillo del Etihad Stadium, Pep Guardiola confeccionó un bloque tan brillante como efectivo al que ningún rival pudo hacer sombra en la competición doméstica. Otro cantar fue el intento de asalto a la Champions, cortado por el Liverpool de forma contundente en cuartos de final.

De cara a la Premier 2018-19, que arrancó anoche con la victoria por 2-0 del Manchester United en Old Trafford ante el Leicester City, el City sigue ocupando la cúspide de la pirámide en lo que a aspirantes al título se refiere. Sin bajas en su armazón principal más allá de Yaya Toure, más sensible en lo sentimental que en lo futbolístico, la escuadra azulada sigue siendo tan completa y multidisciplinar como antaño, apuntalada sobre todo con la llegada desde el Leicester de Riyad Mahrez a cambio de 67,80. El City apenas se ha dejado ver en este mercado estival porque contaba ya con un plantel llamado, al menos a priori, a volver a gobernar con mano de hierro el fútbol de las islas. Lo de Europa será otro cantar.

En el favoritismo del City influye tanto su propio potencial como la pérdida de terreno de los otrora ogros Manchester United, Chelsea o Arsenal, con el Tottenham como conjunto más sostenible en la relación expectativas-rendimiento. En el caso de los de Old Trafford, segundos el año pasado, su último título liguero data de 2013, una eternidad para un club acostumbrado en las últimas décadas a ganar trofeos ingleses por inercia. José Mourinho, que cumple su tercer ejercicio a los mandos, se ha quejado amargamente durante el verano por la falta de refuerzos de primera fila -han llegado Fred, mediocentro del Shakhtar, por 59 millones y Diogo Dalot, lateral derecho del Oporto por 22- y tiene una patata caliente que resolver con la rebeldía de Paul Pogba, que lleva semanas tratando de forzar su salida rumbo a Barcelona. El orden defensivo que impone el luso a sus grupos se hizo notar el pasado curso, pero marcando solo 68, pese a contar en nómina con Romelu Lukaku, Marcus Rashford, Alexis Sánchez y compañía, es difícil aspirar a la gloria.

Al Tottenham, tercero el pasado curso, le faltan también un par de pasos para hacer frente en un torneo de la regularidad a un trasatlántico como el City. Sin apenas cambios en el plantel, Mauricio Pochettino lidera un conjunto bueno y bonito, de los que entran por los ojos -da gusto ver jugar a los Harry Kane, Dele Alli, Christian Eriksen o Son-, pero al que el pasado ejercicio se le hizo algo largo, tanto en la Champions como en la Premier. Donde sí que ha habido efervescencia mercantil ha sido en el Liverpool, que ha desembolsado 182 millones para reforzar un plantel que la pasada campaña ofreció un gran rendimiento para acabar cuarto el torneo doméstico y llegar a la final de Champions. Con Alisson, el portero más caro del mundo (62,5 millones se llevó la Roma) hasta el fichaje de Kepa por el Chelsea, Naby Keita, Fabinho y Shaquiri uniéndose a Mohamed Salah, Roberto Firmino, Sadio Mané y compañía en la causa red, ¿volverá a la ciudad de Merseyside un título liguero que pasa de largo desde 1990?

RECUPERAR TERRENO Por detrás del cuarteto que la pasada temporada se ganó el derecho a jugar Champions, asoman Chelsea y Arsenal, obligados por historia reciente e inversión a recuperar terreno perdido. Los blues pasaron en un año de la primera a la quinta plaza y han llevado a cabo una pequeña revolución. Maurizio Sarri ha ocupado la plaza de Antonio Conte en el banquillo, Kepa sustituye al ahora blanco Thibaut Courtois bajo palos y llega desde el Nápoles, al igual que el técnico, Jorginho para apuntalar el centro del campo. La mejor noticia para el Chelsea es que, por ahora, ha logrado retener a Willian y Eden Hazard, aunque sigue haciendo falta más goles en la punta. Por su parte, en el Arsenal se abre la era de Unai Emery tras la marcha de Arsene Wenger, toda una institución del club desde 1996. Los gunners han perdido músculo competitivo y económico con respecto a las grandes potencias y no parece que la llegada del guardameta Leno, el central Sokratis y el centrocampista Torreira vaya a ser suficiente para recuperarlo.

Entre el resto de equipos, el West Ham, que ha gastado 99,4 millones en el mercado, el Everton, que ha invertido 91,9 -se ha llevado del Barcelona a Lucas Digne, Yerry Mina y Andre Gomes- deberían rondar puestos europeos.

1. Kepa Arrizabalaga (Chelsea)80 millones

2. Riyad Mahrez (Man. City)67,8

3. Alisson (Liverpool)62,5

4. Naby Keita (Liverpool)60

5. Fred (Man United)59

6. Jorginho (Chelsea)57

7. Fabinho (Liverpool)45

8. Richarlison (Everton)39,2

9. Felipe Anderson (West Ham)38

10. André Zambo Anguissa (Fulham)33