Duración: 49:34 minutos de partido.
Saques: 4 de Urrutikoetxea por 3 y 1 falta de Ezkurdia.
Pelotazos: 233 pelotazos a buena.
Tantos en juego: 10 de Urrutikoetxea por 7 de Ezkurdia.
Errores: 5 de Urrutikoetxea por 6 de Ezkurdia.
Marcador: 1-0, 2-1, 3-1, 3-2, 4-2, 6-3, 7-3, 12-4, 13-5, 14-6, 15-12, 16-13, 17-13, 21-14 y 22-14.
Incidencias: Buena entrada en el frontón Bizkaia para presenciar el partido correspondiente a la segunda jornada de la liguilla de cuartos de la jaula en el grupo B.
Bilbao - Tras alcanzar el cartón 22 en la primera jornada de la liguilla de cuartos de final a costa de Altuna III y Artola dentro del grupo B, Mikel Urrutikoetxea y Joseba Ezkurdia se midieron ayer en el frontón Bizkaia en un choque de trenes que cayó del lado del delantero de Zaratamo (22-14), inabordable en una cita en la que impuso su ley para desesperación del de Arbizu. El envite, cargado de alicientes, se decantó desde el tanto inicial a favor del vizcaino, que tuvo que pelear aun así para mantener a raya a su oponente, que encontró motivos para abrazarse a la esperanza mediado el encuentro. Antes y después, en el tramo inicial y final, los galones los exhibió Urrutikoetxea, que aprovechó una falta de saque de Ezkurdia para adelantarse en el luminoso y poner el primer ladrillo en la construcción de su inapelable triunfo.
El partido, no en vano, avanzó con el zaramoztarra sacando músculo y luciendo virtudes y con el navarro mostrándose incapaz de tomar la medida al encuentro. Pablo Berasaluze, tranquilo en todo momento gracias al buen hacer de Urrutikoetxea, vivió el choque de una manera totalmente opuesta a la de Martínez de Irujo, que intentó sin fortuna impulsar a Ezkurdia, que vio cómo el marcador pasaba del 7-3 al 12-3 en contra en un abrir y cerrar de ojos. Lejos de poder tener bajo control al de Zaratamo, el de Arbizu fue perdiendo peso y efectividad a medida que se desarrollaban los acontecimientos hasta verse nueve tantos abajo. Fue entonces, con Urrutikoetxea en estado de gracia y con la confianza por las nubes, cuando Ezkurdia aprovechó el primer descanso largo para tomar el camino hacia vestuarios.
Detrás de él fue Irujo, con la misión de tranquilizar, motivar y espolear a su pupilo. Y lo consiguió en parte, pues fue a partir de ese momento cuando los asistentes al frontón Bizkaia pudieron observar el pundonor del navarro, que logró recortar distancias con más corazón que juego. La fe de Ezkurdia se vio alimentada por una precisión al alza, suficiente para hacer dudar a Urrutikoetxea y enviar el partido a un más que igualado 14-12 desde el 14-5. Los siete tantos seguidos firmados por el de Arbizu, con el vizcaino aletargado, pusieron picante y emoción a la cita. Tres tantos de saque ayudaron a que el luminoso reflejara una igualdad superior a la que se atisbaba en realidad. No tardó en demostrar que así era el campeón del Cuatro y Medio en 2015, que no necesitó mucho tiempo para volver a poner la directa. Firme en el intercambio de golpes y sin facilitar nuevos tantos a su rival, Urrutikoetxea volvió a tomar aire en el marcador y afrontó el segundo descanso largo del envite con cinco tantos de ventaja (18-13). Nada hacía presagiar una remontada de Ezkurdia, pero lo sucedido tras su paso anterior por vestuarios invitó a más de uno a pensar en los efectos positivos de ese reencuentro con el rincón de pensar. Pero no. Esta vez, el descanso no sirvió al navarro para regresar a la cancha con aires renovados. Un error propio, un tanto de saque del delantero vizcaino y un fulminante gancho del de colorado al ancho pusieron tierra de por medio (21-13).
LA ÚLTIMA BALA Quien más quien menos, con saque a favor del de Zaratamo, dio por finalizado el choque, otorgando el segundo punto de la liguilla de cuartos a Urrutikoetxea. El ardor guerrero de Ezkurdia, sin embargo, alargó un tanto más el pleito. Se agarró con su último halo de esperanza al partido el navarro estableciendo el 21-14 con una encomiable mezcla de orgullo y coraje. Apenas celebró el tanto, sabedor de que solo un milagro podía declararle vencedor de un choque que nunca tuvo bajo control, pero Ezkurdia lo intentó hasta el final. Fue mérito del zaramoztarra no dar más motivos para ilusionarse al navarro.