lionel Messi arrancó el campeonato liguero con el Barça en modo sublime. Frente al Betis (6-2) anotó dos goles y participó en los otros cuatro, incluido el que Luis Suárez marcó de falta. Porque Messi, a sus 29 años y batidos todos los récords posibles, ha subido otro peldaño hacia el parnaso futbolístico. Se muestra feliz cuando marca, y más feliz cuando fabrica jugadas magistrales en favor de sus compañeros. Ahora pretende ser un futbolista total persiguiendo la estela de otro ilustre argentino, Alfredo Di Stéfano. Por eso cedió al delantero uruguayo el privilegio de poder engordar su cuenta goleadora, favor al que Luis Suárez respondió trasformando a balón parado el sexto gol, tercero en su cuenta particular.
Bajo el influjo de Messi, el Barça ha iniciado el curso arrasando al equipo bético, que pudo recibir una goleada de escándalo, y eso sin dos ilustres como Neymar o Iniesta, ausentes por vacaciones y lesión.
Sin embargo, en los prolegómenos de la competición hubo dudas, y muchas, sobre en qué estado anímico regresaría el crack suramericano después de una serie de circunstancias que llevaron a la hinchada culé a temerse lo peor, y lo peor hubiera sido la determinación de Leo Messi por cambiar de aires, sobre todo después de la escuchar la sentencia que le condenaba, junto a su padre Jorge Horacio, a 21 meses de prisión por tres delitos fiscales, a pesar de haber devuelto hace tiempo el dinero defraudado a la Hacienda, en los ejercicios de 2007, 2008 y 2009, y pagado las correspondientes multas. El club reaccionó como si la condena hubiera afectado a todo el barcelonismo y respondió promoviendo una campaña de protesta bajo el demagógico eslogan TodossomosLeoMessi, abstrayéndose, claro está, de la millonada que gana el jugador mejor pagado del mundo a costa del soci.
La sentencia se hizo pública el pasado 7 de julio, once días después de que el astro argentino anunciara que no volvería a enfundarse la zamarra albiceleste tras perder su cuarta final con Argentina, fallando el penalti decisivo que entregó a Chile la Copa América Centenario en el estadio MetLife de Nueva Jersey.
Tras el yerro, Messi deambuló por la cancha como un zombi. Luego se sentó en el banquillo y allá, en la más completa soledad, rompió a llorar. “Se terminó para mí la selección. No es para mí. Lamentablemente lo busqué, era lo que más deseaba y no se dio”, justificó el futbolista.
convulsión en argentina La decisión provocó un terremoto en Argentina, donde muchos aficionados no le perdonan que en el Barça brille más que el sol y con la selección de su país coleccione sistemáticamente derrotas. Entonces se tomó conciencia de lo evidente. Que Messi se ha convertido en el Barça en el mejor futbolista de todos los tiempos al amparo de una concepción de juego que le viene como anillo al dedo, además de estar arropado por una fantástica colección de futbolistas. Y eso no ocurre en la albiceleste. A esa conclusión llegaron entonces aquellos que más le criticaban con solo visualizar la terrorífica imagen de una selección argentina sin la Pulga.
Con la pretensión de endulzar sus penalidades al amparo de su familia, el club azulgrana decidió conceder una semana más de vacaciones al genio de Rosario. Debía incorporarse a los entrenamientos el 1 de agosto, con lo cual se perdería los amistosos de pretemporada. Y la estrategia dio resultado. Messi se refugió en las Bahamas primero y en Ibiza después, donde rivalizó con Cristiano Ronaldo en la suntuosidad de sus respectivos yates para regocijo de los paparazzis y público en general.
Tanta isla, arena, agua, sal y tranquilidad acabaron con la paciencia del crack. Semejante abstinencia de balón provocó al parecer un estado tal de ansiedad que Messi decidió adelantar en una semana su regreso a los entrenamientos para felicidad de Luis Enrique, la directiva del club y la afición barcelonista, que definitivamente aventó sus temores sobre el futuro del ídolo. Aquel 24 de julio Messi, además, sorprendió a propios y extraños con un elocuente cambio de look, tiñéndose el pelo de rubio tirando a platino. Antonella, su esposa, fue quien se encargó de distribuir a través de la cuenta de Instagram la nueva imagen de su hombre, que posaba sonriente, como encantado de conocerse.
El buen rollo que en apariencia irradiaba Messi sosegó a los culés y días después, el 12 de agosto, también llenó de alegría a sus paisanos, pues ese día anunció que había reconsiderado su decisión de abandonar la albiceleste. “Veo que hay muchos problemas en el fútbol argentino y no quiero crear ninguno más ni causar ningún daño”, afirmó el jugador a través de un comunicado.
Todos los indicios sobre el estado anímico, físico y mental con los que el jugador regresaba a la faena tras un complicado verano se confirmaron en los partidos de la Supercopa frente al Sevilla y sobre todo contra el Betis. Por fortuna o desgracia, Messi está en modo sublime. Y con esa traza acudirá el domingo a San Mamés.