vitoria - A sus 87 años, Jesús Ibisate no debería estar pedaleando. No si se le mira desde la perspectiva lógica e irreductible del tiempo. Pero él lo hace. Y vaya si lo hace. “Ahora sigo andando en bicicleta, pero no más de 60 ó 70 kilómetros. Cerca de 80 kilómetros a lo sumo”, dice el ciclista con toda la tranquilidad del mundo, como si estuviera hablando de bajar todas las tardes a jugar al mus o a pasar la mañana en un banco del parque. Y es que Ibisate no es un joven normal. Es una de las principales caras del ciclismo alavés, que el martes recibió un sentido homenaje por parte de la Sociedad Ciclista Vitoriana, organización de la que forma parte desde su fundación en 1956.
El evento tuvo doble significado, ya que además de honrar a uno de sus creadores, la sociedad también presentó formalmente la XXXVI Prueba Cicloturista de Vitoria, un evento que lleva realizándose desde 1961 bajo la organización, como no podía ser de otra manera, del propio Ibisate. Esta nueva edición se celebrará mañana sábado y contará con novedosos cambios, como un recorrido casi exclusivo por la provincia alavesa de 203 kilómetros. Además, se le hizo entrega del I Trofeo Jesús Ibisate al exciclista profesional Marino Lejarreta, que también estará recorriendo las carreteras alavesas mañana. Pero aún había más premios. Al homenajeado se le entregó el I Trofeo Caños de Vitoria de la sociedad junto con un bonito collage de su experiencia como ciclista. Todo ello con la asistencia de personalidades de la sociedad alavesa, del ciclismo como Joseba Beloki, Igor González de Galdeano o Javier Ruiz de Larrinaga, y de las instituciones locales como el alcalde, Gorka Urtaran, gran aficionado al ciclismo.
Pese a tanto festejo, el fundador pareció mostrarse siempre agradecido pero inmerecedor de tanto reconocimiento. “Para mí sobra todo esto, mi ilusión fundamental siempre ha sido andar en bicicleta y disfrutar con los amigos de la carretera, aunque muchos ya no estén. Siempre me acordaré de todos vosotros”, exclamó con emoción Ibisate.
Porque lo único que le ha importado siempre a este modesto vitoriano ha sido la bici, que cogió por primera vez a los 14 años, cuando según él, uno ya no se cree tan niño. Tras unas cuantas travesuras propias de la juventud, siempre sobre las dos ruedas, comenzó a rondar en su cabeza la idea de competir, aunque nunca obtuvo buenas clasificaciones. Fue entonces cuando se dio cuenta de que disfrutaba más haciendo excursiones, conociendo paisajes, pero siempre en compañía de sus queridos amigos. Porque, pese a jactarse de haber recorrido unos 400.000 kilómetros sobre la bici, lo que más valora el veteranísimo ciclista es la amistad. “A esta edad me quedo realmente satisfecho, en primer lugar, de las amistades que he hecho en la carretera, pedaleando”, manifiestó el alavés. En la Sociedad Ciclista Vitoriana definieron al fundador como alguien “extremadamente generoso, sobre todo en esfuerzo y trabajo”. Para muestra, las dos primeras pruebas cicloturistas tuvieron el nombre de Prueba Ibisate como reconocimiento a su organizador, pero el propio Jesús cambió el nombre al actual, Prueba Cicloturista de Vitoria. Un evento que tuvo su primera edición en 1961 y que en 1982 pasó de ser bianual a anual. El homenajeado aseguró para este diario que no se han sucedido cambios muy sustanciales respecto a la forma de organizar y ejecutar las anteriores ediciones. “Se andaba diferente, pero este deporte tiene unas costumbres muy arraigadas y la verdad es que no ha cambiado demasiado”, enunció.
Respecto a las heróicas escapadas que todavía se atreve a realizar sobre la bici, Ibisate afirmó hacerlas siempre “con mucha cabeza”, dado que “el cuerpo ya no se recupera igual que cuando era joven, o incluso cuando tenía 70 años. Pero es ley de vída”, mantuvo el protagonista. Cuando se le preguntó por su continuidad sobre la bicicleta, el vitoriano dibujó una sonrisa en el rostro, y relató: “Precisamente hablaba con un amigo sobre que ahora había que ir poco a poco, año a año. Y él me contestó: ‘no, más bien día a día’. Lo importante ahora es andar día a día.” Siempre dentro de sus posibilidades, pero este longevo ciudadano ha demostrado que día a día, pedalada a pedalada, es capaz de derrotar al mismísimo padre tiempo.