Real Madrid3

Barcelona1

REAL MADRID Iker Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; James Rodríguez, Kroos, Modric (Arbeloa, m.88), Isco (Illarramendi, m.83); Benzema (Khedira, m.86) y Cristiano Ronaldo.

BARCELONA Claudio Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Mathieu; Busquets, Xavi (Rakitic, m.60), Iniesta (Sergi Roberto, m.72); Luis Suárez (Pedro, m.69), Messi y Neymar.

Goles 0-1, M.4: Neymar. 1-1, M.34: Cristiano Ronaldo, de penalti. 2-1, M.50: Pepe. 3-1, M.61: Benzema.

Árbitro il Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Messi (m.9), Neymar (m.14), Piqué (m.34), Iniesta (m.38), Carvajal (m.74) y Cristiano Ronaldo (m.92).

Estadio Bernabéu. 81.000 espectadores.

Madrid - El Real Madrid se llevó el clásico, agigantado en su pegada y en un trabajo infatigable que le permitió primero remontar el tempranero gol de Neymar y luego liquidar a un Barcelona al que pudo endosar incluso un marcador más abultado.

No fue el clásico de Messi ni de Cristiano Ronaldo. El argentino no pudo alcanzar el récord de Telmo Zarra y el portugués sí que terminó con el de Claudio Bravo, pero tampoco brilló en exceso. Los protagonistas fueron, inicialmente, Luis Suárez y Neymar y después el bloque de Ancelotti, cuya fe en el conjunto, amparada en una parada milagrosa de Iker Casillas a Messi y en su acierto en ataque, le ofreció créditos de gran valor.

Ancelotti finalmente no ofreció sorpresa alguna en el once inicial. No así Luis Enrique, que concedió la titularidad al uruguayo Luis Suárez tras cumplir la sanción por el mordisco a Chiellini en el Mundial. La decisión de Luis Enrique no pudo reportarle mejores beneficios de entrada. Prácticamente en el primer balón que tocó, el charrúa envió a Neymar al otro lado del área, el brasileño recortó a Carvajal y a Pepe y marcó.

Habían pasado cuatro minutos y el Barcelona, de nuevo, estaba en ventaja en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid se enrabietó y tuvo cinco minutos para la ilusión, en los que Karim Benzema estuvo cerca del empate, sobre todo con un remate de cabeza que estrelló en el larguero tras un centro de Cristiano Ronaldo (m.11).

El Barcelona resistió la acometida blanca. Asentado, en ventaja, comenzó a poder tocar con Xavi, Iniesta e incluso Messi, que retrasaba su posición asiduamente. El Real Madrid empezó a sufrir sin balón. Sin capacidad para arrebatar el esférico a los barcelonistas, Messi tuvo la sentencia un par de veces, principalmente en el minuto 23, cuando recibió solo de Luis Suárez a un par de metros de la portería y su remate lo rechazó a córner casi inexplicablemente Iker Casillas en una de esas intervenciones que han engrandecido su nombre. Con Marcelo por su banda como gran argumento ofensivo, el Real Madrid pecaba de ansiedad, de querer llegar demasiado rápido cuando tenía la posesión. Tuvo la virtud de aprovechar otra racha de acometidas para lograr la igualada. Una internada del brasileño acabó en penalti por mano de Piqué. Cristiano Ronaldo, que apenas había tenido opciones hasta entonces, no desaprovechó la pena máxima y batió por primera vez al Barcelona en esta Liga.

El empate renovó la fe del Real Madrid, que en el inicio del segundo tiempo había sufrido un par de llegadas azulgranas hasta que un córner permitió a Pepe reclamar protagonismo en el clásico, al rematar de cabeza, solo, y firmar el 2-1 (m.50).

El partido se convirtió en un ida y vuelta enloquecedor a la par que bello. Eso le permitió hacer al Real Madrid lo que mejor sabe, contragolpear. Justo en la acción del cambio de Xavi, Rakitic botó un córner, James Rodríguez despejó, Isco emprendió una carrera casi desesperada junto a Iniesta y acabó por quedarse con el balón. El tremendo esfuerzo encontró la recompensa, a pleno sprint, del 3-1 (m.61), con un remate cruzado de Benzema tras recibir del colombiano.

El Real Madrid pudo destrozar a su eterno rival en varios contragolpes. Con Messi casi desaparecido, el Barcelona era incapaz de superar la barrera planteada por los de Ancelotti y a la contra tuvieron los blancos la puntilla. Para colmo de males, poco antes de la media hora de este segundo periodo se tuvo que retirar lesionado Iniesta, uno de esos jugadores especiales, esenciales para encontrar huecos donde no los hay.

Incluso el Real Madrid se permitió el lujo de hacer algo que hace mucho tiempo no podía en los clásicos. Crecido en el trabajo defensivo, pudo tocar y combinar seguido por los “olés” desde la grada de un Bernabéu que comenzaba a festejar una victoria de muchos quilates y que les otorga aún más credibilidad a un equipo que supo sufrir para crecer. Individualmente hubo hombres que triunfaron en este clásico, como Isco o Benzema, pero triunfó más el bloque de Ancelotti, en tanto que el conjunto de Luis Enrique perdonó en esta ocasión y acabó perdido e impotente en plena fiesta madridista.