río de janeiro - "El toque no ha muerto". El estilo que marcó el último lustro del fútbol mundial, el que le dio la corona a España hace cuatro años y ahora parece condenarla, sigue vigente de acuerdo a la opinión expresada por seleccionadores y excampeones del mundo.
Así opina, por ejemplo, Cesare Prandelli, el técnico italiano que ha dotado a la Azurra de un juego atractivo, más ofensivo de lo que marca su historia, tras mirarse en el espejo de la selección española. "Tengo un enorme respeto por este equipo que ganó el Mundial y campeonatos europeos, y debido a este respeto no entraré en el mérito de discutir su actuación. Estoy seguro de que, en dos meses, estará entre las mejores del mundo", dijo.
De igual forma piensa Juan Pablo Sorín, exjugador del Barça y del Villarreal y mundialista con Argentina en Corea y Japón 2002 y Alemania 2006. Para Sorín, no se puede hablar de fin de ciclo, sino de agotamiento por parte de unos jugadores que tuvieron una temporada extenuante. "No creo que sea un fin de ciclo, España llegó muy cansada al Mundial. Si España hubiera estado lúcida, no hubiera pasado por lo que pasó", indicó.
Para Dadá Maravilha, delantero integrante de la selección brasileña que ganó el Mundial de 1970, el modelo de juego de toque de España "no ha muerto" a pesar de su sorprendente eliminación en la primera fase del Mundial. "No es el final del juego de toque. Lo que se acabó es la generación de cracks de España. Los viejos estaban lentos y los jóvenes les están atropellando. El fútbol es más rápido y desafortunadamente, la edad es la edad", dijo Dadá Maravilha.
Para el colombiano Carlos La Roca Sánchez, centrocampista del Elche, el problema es que los rivales han encontrado el antídoto a un sistema que fue hegemónico en los últimos torneos. "El problema es que se trata de un equipo al que ya todos conocían", incidió. Su compañero, el extremo derecho Juan Cuadrado, una de las sensaciones del Mundial, también confesó sentirse "bastante sorprendido. "Es un gran equipo, pero son cosas que pasan en el fútbol", aunque rechazó hablar de "un fin de ciclo". - Efe