vitoria. Agonizando el verano y con el Cuatro y Medio en mente, Abel Barriola, el mejor zaguero de los tres meses de competición, analiza para DNA qué ha significado para él estas doce semanas de traqueteo estival, en los que se ha asomado a un buen nivel.

¿Ha sido este verano uno de los mejores de su carrera deportiva?

Ha sido un buen verano. He tenido en mi carrera veranos en los que incluso he ganado más torneos, otros en los que he jugado más finales, pero este ha sido también muy bueno. Me han salido las cosas y conforme pasa el tiempo es más difícil estar al más alto nivel y tener resultados buenos. Lo he conseguido y estoy supercontento.

¿Tiene más valor por el juego y las sensaciones que por los títulos?

Las dos cosas tienen importancia. Una cosa lleva a la otra. Normalmente la confianza te lleva a tener buenos resultados y al revés. Cuando no estás con confianza los resultados no llegan. Este verano para mí ha sido una mezcla de las dos cosas. Jugar es algo muy importante pero la dosis de confianza, de positivismo que te da llegar a 22 y ganar, es importantísima. Muchas veces llegar a 22 es una terapia y es una dosis de motivación para el deportista.

El Parejas no fue satisfactorio, ¿necesitaba volver a coger la confianza?

Sí. Al final, en el Parejas no me salieron las cosas como yo quería, como hubiéramos querido Xala y yo. No hice un buen campeonato, pero tampoco tan malo. Está claro que estuve por debajo de mi nivel. Para un pelotari la manera de desquitarse de eso, la mejor manera y la más elegante, es en la cancha. Es jugar a pelota, hacer las cosas bien. Primero, por ti mismo, porque recuperas la confianza de estar con los mejores y, aparte de eso, porque sabes que les puedes ganar. Ha sido bueno, ha sido bonito e importante.

Tampoco se puede estar al cien por cien durante todo el año.

Es complicado, sí. Aunque, tanto Juan como Aimar llevan una trayectoria impecable, es increíble lo que hacen. En mi caso, es verdad que es complicado estar doce meses al máximo nivel. Quitando esos dos pelotaris, el resto tenemos altibajos: momentos buenos y momentos malos. Sobre todo los que estamos en las tres competiciones, que entramos en el Cuatro y Medio, en el Parejas y en el Manomanista. Es normal que, cuando menos lo quieres, te entre un bajón físico y se nota en la cancha. Sí que es verdad que en todos los deportes profesionales no puedes estar toda la temporada al 100% y la pelota no es diferente en ese aspecto. Aun así, muchas veces el no estar a tope lo suples con técnica.

¿Le queda la espinita por la final de San Mateo, en la que dieron todo?

Personalmente, ya está olvidado. A todos nos gusta ganar y a mí el primero. El torneo de San Mateo es muy importante y me hizo ilusión personal jugar con Mikel Idoate. Es un chaval que me alegro muchísimo que haya dado ese nivel en el torneo, porque ha jugado fantástico. Me alegro mucho porque siempre lo da todo y ese tipo de pelotaris se merece que todo le salga bien. Respecto a la final, me da la pena que se fueran al principio en el marcador. Todo el partido fue igualado y la segunda parte fue muy dura. En la primera parte se nos fueron y fue una pequeña losa. Personalmente, creo que lo dimos todo. Los cuatro pelotaris jugamos muy bien, fue una final muy exigente y estoy satisfecho por la final, aunque una pareja tiene que ganar. Cuando uno lo da todo se tiene que ir a casa contento.

Y son quince años ya.

Sí. Son quince años y el pelotari siempre intenta estar con los mejores. Ahí estoy. A veces me salen las cosas y otras no me salen. Para mí, el motor de todo es la ilusión. Está claro que luego salen las cosas bien o mal, pero si tienes ilusión, tienes voluntad y si tienes voluntad, en el día a día haces lo que tienes que hacer. Así, está claro que tendrás oportunidades para estar con los mejores. Unas veces se aprovechan y otras no. Ya digo que sigo manteniendo la ilusión. Espero no perderla hasta que me retire.

Después del partido contra Jaunarenta-Untoria comentó que la final de San Mateo le volvía a poner con los mejores, aunque lo cierto es que nunca ha bajado de ese escalón.

El invierno fue difícil. Al final, en este Parejas no me salieron las cosas, en el anterior tampoco y a veces pasa cuando eres veterano que si tienes una mala racha te ponen la pegatina de que estás acabado. Esas cosas pesan, pero han sido momentos puntuales en los que no he estado a mi mejor nivel, pero es lo que decía antes, estar doce meses a tope es complicado. Conforme pasan los años, estar en los torneos y disputarlos para mí es un premio. Y lo vivo así, además. Viene gente joven y poder estar con ellos es un premio. Si además consigues jugar bien o estar en una final, eso es ya la leche. Conforme pasan los años disfruto cada partido. Todo lo que venga de aquí en adelante es positivo.

El Cuatro y Medio se acerca.

Descansé el lunes y a partir del martes lo he preparado un poco. El verano son muchos partidos, acabas y me gustaría descansar, pero es lo que tiene. Viene el Cuatro y Medio y hay que hacer una pequeñísima pretemporada para afrontar el campeonato en las mejores condiciones. Ya he hecho entrenamientos físicos e, incluso, de frontón. La rueda sigue, otro campeonato, y toca cambiar de chip porque es muy diferente jugar en parejas que Cuatro y Medio. Entrenaremos para dar guerra.