donostia. El 8 de septiembre de 2013 ya está inscrito con letras de oro en el libro glorioso de Hondarribia Arraun Elkartea. Los bidasotarras se alzaron ayer con su undécima Bandera de La Concha en un día que pasará a su larga historia por lo que costó y porque se consiguió el día de su patrona. La batalla por el trapo fue intensa, con un espectáculo y una igualdad que hace años que no se veía en la bahía donostiarra. Sin embargo, para ganar tuvo que impugnar la regata, que había dado como vencedor a Urdaibai. Cuatro choques de palas no fueron sancionados en plena faena por el juez de mar, pero los delegados de Hondarribia vieron clara la infracción y recurrieron con celeridad. Entonces hubo unos momentos de tensión que se alargaron a la hora, hasta que los jueces, tras revisar el vídeo del incidente, decidieron que los bermeotarras quedaban descalificados y la Bandera de La Concha se quedaba en Gipuzkoa.

En el aspecto deportivo, la tanda de honor tuvo de todo: alegrías, tristezas, mucha emoción y una tensa polémica final. A diferencia de lo que se preveía en un principio, y en beneficio del espectáculo, las calles no fueron un factor clave y cada trainera tuvo su momento de protagonismo en los 19 minutos de esfuerzo titánico que exhibieron tres de las cuatro tripulaciones. Kaiku, que lo tenía muy difícil, lo intentó, pero nuevamente no estuvo a la altura de lo que se espera de tal equipazo.

El inicio de la prueba estuvo marcado por un intento de romper la regata por parte de Kaiku. La Bizkaitarra salió a todo gas, imponiendo una buena remada, pero no consiguió coger la proa de la regata con solvencia, con lo que Urdaibai y Orio rápidamente le dieron caza. Por detrás, Hondarribia sabía lo que tenía que hacer para llevarse el título y se dejó unos metros en la parte inicial. Nada alarmante.

Pasada la isla de Santa Clara la mar comenzaba a testar en qué condiciones estaba cada bote y si el fuerte viento -de más de 16 km/h- podía ayudar a alguien. Pronto se vio que no, que el clima iba a respetar el buen transcurso de la batalla y las cuatro embarcaciones enfilaron emparejadas la ciaboga exterior. Todos tuvieron una maniobra limpia y el show continuó su curso. Era la hora de volver y de empopar bien el bote para aprovechar lo mejor posible las pequeñas olas que se presentaban en el camino. Es públicamente reconocido que Ioseba Amunarriz, patrón de Hondarribia, es un sheriff en estas lides, y ayer volvió a demostrarlo. Puso a su trainera en cabeza en el tramo medio del retorno a tierra, haciendo soñar a sus vecinos con lograr una victoria épica. En el otro lado de la balanza estuvo Gorka Aranberri. No es habitual ver fallar al zarauztarra, pero el joven se erigió, sin quererlo, en una parte importante del resultado final de la regata.

el momento de la polémica Corría el minuto trece de la regata y la Ama Guadalupekoa lideraba con menos de un segundo de diferencia con respecto a Orio y a Urdaibai. Los txos eran vecinos de calle de los verdes y se acercaron demasiado a la calle 4. Tanto que chocaron palas. Según las declaraciones de los hondarribiarras, Urdaibai pegó sus remos con los guipuzcoanos y eso es, por ley, sinónimo de descalificación. Pero el juez, aunque avisó al bote azul para que se retirara por megafonía y bandera, no vio nada punible en el agua y la Bou Bizkaia siguió con su remontada en busca de la victoria en la jornada y en la regata. Ese fue el gran momento de los bermeotarras, que repitieron la misma gran txanpa final del pasado domingo y cogieron un segundo de ventaja que a la postre fue definitivo.

un final de infarto Los últimos 200 metros fueron de lo más excitante. Emparejados los tres de cabeza, nadie podía aventurar quién se llevaría el gato al agua y, entonces, apareció Orio. Los de Igor Makazaga forzaron una última serie de remada corta, adelantaron a Hondarribia y a punto estuvieron de adjudicarse la victoria de la jornada. Finalmente, Urdaibai aguantó el tirón de los aguiluchos y se llevó la victoria por 0.66 segundos. A 1.06 llegó la Ama Guadalupekoa, cerrando el trío de los mejores. Por contra, Kaiku no levanta cabeza y se volvió a dejar un mundo en popare. Aunque estuvo en la pelea hasta mediado el segundo largo, en cuanto perdieron el rebufo de la proa de regata se fueron dejando segundos en el camino, terminando a 15 segundos.

La jornada de ayer fue un canto al remo. Una de esas regatas que hacen afición y de la que solo se van tristes los vizcainos. Kaiku, por no dar su nivel, y Urdaibai, por irse con la sensación de haberle quitado de las manos su hijo ya parido.

un equipo histórico Entre los catorce remeros que han conseguido hacer historia con la Ama Guadalupekoa en esta Bandera de La Concha, hay cinco que ya consiguieron vencer en 2005: Ioseba Amunarriz, Iñigo Vertiz, Gorka Puertas, Asier Puertas y Gonzalo Carrión. A estos hay que añadir a Mikel Orbañanos que, aunque ya no reme dentro del bote, volvió a repetir éxito como entrenador. El resto de la plantilla la componen los siguientes remeros: Julen Castrillón, Osertz Alday, Manex Alday, Jon Larrañaga, Ander Zelaia, Garikoitz Uranga, Ekaitz Aznar, Aner Etxart y Agoitz Irazoki. Estos son los nombres y apellidos que quedarán marcados para siempre en el corazón de la afición hondarribiarra y que dedicaron la victoria a su patrona anudándose al cuello el pañuelo rojo del Alarde.

GRAN SEGUNDO PUESTO DE ORIO La San Nikolas está de enhorabuena. A pesar de no conseguir la victoria final por un segundo y medio, los oriotarras confirman que han vuelto de las catacumbas para optar en un futuro cercano a reinar, de nuevo, en el remo. El grupo que ha confeccionado Igor Makazaga es cohesionado, acorde con lo que creen en Orio necesario para ganar, sin grandes nombres pero con gente implicada al 100% en el proyecto que están creando. Ayer, sin ir más lejos, consiguieron finalizar segundos en la general con nueve remeros que el verano pasado bogaban en la ARC-1. Se dice pronto. Así las cosas, la cuadrilla tiene todavía margen de mejora y, por ello, directivos y aficionados se despidieron de Donostia felices de volverse a ver de nuevo en casa.

san pedro no se fue contenta La cuadrilla de Gabi Larrinaga no se volvió contenta para Pasaia. La Libia era consciente de que sería difícil ganar en la tanda de consolación, pero las sensaciones que transmitió fueron malas y terminó tercera a 12 segundos. Donostiarra, por su parte, dio una imagen digna, finalizando a 46 segundos del vencedor de la serie.