londres. Rafa Nadal consiguió ayer una sufrida victoria en cinco sets (6-3, 4-6, 6-7, 6-2 y 6-3) frente al alemán Petzschner en la tercera ronda de Wimbledon, y logró así el pase a los octavos de final después de un final épico en el que terminó con problemas físicos. El español volvió a sufrir de lo lindo, como le sucedió ante Robin Haase el pasado jueves. A pesar de encarrilar el partido con un gran comienzo, poco a poco el choque se le fue haciendo cuesta arriba al actual número uno del mundo, que vio cómo el alemán remontaba y se ponía por delante en el marcador para llegar a cinco largos sets, en los que el de Manacor supo ganar gracias a su descomunal capacidad mental para superar las adversidades.
Nadal comenzó con la premisa clara de intentar cerrar el partido lo antes posible, y no dio a opción a su oponente en los primeros compases del encuentro. El balear se encontraba cómodo sobre la pista y lo demostraba superando una y otra vez las subidas a la red de su rival que, desconcentrado, no conseguía ver con claridad cómo superarle. Tampoco le funcionaban las dejadas al alemán, que se desesperaba ante el potencial físico de un Nadal que devolvía todas las bolas que llegaban a su campo. El primer set se cerró sin complicaciones (6-3) para el manacorense pero, lejos de venirse abajo, Petzschner supo reaccionar. La segunda manga estuvo igualada y el germano consiguió ajustar los errores que le habían costado el primer set. También mejoró con su poderoso saque lo que le llevó a mantener la iniciativa con más facilidad y los puntos se convirtieron en largos peloteos, que descolocaron al balear.
Nadal tardó en entender el cambio de guión y el alemán aprovechó su incertidumbre para hacerse con el segundo set (4-6). La tercera manga llegó a la muerte súbita, en la que Petszchner hizo valer su saque para dejar a su rival en un situación comprometida (6-7). Sin embargo, para ganar al balear es necesario llegar hasta el final y no concederle ningún espacio. Nadal se resintió de los problemas físicos en su rodilla, pero recurrió a la fortaleza mental que recuperó en la tierra batida, y reaccionó para embolsarse el cuarto parcial con superioridad (6-2). Después, olvidó sus problemas físicos y borró el potente saque de su rival con una colección de restos que le dejaron en bandeja la manga (6-3). Hoy, tendrá como próximo adversario al francés Paul-Henri Mathieu.
Por su parte, David Ferrer también sufrió para meterse en los octavos de final tras eliminar al francés Jeremy Chardy por 7-5, 6-3, 4-6, 3-6 y 7-5 en tres horas y cuatro minutos. Ferrer, que ya alcanzó esta ronda en el Grand Slam en 2006, será el próximo adversario del sueco Robin Soderling, sexto favorito y doble finalista de Roland Garros.