Siempre se siente como en casa cuando regresa a Gasteiz. Los lazos personales y profesionales que unen a Hasier Oleaga con la capital alavesa son muchos y variados. Igual que son diferentes los proyectos musicales en los que participa. Es Tenpora uno de los más estables en el tiempo, una aventura impulsada por Juantxo Zeberio en el que también comparten camino Itsaso Etxebeste, Beñat Barandiaran y Elene Arandia. En 2015 publicaron su primer álbum y muchos creyeron que la banda era una reunión de all stars que se quedaría ahí. Nada más lejos.
En este tiempo “se mantiene lo más importante que son las personas”, apunta Oleaga. “Si algo teníamos claro cuando empezó la aventura es que iba a ser un proyecto a largo plazo, cocinado a fuego lento”, señala Zeberio. Sobre esas bases llega ahora el cuarto trabajo de estudio de la formación, Ama.
“Esperamos que el público se deje llevar por la música en la confianza de que vamos a llevarle a buen puerto”, dice Hasier Oleaga
El disco está atravesado por dos temas principales. Por un lado, está el que da título al álbum y a una de sus canciones. “El origen está en el fallecimiento de mi madre hace tres años”, describe Zeberio. “Pero de ese elemento, de ese pasadizo personal, lo que hemos querido trasladar es un sentimiento más universal. Es un homenaje a todas las personas que nos han dado la vida. Es un trabajo que canta a la vida, a las personas que nos dan vida”.
Por otro, está la vertiente de la pandemia, puesto que muchas de las composiciones fueron realizadas justo en este tiempo tan complicado y diferente. Ambas cuestiones sirven como eje para un disco “para escuchar”. “Al público le diría que deje a un lado la mochila de prejuicios que todos traemos y escuche lo más limpio posible. Esperamos que el público esté abierto a lo que puede sugerir la música, a lo que pueda suceder en la música, en la confianza de que nosotros vamos a llevarle a buen puerto”, comenta Oleaga.
Entre los Cinco
Con Ama, Tenpora sigue asentando una trayectoria a largo plazo en la que coinciden intérpretes que se mueven también en otros proyectos pero que encuentran aquí un tiempo de calma, de, como dice el propio nombre del grupo, tiempo. “Juantxo trae los puntos de partida, la protocanción, el zigoto del tema que luego todos vamos construyendo. Ahí hay una democracia absoluta, o más que eso, hay una confianza musical en el compañero, en su criterio. Eso no es lo habitual” resume Oleaga.
La pérdida de la madre de Juantxo Zeberio y la pandemia son los dos temas principales que atraviesan todo el trabajo
“Llevamos toda la vida en la música. Es nuestra pasión, nuestro mundo, lo que nos mueve”, añade su compañero en una aventura que, por supuesto, también se desarrolla en directo. “No es que sea un proyecto en el que la improvisación sea la base del sonido, pero hay, y existen momentos abiertos y de mucha intensidad. La gente que no nos conoce, normalmente se sorprende porque es un directo fácil, en el sentido positivo, pero al mismo tiempo es un concierto en el que pasan muchas cosas diferentes”.
De momento, eso sí, en Álava no existen posibilidades de compartir esas actuaciones. “Estamos ahora en el momento del sold out. O eso está más o menos garantizado, o no te contratan”. Seguro que con el tiempo a eso se le dará la vuelta.