El primero vio la luz en 2006. El último, en 2011. Los cuatro están ya agotados. De todas formas, aquí no se presentan tal cual. No es esta una antología, o no por lo menos una al uso. “Está mi obra, evidentemente, pero éste es un libro que nace como resultado de un trabajo en equipo”, apunta la escritora Ángela Serna.
Por esto también tanto en la presentación que se hace este viernes en Gasteiz como en la que se hará en breve en Barcelona, la autora va a estar más que acompañada. “Sin los otros no somos nada” resume mientras sostiene entre las manos un ejemplar de Ser palabra desnuda. ¿Quién es esta mujer que pasa? (La Única Puerta a la Izquierda).
En casa, en la capital alavesa, ella contará con la compañía de Ángela Mallén, Mary Zurbano, Pilar Corcuera, Carmen Vicente y Juanje Sanz. Bueno, de estas personas y de todas aquellas que quieran acudir este viernes 12 a las 18.30 horas a Artium. Será el momento de compartir una publicación que reúne los poemarios De eternidad en eternidad, Luego será mañana, Pasos y La desmesura del círculo.
Eso sí, los cuatro cobran aquí “un sentido nuevo” puesto que se añade un contexto que bebe de diferentes fuentes, de citas de otros autores, de opiniones de lectores, de introducciones realizadas de manera específica con recuerdos y vivencias de cuando cada uno vio la luz, de aportaciones (tanto en las formas como en los fondos) de terceras voces.
Se propone así “otra lectura”, nuevas visiones y acercamientos. “No es tanto el recopilar textos, sino el ver qué pasa, cómo fluye la escritura, mi manera de relacionarme con la escritura, cómo esa escritura ha sido recibida por otros…”, resume.
“Hay una relación entre los cuatro libros tanto temática como a veces formal. Son como vasos comunicantes por los que va una cierta savia. Al final lo que generan es como una familia. Cambian las formas pero en el fondo son lo mismo”. Por eso, el camino de la lectura se abre con una cita de León Felipe: Y toda mi poesía no es más que un solo y único poema. “Yo concibo así mi obra”.
Del ayer al hoy
“Publicar esto ha supuesto entrar en mí misma, en zonas que no había visitado hasta ahora. Hay autores que no se releen. No es mi caso porque necesito, de vez en cuando, saber qué me golpeaba o me acariciaba en aquel momento de escritura y cómo lo vivo ahora. El volver a encontrarme con estos cuatro libros ha sido para mí muy importante”, describe Serna.
Al fin y al cabo, “todos partieron de una noción de carencia y de pérdida. Regresar a ellos me ha supuesto volver a mirarme a mí misma desde el hoy y tener conciencia clara de un camino realizado, de los baches, de los tropiezos y los avances que me han acompañado. Además ha llegado en un momento vital complicado, con lo que este libro ha sido un regalo”.
En la actualidad, cuando han pasado más de diez años de la publicación del último de los títulos, la autora asegura que en los cuatro “me reconozco totalmente”. “Algunas cosas no han variado. Sigo teniendo algunas heridas que están ahí. Pero el paso del tiempo hace que vivas eso de otra manera. También hay cicatrices. Ciertos dolores están, pero es que a mí no me asusta que esté el dolor”, comenta quien tiene claro que “la poesía es mi compañera de vida”, al igual que “las personas que siempre están ahí”.
También otros creadores a los que cita entre estas páginas. “En todos mis libros me dicen que cito a muchos autores. Sí, claro, es que se lo debo todo a los escritores a los que leo, a los músicos a los que escucho, a los pintores que me ofrecen esa plástica maravillosa… Somos lo que recibimos. Lo vamos archivando y ahí queda”.
Ahora es el momento del público. “Si algo espero es que dentro de este libro, quien llegue a él, pueda encontrar algo que, de alguna manera, necesite en ese instante de lectura”. Ella, mientras tanto, prepara una segunda parte de esta antología que no es tal. Eso mientras trabaja con otros dos poemarios que llevan tiempo reclamando atención. “Me puedo pasar años con cada obra. Ahí estoy, peleándome con la palabra”, sonríe.