En un año que empezó con 15.000 personas despidiendo a Hertzainak en Mendizabala, pudiera parecer que los ecos de la pandemia han quedado totalmente olvidados para el sector cultural alavés a lo largo de los últimos doce meses. Lejos quedan las restricciones e incluso la sobreprogramación de eventos vivida en 2022. Pero no es así. Las consecuencias de la situación sanitaria, unidas a lo que todavía se arrastra de la crisis económica de 2008, siguen presentes. Eso sí, algunos datos de asistencia a espectáculos en vivo y también a, por ejemplo, museos como Artium empiezan a hablar de cierta vuelta al escenario previo al covid.
Es indudable que quedan pasos por dar y que hay comportamientos de la sociedad que puede que hayan cambiado para una larga temporada. El tiempo dirá. Pero también es cierto que Álava cierra un 2023 con muchas y muy buenas noticias, sobre todo en el campo audiovisual. El apartado cinematográfico merece una mención especial, también por el anuncio en el último mes de este año de las nuevas medidas fiscales de Álava, que llegan a otras áreas culturales.
La pantalla manda
A la espera de conocer las fechas de estreno en 2024 del nuevo largometraje del vitoriano Pablo Hernando (Una ballena) y de la película alavesa Deviant, estos últimos doce meses, sin entrar a hablar del mundo del corto, han asistido a la puesta de largo de los documentales Bidean jarraituz (Aitor López de Aberasturi) y A los libros y a las mujeres canto (María Elorza).
Pero hay dos títulos que han marcado un antes y un después. Irati, del vitoriano Paul Urkijo, marcó en febrero el mejor estreno de una película en euskera. Sus cifras son de récord y costará mucho volver a alcanzarlas.
Casi en el mismo momento que el filme llegaba a las salas comerciales, en la Berlinale se producía algo histórico, el estreno de 20.000 especies de abejas, de la laudioarra Estibaliz Urresola Solaguren. Es imposible resumir todo lo conseguido por esta historia, que el pasado noviembre consiguió otro hito casi imposible de igualar al ser la ópera prima con más nominaciones de los Goya.
En un 2023 lleno de celebraciones y aniversarios como los de Paraíso (45), Panta Rhei (35), Festival de Teatro de Humor de Araia (30), Garaion (15), Jimmy Jazz (15), Baratza (10)... se han producido más buenas noticias como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil a Patxi Zubizarreta. Además se han puesto en marcha nuevos espacios como La InKieta 34 y Eva Forest Liburutopia, por ejemplo.
Pero también hay quien ha tenido que cerrar. Le ha pasado, en Amurrio, al espacio de conciertos de Burubio y a La Perdición, aunque en ambos casos se espera que 2024 sea más positivo. También es posible que el nuevo año traiga mejores sensaciones con respecto a la fiesta de la ilustración y el dibujo Mazoka, que en este 2023 ha decidido no celebrarse por falta de apoyos. De todas formas, hay dos hechos sucedidos en estos últimos doce meses que hablan de situaciones preocupantes para la base propia de la cultura.
El Coro Araba –y no ha sido el único este año en el territorio– ha decidido dejarlo tras más de medio siglo de andadura por la falta de relevo generacional. En Araia, a principios de verano, se celebró un encuentro a nivel de Euskal Herria para analizar posibles soluciones a la falta de gente joven en los grupos de dantzas. No son excepciones o hablan solo de dos áreas concretas y específicas de la expresión cultural. Quien piense eso se equivoca.
Demasiado parados
Los años en los que hay elecciones forales y municipales siempre los ritmos institucionales se suelen ralentizar más de lo normal, incluso aunque no haya cambios en los partidos políticos que gobiernan. 2023 no ha sido una excepción. El paréntesis ha durado lo acostumbrado y esperado.
Con dos nuevos planes de Cultura para Álava y Vitoria o ya sobre la mesa o cerca de hacerlo, se sigue a la espera de que se abra el Gasteiz Antzokia de verdad, de que comience la reforma del Principal ya adjudicada, de que se sigan dando pasos con el teatro de Laudio... es decir, de que las infraestructuras sigan copando el protagonismo. En lo público se sigue hablando mucho de continentes y no tanto de contenidos.
Lo más destacado
Un año de cine y récords
Sin perder de vista otras producciones y trabajos, sin duda, este 2023 ha estado marcado por dos títulos con sello alavés. En febrero llegó a las salas comerciales Irati, el segundo largometraje de Paul Urkijo y consiguió ser la película rodada en euskera más taquillera de la historia. Fueron más de 150.000 los espectadores que la vieron en los cines. A ellos llegó en abril 20.000 especies de abejas, tras el histórico estreno en la Berlinale. La película de Estibaliz Urresola Solaguren no ha parado de ganar premios, de sumar espectadores en sala (más de 160.000) y de marcar hitos. Por ejemplo, nunca antes una ópera prima había conseguido tantas nominaciones a los Goya. Otra barrera superada.
Adiós definitivo al Coro Araba
En junio se comunicó la decisión y el 1 de diciembre se celebró el acto oficial de despedida en el Conservatorio Jesús Guridi. Tras 55 años de andadura, el Coro Araba, una de las formaciones de referencia del territorio, se despedía ante la imposibilidad de conseguir relevo generacional. No ha sido la única agrupación en tomar la misma decisión.
Un nuevo Premio Nacional
Resulta casi imposible resumir todos los premios y reconocimientos que atesora en su currículum Patxi Zubizarreta, pero, sin duda, el pasado septiembre recibió uno de los más importantes. El autor fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2023 gracias al “excepcional” trabajo en su obra Zerria.
Aniversario y cambio
Es, sin duda, una de las citas escénicas de referencia dentro del territorio, un certamen que en este 2023 ha soplado 30 velas en su particular tarta de cumpleaños. Eso sí, ha sido en un año en el que las celebraciones han venido también marcadas por el cambio de dirección. Tras tres decenios de trabajo, Javier Alkorta Txortas ha pasado el testigo a Jaione Azkona. En sus manos estuvo la trigésima edición vivida a mediados de agosto y, por supuesto, el futuro a corto y medio plazo del evento. Así que este 2023 ha servido tanto para mirar al camino recorrido (también gracias a una exposición conmemorativa) como, sobre todo, para empezar a dibujar el mañana.
Las visitantes dos millones
Esmeralda Motos acompañada de su hija Alba Picazo fueron en julio quienes hicieron que la Catedral Santa María llegase a su visitante dos millones, todo un récord. Cabe recordar que en este 2024 se cumplirán 30 años desde que se tomó la decisión de cerrar el templo gótico ya que el peligro de derrumbe era más que evidente.
El calendario festivalero no falla
Un año más, tanto el Azkena Rock Festival como el Festival de Jazz de Vitoria marcaron la época de festivales veraniegos en el territorio. El primero repitió los números de 2022 en una edición en la que tuvo que suspender dos conciertos el último día por una gran tormenta. El segundo consiguió recuperar público con respecto al año anterior.
