Kepa Murua es consciente de que ¿Dónde? (Luces de Gálibo) es “uno de esos libros que te deja clavado al sofá”, entre otras cosas porque a día de hoy, en esta sociedad occidental, hablar de la muerte “sigue siendo un tema tabú”.

Joaquín Mari Arzalluz y él vivieron desde niños a escasos metros de distancia e incluso cuando la vida les llevó a países diferentes en un momento dado, uno a Inglaterra y el otro a Alemania, mantuvieron fuerte su relación de amistad. También cuando él le comunicó al autor que padecía un cáncer. Eso fue en 2016. En 2018 ya había un primero borrador del poemario. En 2020, su amigo murió.

Hoy la obra es una realidad palpable. De hecho, Murua va a realizar un encuentro con los lectores este jueves a la 19.00 horas en la librería Mara-Mara. A buen seguro, en las conversaciones que se mantengan este día estará sobre la mesa la pregunta que sirve para titular el libro.

“Son muchas las cuestiones posibles: ¿dónde queda la existencia? ¿dónde la vida? ¿dónde la muerte? ¿dónde la justicia? ¿dónde la luz? ¿a dónde va el que fallece, dónde está el más allá, dónde nos encontramos con Dios, con la Madre Tierra o llámalo como quieras? Es la gran pregunta”.

Son planteamientos generales que parten de una base muy sencilla: “las respuestas las tienes que poner tú”. Así, son tres las partes en las que se estructura el libro (Aunque no lo creas, Resplandece y Responso) con la idea de compartir con quien se asome a estas páginas una obra “muy personal”. “La gran pregunta que subyace es qué pasa después de la muerte, también en lo que respecta al que se queda vivo”.

En este sentido, Murua apunta que se habla mucho de los duelos entre parejas o de familia, pero poco o nada del duelo de la amistad. Justo ahí, en ese marco, es donde aparece esta creación. “Cuando intuí que mi mejor amigo iba a morir me pregunté qué iba a ser de él y, luego, qué iba a ser de mí cuando no estuviera y a dónde iba a ir todo eso que habíamos vivido, nuestras conversaciones, silencios, complicidades… nuestra historia. Como poeta, me cuestioné: ¿qué puedo hacer?”. Aquí está la respuesta.

“La gran pregunta que subyace es qué pasa después de la muerte, también en lo que respecta al que se queda vivo”

“Nos unía la calma, la tranquilidad, la paz, las cosas buenas, lo que sumaba. Para mí es un ejemplo vital de por dónde tengo que seguir”

Un rezo moderno

Por supuesto, ¿Dónde? es un “gran homenaje” a Joaquín Mari Arzalluz. “Este poemario es un canto espiritual, un rezo moderno”, pero también una pregunta “para que la gente despierte sobre lo que está haciendo en la vida. Igual mañana ya no estás”. Se trata de pensar en “qué es para ti el tiempo, tanto el de la vida como el de la muerte, cómo lo aprovechas”.

Recuerda Murua que a ambos amigos “nos unía la calma, la tranquilidad, la paz, las cosas buenas, lo que sumaba. Para mí es un ejemplo vital de por dónde tengo que seguir. Era más sereno que yo. Nunca tuvo ni una palabra mala”. Los dos compartieron cada paso de la vida. “Fueron muchas cosas las que nos unieron. Sobre todo la literatura y el amor por la palabra”.

En las infinitas conversaciones mantenidas “hablábamos casi de todo: amor, sexo, política, ETA, los años de plomo, la familia, las infidelidades, los hijos… Pero llegó un momento en el que había que hablar de ese tema –del cáncer y la muerte– y en eso, él era más reservado”.

Rememora el escritor una de las últimas visitas de su amigo a Vitoria. “Le gustaba mucho la ciudad”. Fue en 2019 y acabaron en la iglesia de Miguel Fisac, en Coronación. “Le pregunté si creía. Me contestó que no. Cuando me muera, no habrá nada, me dijo. Me sorprendió porque cuando éramos jóvenes, él creía y yo no. Aunque no creas, siempre tienes la esperanza de trascender, sea en tus hijos o en lo que sea”.

Han pasado tres años desde el fallecimiento del amigo. “No puedes sustituir a una persona por otra. Tienes que trabajar la amistad de otra manera. Cada persona es única. De todas formas, aunque esa persona ya no esté, sí está la amistad”. Esa no desaparece, queda, trasciende, y así se refleja en este poemario, que no va a ser la última creación de Kepa Murua en torno al mismo tema, puesto que queda pendiente una publicación sobre su madre. “El mundo de la muerte no deja de ser también el de la vida”.