En el arranque de esta primavera, Sofía Velasco, Jesús Ramírez y Lucía Jayo se encontraron con el público desde la calle San Vicente de Paul, donde tiene desde hace poco su sede el centro de creación para jóvenes Labe Gazte Laborategia. Tras compartir una residencia artística, allí se dio el primer paso expositivo de un camino que a partir de ahora cuenta con una nueva senda desde Zas Kultur. De hecho, durante las tres próximas semanas, sus propuestas –que toman como referencia lo ya hecho pero al mismo tiempo son diferentes– van a colonizar casi la totalidad del local situado en la plaza San Antón.

De hecho, este jueves a las 19.30 horas se procederá la inauguración de Me digo bien, la producción que Sofía Velasco ha realizado para la zona del escaparate. La localización no ha sido una elección propia, sino algo dado por el azar, aunque la artista considera que esa decisión le está permitiendo deconstruir su propuesta en Labe para partir de cero y generar un nuevo proyecto.

Así, aquí comparte desde la parte más visible de Zas, ya que no hace falta entrar para ver, “la historia de un cerdo”, de un animal rosa en torno al que trabaja a través de diferentes materiales y creaciones, en las que también se sirve de “formas geométricas divertidas”. Se genera de esta forma un cuento que plantea diferentes relatos. A partir de hoy, de hecho, eso está en manos de quienes acudan a la plaza San Antón, donde la producción, como las otras dos, marcarán la agenda expositiva del lugar hasta el verano.

Detalle de ‘Me digo bien’, de Sofía Velasco. | FOTO: J.M.

Siguientes propuestas

Dentro de siete días, tomará el relevo Jesús Ramírez con Imprecisiones. En su caso, fotografía y dibujo se darán la mano, para seguir desarrollando el interés del artista por investigar en archivos fotográficos familiares y apropiarse de ellos. Son imágenes “olvidadas” que se van sumando en una especie de “síndrome de Diógenes que no deja de crecer”, según el propio autor.

Se trata de instantáneas que hablan de una memoria familiar, en la que el interviene a través del dibujo. Se crean así nuevas imágenes y, por tanto, también diferentes significados. Es lo que ha estado desarrollando en Labe y lo que va a ampliar y completar desde Zas, aunque sea una labor artística que seguramente siga en el tiempo.

Si el turno de su inauguración será el 1 de junio, el broche se pondrá el 8 del mismo mes con la presentación de la instalación, todavía sin título oficial, que está preparando Lucía Jayo, quien está también presente desde esta semana en la sala Amárica con la exposición colectiva Tetrapack.

En el caso concreto de Zas, la artista se centra en el gris, con todo el abanico que puede llegar a abrir ese termino, para adueñarse de una de las salas del espacio de la plaza San Antón y generar allí un particular paisaje en el que van a convivir diferentes elementos. Más allá de la pequeña locura que está suponiendo estar en varios lugares al mismo tiempo, todo suma, también para “poder cambiar de registros” y seguir investigando y desarrollando.