“Es como mi patio de recreo fotográfico” sonríe David Guerrero. De hecho, desde el verano de 2019, acude de manera regular para, cámara en mano, dejarse llevar por esa zona ubicada al norte de Gasteiz que se crea entre el cauce del río Zadorra y la A-1, un espacio que sabe bien qué pasa cuando se desembalsa agua del pantano, un lugar en el que se despliegan Asteguieta, Gobeo, Lopidana, Yurre, Abetxuko y Gamarra. “Es como un Edén ganado y perdido al lado de la ciudad”. Es su Teatro Paraíso.

El proyecto sigue abierto. Son más de 12.000 las imágenes ya tomadas. En el horizonte no está el final. Pero en el camino sí que está habiendo oportunidades para que el público se asome a la propuesta. Pasó entre finales del año pasado y el inicio de este 2023. En el marco del certamen que se organizó con motivo de los 20 años de exposiciones en Vitoria del World Press Photo, el fotógrafo y geólogo gasteiztarra realizó una muestra en Falerina Taberna que, de hecho, consiguió una de las distinciones de la competición.

Además, Guerrero está siendo invitado a ofrecer charlas sobre su iniciativa. Hace poco, eso sí, al ser reclamado para uno de estos encuentros por la Escuela de Fotografía Documental Blackkamera, ubicada en Bilbao, el autor –alumno en su día de este centro, al igual que lo fue de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria– pensó en sumar un nuevo aliciente en forma de publicación. Así, ha editado cien ejemplares de un fanzine fotográfico que va a ser presentado este viernes.

Se trata de una serie numerada de 100 ejemplares y que se presenta como el primer volumen de otras entregas que llegarán en un futuro. “No está pensado para hacer una lectura lineal sino que se pueden hacer diferentes asociaciones”. Cada fanzine se puede conseguir por 10 euros, aunque más de la mitad ya tienen dueño sin ni siquiera presentarse. No se descarta, por tanto, hacer reediciones. Y la idea de poder hacer un fotolibro está sobre la mesa.

Proceso

“Cuando comencé, mi primer pensamiento es que iba a ser todo un tanto insulso”. Pero al instante se dio cuenta de que estaba muy equivocado. Huertas, interiores de casas, pequeños museos escultóricos al aire libre, zonas donde volar drones de competición... “tengo muchos frentes abiertos”.

Antes de la pandemia solía pedir permiso para entrar en los hogares de quienes habitan esta zona. “Buscaba representaciones del paraíso dentro de las casas”. Pero ni la situación sanitaria ha detenido su camino. “Sé a lo que voy en cada ocasión”. Si toca hacer paisajes, allí está el autor. Para ello también se sirve de hacer exploraciones a través de Google Maps y Google Street View. Si es momento de retratar a personas, él no falta. “Con la gente entro siempre en diálogo”, tomando notas, documentando el proceso.

“Me quedan muchas cosas por hacer. Tengo pendientes sesiones de retrato” en, por ejemplo, Basaldea. Se trata de llamar a muchas puertas y explicar bien lo que se persigue. Guerrero hasta lleva tarjetas descriptivas de su idea, de una iniciativa que al principio se iba a llamar Anaconda, hasta que descubrió KunArte y, por ende, Teatro Paraíso. El nombre de la compañía, Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y Juventud, le vino como anillo al dedo.

Así se sigue construyendo una producción en cuya senda el autor no pierde de vista que, de manera paralela a su labor, se han publicado fotolibros como Edén de Bernardita Morello y Delta de Camilla de Maffei con los que comparte similitudes. Así lo explicará también este viernes en Bilbao, donde presentará el fanzine.