“Conozco la zona muy bien” no solo porque parte del rodaje de Errementari se llevó a cabo aquí. “Edorta Lamo es buen amigo y solemos venir al Arrea!”, sonríe Eneko Sagardoy en uno de los pocos descansos que permite la grabación del cortometraje Betiko gaua. Esta vez, eso sí, no habla el actor. Sí el director. En Montaña Alavesa, el ganador de un Goya por Handia está debutando al otro lado de la cámara.

Este fin de semana se ha puesto punto final a un rodaje que, sobre todo, se ha llevado a cabo de noche con el frío de la zona de Virgala como compañero de viaje y un coche como escenario importante. “Para ser un primer corto, la verdad es que me he liado bastante”. Miren Gaztañaga y Elena Irureta protagonizan un “drama con tintes de thriller y un toque rural. Incluso de road movie concentrada”.

También con la participación de Cecile Marquette y Unax Hayden se construye un argumento “complicado de contar sin desvelar mucho”. Miren y Elena son los dos personajes centrales, mujeres que se conocen en la carretera, obsesionándose la primera por perseguir a la segunda. “Todo conducirá a una despedida que se cruzará con un nuevo inicio”.

De un cuento breve

Aunque “ahora tengo todos los sentidos puestos en el rodaje”, está previsto que el cortometraje, grabado en euskera, se estrene este mismo año. Se pondrá el broche así a un proyecto que tiene su origen en un cuento breve escrito hace cinco años por el actor y Nerea Ibarzabal, una pieza para la editorial Lanku.

Fueron su hermano Ander Sagardoy (Sumendi Filmak) y Ander Barinaga-Rementeria (responsable junto a Carmen Lacasa Aguinaga de Galapan) quienes le convencieron para llevar la historia a la pantalla. “Un día me llamaron y me dijeron que en la jornada siguiente se acababa el plazo para pedir subvenciones al Gobierno Vasco y que iban a mandar el guion adaptado junto a Nerea sí o sí”.

Dicho y hecho. Junto a las productoras mencionadas e Ikusgarri Films (Paul Urkijo Alijo), Betiko gaua está tomando forma. “Queríamos rodar en Álava, en una especie de llanura, en una carretera recta, sin identificar tampoco mucho el lugar. Y la verdad es que hemos dado con un sitio espectacular”, apunta.

Estar “a muchas cosas”

Un lugar que sirve para que cobre vida “un cortometraje que a mí me encantaría ver en la pantalla; creo que, por la temática que trata, es una pieza de mucha actualidad”. El turno del público ya llegará. Ahora es el del intérprete en el papel de director. “Antes de empezar a rodar se me pone un poco el cuerpo de actor y de repente me doy cuenta de que no, de que tengo que estar al tanto de muchas otras cosas. Pero me estoy sintiendo muy a gusto. Además, mejor rodeado no puedo estar. Tengo un equipo técnico y artístico con el que he compartido rodajes y eso hace que todo esto sea especial para mí”.

El corto, que cuenta con el apoyo del ICAA, Gobierno Vasco, Diputación Foral de Álava y Ayuntamiento de Vitoria, viene a descubrir otra faceta de un Sagardoy que hace nada ha debutado como dramaturgo con Moto-Membra Jesu Nostri.

“Llevo años con la inquietud de hacer cosas, lo que pasa es que hasta ahora no me he atrevido. Lo percibo como algo muy natural en nuestro gremio. Siempre he tenido esa tentación. Además, estoy realizando el corto sin ninguna pretensión. La idea es disfrutarlo y ver cómo se traducen las ideas que tengo en la cabeza a imágenes. Solo eso”.