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El jazz a través de otras músicas

El guitarrista Luisvi Jiménez presenta, con Vinylora como escenario, su nuevo disco, 'Caminos cruzados'

El jazz a través de otras músicasJosu Chavarri

De acoger una firma de discos de Los Punsetes a convertirse en escenario para la presentación en directo del nuevo disco de Luisvi Jiménez. Lo cierto es que estos días de puente están siendo de lo más activo entre las paredes de Vinylora. El espacio de la calle Correría se vistió ayer por la tarde de escenario para encontrarse con el guitarrista riojano y unas cuantas dosis de Caminos cruzados, que justo acaba de publicarse este mismo otoño.

Son ocho los temas que dan forma y fondo a un trabajo que está disponible en las habituales plataformas digitales, aunque también hay copias físicas que se pueden conseguir solo en la capital alavesa y en Logroño. Algunas, de hecho, volaron en el recital que el intérprete y compositor ofreció en el Casco Viejo.

Este disco “representa todas las etapas musicales que he ido pasando en este tiempo. Siempre me ha gustado explorar en el jazz pero también he tenido mis años de rock, de pop, de latin jazz, de fusión... sin olvidar la música clásica. Al final, toda esa música representa Caminos cruzados. No pretendía hacer un trabajo exclusivamente jazzístico sino mi forma de ver el jazz a través de otras músicas con todo el respeto posible”, apunta el creador.

El álbum se grabó el pasado mes de julio, en los estudios Potoko, de Beasain, con Fredi Pelaez a los mandos técnicos. Junto a Luisvi Jiménez estuvieron Adrián Royo (piano), Javier Rodríguez (bajo) y Adal Fernández (batería), sin olvidar la colaboración de Jesús Carbonell, a la guitarra flamenca, justo en el tema que sirve para bautizar todo el disco. “Algo más del 80% del álbum está grabado en directo”.

Desde el jazz, Jiménez visita distintos géneros con los mismos compañeros, algo que obliga a los intérpretes a adentrarse en diferentes sendas. “Habiendo buenos músicos, puedes ir por diferentes géneros. Lo que compartimos todos es que nos gusta esa fusión, el meterte en otras sonoridades. No pretendo hacer una bulería, sino coger pinceladas de la bulería par insertarlas dentro de un formato jazzístico. Cuando tienes músicos que están por esa labor y técnicamente son buenos, todo es más sencillo”.

Así se refleja entre estas ocho canciones. “Un disco, hoy en día, es ante todo una tarjeta de presentación. Pero además, en este caso, me apetecía dejar esto plasmado. La música o se graba o se pierde o se va transformando porque vas interpretándola con otros músicos y a mí me apetecía dejar estos temas tal y como están ahora”.

Con todo, la idea es que el álbum sirva para “tocar y tocar”. “El objetivo es actuar todo lo que se pueda, entrando además en los festivales, con la dificultad que conlleva todo lo que es un producto nuevo que se quiera vender. Pero es que en este estilo, donde ves verdaderamente el potencial de una banda y donde se trasmite todo lo que es capaz de ofrecer es en el directo”. Así lo apunta quien defiende esa necesidad de hacer que el jazz se encuentre con otras sonoridades. “La música es muy amplia como para encerrarse en un género”.