“Si escribir poesía siempre es desnudarte, en este caso voy incluso más allá”. Por eso, como reconoce la escritora gasteiztarra Yoanna Mojón, antes de publicar su segundo poemario, Nerea (Cuadranta), no pudo evitar sentir cierta sensación de apuro. “Pero pensé que era su momento, que ya estaba” y por eso, desde septiembre, su nueva obra ya se está encontrando con los lectores. Entre sus páginas, un protagonista esencial: el amor.

Poco tiene que ver esta propuesta con la tarjeta de presentación literaria que en 2018 puso sobre la mesa con Reciclaje alternativo. Este “es un libro muy íntimo” que habla de sentimientos y emociones que compartir con quien se asome a estas páginas, tal vez consiguiendo que “la gente sienta lo que escribo y le haga bien, le de luz”, apunta la autora, que ya está recibiendo las primeras y emocionantes reacciones. “Me están diciendo cosas muy bonitas”.

No es el nombre del poemario una casualidad. Ni mucho menos. “Nerea es el libro. Es para ella, un regalo que he querido hacer, y ella está emocionada” con el resultado. No se trata, de todas formas, de componer una publicación “de amor adolescente; de lo que aquí se trata es de un amor profundo, con libertad, sin ataduras. No hay en estas páginas desamor ni nada por el estilo. Son poemas de amor profundo, de luz”.

Fue en 2017 cuando la publicación, tal vez sin saberlo, empezó a tomar forma a base de una serie de mensajes de WhatsApp, poemas que se mandaban cada jornada. Un buen día, la escritora decidió recopilarlos para, sin trastocar la esencia de lo relatado en ellos, pulir detalles y ver la posibilidad de hacer una selección y armar un poemario. “Es un libro que ha requerido muchas correcciones y trabajo”, que hace un recorrido cronológico entre aquel inicio y las últimas creaciones correspondientes a este mismo año.

“Ha sido un viaje especial y bonito”, más allá de que “al principio me sentía un tanto desubicada” al crear estos poemas. “Decía: ¿pero de dónde me sale a mí esto?”. Tampoco pulirlo fue sencillo. “El torrente de emociones cada vez que me asomaba a un poema era intenso, como una montaña rusa; a veces tenía que parar y buscar cómo despejarme”. Con todo, “ahora lo leo y me sigue pareciendo precioso”.

Nerea supone para su creadora pasar de una poesía más oscura a otra diferente. “Este libro es irrepetible. Sentir un amor así y poder reflejarlo de esta manera es algo que solo te pasa una vez en la vida. Aunque yo repetiría”, dice con un sonrisa quien empezó a escribir desde pequeña, aunque no fue hasta los 18 años cuando se decidió a formarse y unir los caminos de lo innato y lo aprendido.

En esa senda, por supuesto, la escritura no para. “En el ordenador, esperando en la recámara, hay muchas cosas esperando. Y yo siempre estoy en construcción. Produzco mucho, lo que pasa es que soy un poco desordenada”. Así que mientras se construye el próximo título, ahora es el momento de Nerea, de un poemario en el que el amor se convierte en el principio y el fin tanto para la escritora como para quienes ahora compartan la lectura del libro.