Es Jimmy Jazz una sala que Félix Buff conoce muy bien. Vuelve este viernes con muchas ganas, además con el aliciente de compartir cartel con Gailu, que “es una banda que me parece muy interesante, sobre todo cómo han llevado al directo su trabajo en el estudio”. De nuevo entre las paredes del espacio de la calle Coronación, esta vez el protagonismo es para su proyecto, para un Rüdiger que nació en plena pandemia y para el que justo estos días está dando forma a algunos de los temas que compondrán su siguiente disco.

Un concierto en medio de una grabación en el estudio. ¿Un poco locura?

No, no, es que siempre estoy produciendo cosas. No te digo que pueda acceder al estudio cuando quiera, pero más o menos. Mi hermano y yo tenemos uno, Shorebreaker, al lado de Baiona. Allí es donde ensayamos con Willis Drummond y producimos música. Él es el dueño del estudio pero tengo acceso cuando hay huecos en la agenda (risas). Hay una última canción que quiero poner en el nuevo disco de Rüdiger y esta semana estoy con ella. El álbum no saldrá hasta dentro de un año, creo.

Así que hay que esperar.

Es un tema de agenda. Dentro de poco vamos a sacar disco con Willis Drummond, con la gira posterior, y es difícil compaginar ambas cosas. Lo he hecho en el pasado y no quiero repetir errores. Pero como tengo canciones en mente, voy aprovechando. No necesito estar una o dos semanas encerrado en el estudio para hacer todo un álbum del tirón.

De todas formas, ¿en el concierto de Gasteiz caerá alguno de esos nuevos temas?

Hay dos canciones del nuevo disco que toco. Y otras dos que no están editadas en ningún lado. Es que me faltan horas. Hago más canciones de las que tengo tiempo para grabar. No compongo para un álbum, soy más de hacer temas sueltos y luego ir recogiéndolos para hacer un determinado conjunto para un disco. Así que las trabajamos con la banda, las probamos en directo y vamos viendo.

¿Qué tiene que aportarle Rüdiger o en qué se tiene que diferenciar con respecto al resto de proyectos en los que toma parte?

No es que yo estuviera buscando un camino para hacer otras cosas. Fue el camino el que me encontró a mí. Cuando compongo una canción no lo hago pensando en enfocarla a una banda en concreto. Son cosas que me llegan y no me pongo limitaciones para intentar que un tema tenga que responder a esto o lo otro. Creo que todo es música y hay muchos estilos diferentes a los que miro sin límites. Compongo temas tanto de rock como de pop, como instrumentales, como... Soy incapaz de elegir solo una senda. Así que lo que hago es componer canciones y luego veo quién puede ser el dueño de cada una. Cuando paramos en pandemia, tenía varias canciones que no contaban con dueño y me apetecía explorar esta propuesta que es Rüdiger. Me ha abierto otro camino para hacer lo que quiero. Lo bueno es que soy el responsable de hacer lo que quiero. Así, en el concierto de Gasteiz la gente podrá encontrarse con canciones de americana, pop inglés y rock. Hay mezcla y eso se ampliará en el segundo disco. Las canciones van esperando su momento. Mira, por ejemplo, hay un tema que sacaré dentro de poco con Elena Setién que lleva compuesta nueve años. No tiro nada. Dejo las canciones esperando su momento adecuado.

Hay un elemento esencial en todo esto que es el público. ¿Cómo nota que se ha recibido esta nueva propuesta de Rüdiger?

Desde el principio la reacción está siendo bastante buena. Cuando saqué el disco estábamos todavía en una de las partes más duras de la pandemia, pudiendo hacer algunas actuaciones pero con aforos muy limitados y esas cosas. Más allá de mi música, se notaba que la gente estaba con muchas ganas de retomar el hecho de vivir un concierto. Tuve la suerte de poder beneficiarme un poco de esa energía como empujón para empezar a tocar solo. La gira la comenzamos en dúo, con Joseba Irazoki, y me sentí muy bien desde el principio. No fue fácil, porque yo soy batería de toda la vida, así que me tuve que poner mano a la obra para aprender la guitarra y a cantar. A los seis meses, desde Andoain nos ofrecieron un concierto pero con la idea de presentarnos en banda. Así lo hice, aunque mis planes eran crear un grupo un poco más adelante. Fue el empujón que necesitaba para formar la banda, con la que estuvimos tocando en varios sitios, también de Francia. Ahora, de cara a este final de año, retomamos este formato para hacer una serie de conciertos como el de Gasteiz, que luego seguiremos en noviembre en sitios como Donostia y Gernika. Entre medio seguiremos haciendo conciertos en dúo con Joseba Irazoki. Lo que pasa es que su agenda es también complicada. La verdad es que creo que tiendo a llamar a los músicos más liados del mundo (risas).