“Fueron tres días de grabación muy intensos. Es que yo también me pongo un poco pesado a veces”, dice con una sonrisa Gabriel Erkoreka. El compositor, pianista y profesor bilbaíno, Premio Nacional de Música 2021, es el protagonista del nuevo disco que justo estos días acaba de publicar el prestigioso sello austriaco Kairos, un álbum que se suma a la destacada, galardonada y amplia lista de producciones afrontadas por el pianista vitoriano Alfonso Gómez. Un viaje sonoro a través de casi tres decenios de trayectoria creativa. Es el planteamiento que hace un trabajo que recoge la obra completa del autor vasco para piano solo, por lo menos hasta llegar hasta el momento presente.
“La obra pianística de Gabriel Erkoreka ocupa un lugar señalado dentro del repertorio contemporáneo por varias razones: su poesía sonora, su violencia, su complejidad técnica, su valiente apuesta por el color, su afianzada factura artesanal y una relación tan intensa como ambigua con el folklore, la tradición musical centroeuropea y la vanguardia. En mi opinión es precisamente esa capacidad de moverse ágilmente entre diferentes dimensiones estéticas uno de los aspectos más remarcables de su producción”, describe Gómez a la hora de presentar un disco que se registró entre los días 3 y 5 de septiembre de 2021, en la Wolfgang-Hoffmann-Saal de Frigurgo (Alemania), ciudad en la que el intérprete gasteiztarra reside desde hace ya años.
Bajo el significativo título de Gabriel Erkoreka. Works for solo piano, se invita a quien escuche el álbum a lanzar una amplia mirada a un camino que se inicia en 1994 con Nubes. “Es la obra por la que Alfonso y yo nos conocimos. Me sigo reconociendo en ella y, de hecho, no he podido dejar de hacerlo porque es una obra muy interpretada. Nunca me ha dado tiempo a olvidarla”, comenta el compositor. Nubes II, de 1995, da paso en este disco a las piezas más recientes, ya que la producción no sigue una línea cronológica. Así, aparecen Four Ballades, compuestas entre 2017 y junio de 2021.
Piden paso, de esta manera, Ballade No. 1-Pierre Boulez in memoriam, Ballade No. 2-Edgar Varèse in memoriam, Ballade No. 3-Olivier Messiaen in memoriam y Ballade No. 4-Gérard Grisey in memoriam. El cierre viene dado por una etapa intermedia, en la que Erkoreka se interesa de manera especial por establecer vínculos con músicas preexistentes o de otros autores. Por eso aparecen Jaia y Dos Zortzikos (ambas piezas de 2000), Kaila Kantuz (2004) y Mundaka (2009). “Este disco no es ningún punto final, es como una fotografía, un testimonio. Al fin y al cabo, el piano es mi instrumento”, dice el compositor.
“Si examinamos el carácter de las obras en base a sus títulos, observamos que las piezas de clara inspiración vasca como Mundaka y Dos Zortzikos incluyen los momentos más violentos. Jaia, de título vasco pero de inspiración claramente albeniziana, lleva el virtuosismo a su máximo extremo, llegando al límite de lo pianísticamente posible, y es posiblemente la obra más influida por la New Complexity inglesa. Nubes y NubesNubes IIparecen a primera vista nacer de una tradición francesa (sin olvidar algunos rasgos heredados de Carmelo Bernaola) pero son, sobre todo, una matriz de la que nacen algunos de los acercamientos pianísticos de las próximas décadas, además de un magnífico estudio de variación motívica”, define Gómez.
En este sentido, el pianista añade que “Four Ballades es la cumbre de un juego atemporal en el cual Erkoreka evoca tanto a la tradición de F. Chopin y J. Brahms como a los clásicos contemporáneos P. Boulez, E. Varèse, O. Messiaen y G. Grisey. No son meras citas, sino motivos con los que Erkoreka moldea un material para construir un edificio al que poco después hará saltar por los aires. Estos motivos se escuchan de manera tan compacta y densa que hasta un oído experto apenas los puede identificar, y esto es un aspecto esencial para entender la obra de Erkoreka: su música nunca impone, solo induce”.
Así se refleja en un disco al que ambos, cada uno desde su posición, aporta todo lo que tiene. Y aquí las palabras de agradecimiento de uno hacia el otro son tan abundantes como sinceras. Gómez habla de la “gran capacidad de emocionarnos” que tiene Erkoreka. El compositor subraya “la sensibilidad e inteligencia exquisitas” del intérprete.