En todos los sentidos, marzo de 2020 puso el mundo patas arriba. No ha pasado tanto tiempo desde entonces, aunque ahora parezca que los momentos más duros del confinamiento sean parte de un pasado muy lejano. En aquellas semanas, en casa del escritor gasteiztarra Jesús María Sáez sucedió lo que en tantos otros hogares, es decir, hubo que inventar una y mil maneras de sobrellevar las cosas de la mejor manera posible.
Eso sí, lo que en su caso empezó “casi como una trastada” se ha convertido ahora en un libro lleno de carcajadas que el autor de novelas llenas de acción y misterio como Pandora, Kazajistán o Poniente firma junto a sus hijos Ibai y Néstor, con quienes comparte el seudónimo Los Compañeros Youtubers. Chistes confitados, que cuenta además con las ilustraciones de Alexandra Rudina, ya está disponible, una extensa recopilación de ocurrencias pensadas para jóvenes de entre 9 y 13 años, aunque entre sus páginas se puede perder cualquier persona.
“A pesar de cómo lo estaban pasando los chavales, lo aceptaron todo muy bien, con naturalidad. Pero, claro, yo empecé a darle vueltas a la cabeza en torno a qué podía hacer junto a dos chicos de 14 y 12 años, qué podía ser lo más sencillo y que nos pareciese entretenido a todos”.
Como a su hijo mayor le gusta contar chistes, “y lo hace muy bien”, decidieron tirar de ese hilo, embarcándose, sin saberlo al principio, en una recolección sin fin. Llegaron a juntarse con más de 500, aunque en la publicación se han terminado quedando más de 400, una labor de edición en la que los tres tomaron parte activa.
“En ese momento, con aquel volumen de material que habíamos conseguido juntar, pensé que ahí podía haber un libro. Pero me faltaba algo” y empezó la búsqueda de una ilustradora que pusiese la guinda al proyecto. Ahí apareció Alexandra Rudina. El resultado es un libro “de humor blanco” que resulta “ideal para familias”, según explica Sáez.
“¿Qué lee un crío que no está acostumbrado a ello? Pues un libro de chistes, de adivinanzas o de acertijos. Cosas pequeñitas, fáciles. Pues es la idea de esto, ofrecer algo sencillo, barato, un regalo oportuno sobre todo para los chavales que leen menos o que les cuesta más leer pero quieren ir adentrarse en ello. Al fin y al cabo, todos, con el paso de la edad, hemos ido saltando de cosas más ligeras a más profundas”. Por de pronto, la publicación se puede adquirir a través de Amazon y en la librería Ayala.
Aunque el escritor comparte que el género del chiste ha perdido presencia entre el público adulto y en los medios de comunicación con respecto a años no tan lejanos en los que había, por ejemplo, programas específicos en la televisión, “los chistes en los críos siempre han existido y siguen presentes. Yo les oigo. Es algo que ellos sí que siguen”. Sucede así con sus hijos, que no solo tiraron de memoria y otras herramientas para la recopilación, sino que también se encargaron de revisar el resultado final.
Eso sí, Chistes confitados ha llegado mientras Sáez sigue trabajando en sus proyectos principales. De hecho, con la mirada puerta en el primer trimestre de 2022, sigue dando pasos para completar Moscú, la última novela de la Trilogía del Este. Esto se está haciendo mientras también comparte sus experiencias y enseñanzas a través de la formación que ofrece con los cursos que organiza el Ayuntamiento de Vitoria, aunque el autor reconoce que este libro de chistes ha terminado de abrir una puerta que igual se atreve a cruzar.
En su día la también escritora Marisol Ortiz de Zárate le metió el gusanillo de la literatura infantil. “Yo me consideraba un negado en ese campo, pero ella me insistió. Y le estoy dando vueltas. Me he leído, por ejemplo, los últimos títulos de Juan Gómez-Jurado de la serie de Amanda Black y me parecen muy interesante. Y tengo ganas. Me ha picado. Me está rondando la idea de hacer una novela para chavales, contando además con ilustraciones”.