- Emma Suárez estrena este viernes “por fin”, dice en una entrevista con Efe, la película Una ventana al mar, un drama amoroso que parte de la más triste de las noticias para evolucionar a la placidez de quien consigue conocerse a sí mismo a pesar del miedo: “Habla de abrir compuertas y dejarse llevar”, apunta.
“Hace dos años que rodamos esta película, pero me acuerdo perfectamente, ésta es de esas historias que te dejan huella”, afirma la actriz madrileña, en el largometraje una madre y abuela de Bilbao que, a sus 55 años, se enfrenta a una terrible noticia: tiene cáncer y está en un grado avanzado. Antes de saberlo, María (Suárez) había planeado un viaje con sus amigas a Grecia y decide seguir adelante; “ella hace de ese viaje un proceso personal, íntimo, y se va encontrando a sí misma”, explica la actriz, quien decididamente “adora” a su personaje. “Me fascina porque, para una persona inquieta y curiosa siempre es mas fácil atreverse a dar el salto, pero para alguien apocado y miedoso, atreverse tiene muchísimo mérito. Esta película habla de personas como María, que, en un momento, de su vida, ya quizá en la edad adulta, decide abrir compuertas y dejarse llevar”, resume.
Rodada en castellano, euskera, inglés y griego, Una ventana al mar es el quinto largometraje de ficción de Miguel Ángel Jiménez que ha prestado al personaje del hijo, Imanol (Gaizka Ugarte), sus emociones y sentimientos. Así nació esta película. “Quise reescribir mi propia historia. Mi madre, cuando ya estaba enferma, me pidió que llevase a Puerto Toro, el último lugar habitado del planeta donde yo había estado unos días; le seducía pasar sus últimos días unida a la naturaleza”. Pero aquello no sucedió. Por eso, dice Jiménez a Efe, “quería que a esta mujer le fuera bien al atreverse, que le pasasen cosas buenas”.
“Todo lo que sucede al principio de la película es exactamente lo que me pasó a mí, hasta hice esa fotografía con el móvil -una de las imágenes más conmovedoras de la película-, pero a partir de que ella decide hacer el viaje es todo ficción”.
El lugar elegido es la isla griega de Nisyros, situada al sur del mar Egeo, un sitio real que Jiménez conoce bien.
Allí, explica la actriz, María viaja para reordenar su cabeza y encarar los pocos días de vida que puede que le queden. A pesar del drama del que parte la película en Bilbao, “es una película optimista, positiva y luminosa”, resume la actriz madrileña.
Pensando en María, Suárez comenta que nada le parece más absurdo que “pasarse la vida entretenidos con cosas y quejarse de la falta de tiempo para uno mismo”.
“Estamos siempre siendo demandados por cuestiones que nos entretienen; vivimos en una sociedad capitalista y consumista y al final lo que nos hace felices son detalles sencillos, cosas elementales -filosofa-: un atardecer, pasar una tarde con una amiga, una buena conversación, una buena película, un buen libro...”.
En ese sentido, añade que, durante el confinamiento, se dio cuenta de que no necesitaba nada; “no necesitaba consumir. Nos hemos acostumbrado a esta sociedad del consumo que no nos lleva más que al vacío”.
Y aunque no suele “opinar de política”, dice que es vecina de Madrid y a ella le pasa “como a todo el mundo”: “En este momento es muy importante que miremos hacia dentro, porque fuera hay confusión, caos. La realidad que vivimos es surrealista, estamos todos confundidos y sometidos al miedo”, considera la ganadora de tres premios Goya. “Y de alguna manera es como si los políticos nos responsabilizaran a nosotros de ese caos, pero, perdón”, -enfatiza la actriz-, “son ustedes los responsables de organizar esto, este es su trabajo. Solo pedimos, sentido común”, zanja.
“La película ‘Una ventana al mar’ habla de abrir compuertas y dejarse llevar”
Acrtiz