- No se agota la capacidad de sorpresa ante Rufus Wainwright, alguien que reconoce haber probado casi todas las drogas (y no arrepentirse "más que de una") y disfrutar esquivando reglas (no en vano, Unfollow the rules es su último disco), famoso por sus versiones de Judy Garland y que tuvo una hija por gestación subrogada que es nieta de Leonard Cohen. "De corazón, soy una persona tradicional en realidad", irrumpe entonces él. "Aunque de puertas para afuera soy una especie de astronauta con una vida muy dramática que ha buscado siempre expandir límites, mis influencias son muy antiguas: la ópera, el Hollywood dorado, los standars de jazz... Lo que me define es lo que hago con todo eso después", razona.
La "más perfecta confluencia" de su vida, de su carrera y de su música es su noveno álbum de estudio con material inédito y el primero que lo devuelve a la senda popular desde Out Of The Game (2012). ¿Por qué tanto tiempo? "Llegué a una edad un poco complicada para el pop. Los treinta y muchos son un período raro a la hora de definirse: ¿soy un ídolo musical, un papá, sigo resultando atractivo? Ahora, a mis cuarenta y tantos, por fin he asumido que soy un hombre de mediana edad. No tengo esa confusión sobre mi lugar en el mundo y la historia que quiero contar. Soy una persona que ya ha estado allí y que ha sobrevivido", alega Wainwright (Rhinebeck, 1973). Como resultado quizás de esa falta de necesidad de justificarse, hay quien considera este nuevo trabajo como su Pet Sounds (la obra maestra de The Beach Boys). "Por primera vez siento que un disco mío es perfecto. Antes siempre sentía que había algo que no llegaba. Pero este es el primer álbum en el que no estoy intentando hacer ninguna declaración", explica.