Bilbao - Aitor Arregi admite que, tras no conseguir los galardones de mejor actriz para Belén Cuesta y mejor actor para Antonio de la Torre en los Premios Forqué, veían la gala celebrada el sábado en Madrid "con tintes negros", situación que dio un giro de 180 grados al hacerse con el premio a Mejor Película.
Zorionak por el premio.
-Eskerrik asko, estamos muy contentos. No nos lo esperábamos. Sabíamos que estábamos ahí, pero la favorita era, sin duda, la de Almodóvar. Aunque en estos casos puede pasar de todo. De hecho, mucha gente que nos dio la enhorabuena se mostraba sorprendida.
Ha sido una buena manera de empezar el año, Mejor Película de 2019.
-Sí, el sábado empezaba nuestra temporada de galas y premios -Forqué, Feroz y CEC- con La trinchera infinita, antes de que culmine con los Goya. Y es que los Forqué son los que dan el pistoletazo de salida y los que miden la temperatura de cómo está la cosa, todo el mundo está pendiente de esto. Por eso, tener el premio gordo, el de mejor película es? Claramente, y no lo digo por quedar bien, para casi todo el mundo el favorito era Almodóvar, aunque Amenábar también estaba ahí. Por eso, ganar es una manera inmejorable de comenzar estas dos semanas locas de galas.
En los últimos años la ganadora del Forqué ha sido la ganadora del Goya.
-Es verdad que sí suele estar muy unido. El que gana el premio a Mejor Película muchas veces repite luego en los Goya. Pero también es cierto que Almodóvar no ha ganado ningún Forqué, pero sí varios Goya, por lo que no siempre está unido. Estando con él, esa estadística favorable se tambalea un poco. Para mí sigue siendo favorito, aunque es verdad que pasamos a ser un poco más que una alternativa, y pasaríamos a estar pujando más fuerte por el premio, empezamos a creérnoslo un poco más.
¿Es el rival a batir?
-Sí. Almodóvar es el que es. Fuera de España es dios. Y Dolor y gloria es una película que ha gustado mucho. Como toda buena película a algunos les gusta y a otros no, y crea controversia pero es muy sólida. Sería de necios por nuestra parte pensar que con los Forqué la cosa está hecha.
Sigue siendo favorito pero les ha hecho subir escalones.
-Eso es, apretamos un poco más la clavijas. Es el Barça o Madrid pero le hemos puesto las cosas más complicadas. Ahora es un: ¿por qué no? Si los Forqué lo han considerado así? El sistema de voto es distinto en los Goya? Pero hoy, hay razones para pensar en lo bueno.
Bueno, hasta que llegue ese día, 'La trinchera infinita' es la mejor película de 2019.
-Eso sí (risas), según los Forqué por lo menos.
Desde que el Zinemaldia la vio nacer, ha logrado tres nominaciones en los Forqué, seis en los Feroz, siete en los CEC, quince en los Goya... se reconoce el trabajo de todo el equipo.
-La nominación a mejor película engloba el trabajo de todos, pero ver que los distintos departamentos tienen su recompensa con esas nominaciones es muy agradable, porque todo el mundo se ha partido la espalda por La trinchera. Sentir que vamos a estar juntos viviendo esa noche en Málaga con los Goya me recuerda a la noche de Handia, que fue mágica. Ya me gustaría repetir eso otra vez, refrescar esos recuerdos con La trinchera.
Destacaron el papel de Belén Cuesta y Antonio de la torre.
-Sí, porque aunque todo el equipo cuenta, los intérpretes son los más importantes. Tienen que poner cuerpo y alma a las emociones y darles sentido.
Y la acogida en taquilla de la película ¿cómo la valora?
-Ha cumplido expectativas. En Euskadi ha ido genial y en Madrid, por ejemplo, todavía está en un par de salas, lleva once semanas en cartelera. Andalucía bien, pero estando ambientada allí es una pena que no se haya visto más. Y mira, por ejemplo, los Forqué, y si resulta también ganadora en los Goya, nos pueden ayudar a que la peli tenga una segunda vida en las carteleras, que los dueños de cines se animen a programarla otra vez.
Comentaba que los premios son importantes pero el público es el objetivo principal.
-La cartelera es superimportante, sí. Lo crucial es conectar con la gente; que haya gustado o que le haya dicho algo. Pero gracias a los premios podemos tocar distintas puertas para los siguientes proyectos. La trinchera se ha hecho gracias a los premios de Handia, y Handia se ha hecho gracias a los premios de Loreak. Por eso es importante, pero eso vino acompañado de una aceptación de una gran parte del público.
'La trinchera infinita' se diferencia de los anteriores proyectos; han salido de Euskadi para grabarla, el filme es en castellano... ¿Es con la que más han arriesgado?
-Sí, tiene varios elementos que la hacen distinta. Pero cada proyecto es como poner en marcha una empresa de nuevo. Es empezar de cero y tomar riesgos. Después de Handia, con el jaleo que supuso, hacer una historia de una pareja que está encerrada en su casa parece un juego de niños (risas), pero tiene sus complicaciones. Está hecha en un andaluz verosímil, de un pueblo de la Andalucía profunda en el 36. Nos imponemos una serie de reglas de realización para que se cuente de una manera en la que el espectador sienta que está metido en el papel, que esté viviendo el punto de vista del personaje; desde el zulo? y todo eso lo complica todo. Y lo que dices, parte del equipo es andaluz, no los conocíamos y siempre tienes ese respeto por cómo será esa química.
Pero ha funcionado.
-Sí, y lo que más nos llena es que viene más gente que nunca a felicitarnos. A los espectadores les ha llegado mucho. Desde que estuvo en Donostia ha funcionado bien. Hace seis meses ya hubiésemos firmado para estar hoy en día en esta situación.
¿Por qué cree que le ha llegado tanto al público?
-Yo creo que es porque se identifican con decisiones, dudas y miedos de los personajes. Es sobre el miedo, y eso es universal y eterno. Hace tiempo leí una cita que decía de generación en generación lo que cambia es la ropa pero los problemas fundamentales seguirán ahí. Y creo que es así, todo el mundo ha experimentado lo que es el miedo, y un topo es su representación perfecta; y es actual además. El tema de Guerra Civil y posguerra da mucho juego, porque pasaron cosas tremendas y todavía somos consecuencia de todo lo que pasó. Por eso se llama La trinchera infinita, son los conflictos que no se terminan y se pueden ver hoy en día todavía. Y una tercera: que es una historia de amor.
Ha comentado que 'Handia' se ha hecho gracias a 'Loreak', 'La trinchera infinita' gracias a 'Handia'... ¿cuál será el proyecto que nacerá tras el éxito de este último filme?
-(Risas). No hay nada definitivo todavía. Tenemos cuatro o cinco proyectos en fase de desarrollo, los estamos moviendo y presentándolos. No sabemos por dónde tiraremos porque no depende del todo de nosotros. En mes y medio o dos meses sabremos claramente el proyecto. Pero lo dicho, necesitamos el apoyo de socios para que se vaya financiando.
¿Cómo prevé los Goya? Tienen 15 nominaciones...
-Menos de cuatro estaría bien, no nos iríamos con las manos vacías; de cuatro a seis estaría muy bien, y más de seis sería genial. Pero vamos a por todas, queremos competir y estar ahí. A partir del premio es como: ¿por qué no soñar? Vamos a competir.