Todos conocen el origen de Duncan Dhu. Todos conocen la historia de tres jóvenes de entre 18 a 20 años que en la mitad de la década de los 80 surgieron como una exhalación en el panorama musical estatal. Mikel Erentxun se había obsesionado con el personaje de Duncan Dhu, extraído de la novela Las Aventuras de David Balfour de Robert Louise Stevenson, y con el legado escocés. Mañana, Warner Music reeditará el primer mini LP del conjunto donostiarra, Por tierras escocesas, en una cuidada edición repleta de extras y con un libro sobre aquel año 1985.

Erentxun a la guitarra y a la voz, Diego Vasallo con un contrabajo y Juanra Viles con una caja de batería y un plato que reverberaba como un gong, iniciaron en aquel disco la “magia” de Duncan Dhu, que se sustentaba precisamente en las limitaciones técnicas que tenían como músicos. “Nosotros técnicamente no éramos una maravilla pero éramos capaces de sacarnos del bolsillo un LP con portadas, con fotos, grafía... 33 años después todavía funciona”, afirma Viles.

Erentxun procedía de los Aristogatos, mientras que Vasallo y Viles, amigos desde el año 1981, pertenecían a los Dalton. En Semana Santa de 1984 este último grupo tenía un bolo en el colegio Marianistas de Donostia, tras la salida de Joseba Ortega de Los Dalton, Erentxun colaboró durante un mes con ellos.

Fruto de aquel encuentro, Erentxun y Vasallo apostaron por crear un conjunto con el espíritu escocés y seguidor de la Sun Collection de Elvis. Viles se sumó en agosto de 1984, completando el trío de Duncan Dhu. “Esta primera fase de la época trío fue muy bonita y artísticamente muy potente. Nosotros lo que queríamos hacer era algo artístico y no pensábamos como se piensa ahora en las listas de Spotify, sino en componer un LP, y estos tenían que tener una coherencia musical, de imagen y temática”, recuerda el exbatería.

Vasallo y Erentxun viajaron a Madrid para tocar la puerta de algunas discográficas hasta que encontraron una que se interesó: Discos Radioactivos Organizados (DRO).

Después del viaje del guitarra y el contrabajista, Viles viajó a la capital del Estado y aprovechó para visitar esta casa, que les ofreció grabar un LP -se llamó La única alternativa- con otros grupos que pensaban que iban a despuntar. No obstante, a DRO no le interesó el proyecto de los guipuzcoanos y le pasaron la pelota al estudio GASA, que en aquella época no tenía siquiera oficinas.

Por tierras escocesas se grabó en un estudio Musitrón en Mejorada del Campo, cercano al aeropuerto de Barajas, en muy pocos días y en solitario, debido a que el productor Paco Trinidad enfermó, lo que Viles considera, en cierta medida, como un golpe de suerte, debido a que esto les permitió hacerlo a su aire. “En aquella época nadie sonaba como nosotros. Era un concepto bastante artístico para lo que nosotros éramos capaces de dar”, recuerda.

Grabaron ocho temas. Seis de ellos se incluyeron en el mini LP y los otros dos, Mi amor y Bésame mucho, pasaron a ser parte de La única alternativa. Viles se muestra contento, dado que con la reedición que sale mañana se incluyen esos dos temas, además del Sir D’ Halancourt, que fue la cara B del sencillo Casablanca.

Aún más, en la nueva edición se recogen dos maquetas de 1984 y una de 1985. La primera de ellas, fechada el 12 de septiembre del 84, es la grabación del directo que hicieron en el programa Nuevas factorías de los estudios de Radio Cadena de Donostia, situada entonces en la calle Easo.

La grabación fue un éxito inmediato. En solo tres semanas se vendió la primera tirada de 1.500 copias del LP y aquí llega un hecho que aún hoy lamenta. “Casi hacemos quebrar a la empresa”, dice Viles entre risas. El contrato solo establecía unos porcentajes hasta la venta de 4.000 unidades y a partir de allí no establecía nada. A GASA llegar a esas cifras le parecía imposible, así que decidió dejar en manos del grupo los porcentajes a partir de esa barrera. Lo que ocurrió es que con el éxito de su segundo disco, Canciones, el primer LP llegó hasta la cifra de las 50.000 unidades vendidas, lo que provocó que la productora pidiese la renegociación al trío.

EVOLUCIÓN “Con Duncan Dhu estábamos en constante evolución. Alguna vez le he oído decir a Mikel que por Diego y por mí todavía estaríamos teorizando sobre el primer disco y no lo habríamos grabado aún”, ríe Viles, para añadir que esa constante evolución a la que se refiere provocaba que abrazaran nuevos estilos sin dejar morir los anteriores.

En este sentido, recuerda que el grupo “quemaba etapas muy rápido”. La idea original era dedicarse al rockabilly acústico pero, enseguida, con la llegada de su segundo disco, Canciones, apostaron por el folk: “Podíamos haber hecho un segundo LP siguiendo el camino emprendido en Por tierras escocesas con mayor oficio y experiencia, pero apostamos por otro género, debido a nuestra incapacidad de hacer género”.

El impacto del fenómeno fan y el tercer disco Grito del tiempo -“un disco con muy buenas canciones pero una horrible producción”- marcaron, a juicio de Viles, el principio del fin del trío que, finalmente, acabó en dúo tras la salida del batería en 1989. “Suelo decir que con Duncan Dhu me hice amigo de Mikel. En el caso de Diego le suelo decir que somos amigos pese a Duncan Dhu”, comenta, para añadir que aquellos cinco años fueron para él “una escuela de vida”.

la espina Viles afirma que ya ha lanzado el cebo a Erentxun para dar un concierto en la calle. Recuerda que el grupo surgió, precisamente, para tocar en la calle, algo muy habitual, por ejemplo, en Iparralde. No obstante, fue algo que nunca hicieron.

El exbateria plantea un concierto al aire libre con un setlist de una hora u hora y media de aquellos primeros años de trío de Duncan Dhu. “Serían todo himnos”, afirma Viles. Ante la buena recepción de Erentxun, solo falta que Vasallo diga que sí.