Tras tres años sin parar gracias al exitoso recorrido de EH Calling, Kaotiko ha arrancado 2016 con la publicación de su noveno trabajo discográfico (el séptimo de estudio), un Sindicato del crimen (Maldito Records) que viene a reafirmar el buen momento que vive el grupo de Agurain, ahora inmerso en el arranque de una gira que está pasando por distintos escenarios del Estado con recientes llenos, por ejemplo, en Madrid o Salamanca.
Con este nuevo trabajo, la banda, como pasó con el anterior, ha vuelto a contar con Jimmy (Soziedad Alkoholika) como productor de la docena de canciones registradas en los Estudios Higain (Usurbil), estando a los mandos técnicos Haritz Harreguy. “Repetimos fórmula en ese sentido pero cada álbum es diferente; ya veremos cómo funciona éste”, dice Jhony (voz), quien reconoce que el proceso ha tenido sus complicaciones porque “teníamos conciertos pendientes, había que ir al estudio, preparar los temas... pero bueno, parece que hemos conseguido lo que pretendíamos”.
Tanto él como Xabi (batería), Mortx (bajo y coros), Aguayiko (guitarra y coros) y Aguayo (guitarra) han contado además con las colaboraciones de Peón Kurtz y César Strawberry (Def con Dos), Hodei (Arkada Social), Magu y Sala (Potes / Dirty Brothers) para armar un nuevo artefacto de punk rock sin medias tintas ni en las formas ni el fondo. “¿Si hay mucho sindicato del crimen? No tienes más que poner la tele todos los días y pensar en las razones que hay para que a tanta gente poderosa que roba no le pase nunca nada”. En este sentido, el cantante vitoriano de los de Agurain afirma que “hay muchas cosas en las que incluso vamos para atrás. De verdad, ojalá llegue el momento en que hagamos determinado tipo de letras y caduquen al día siguiente pero la realidad nos dice que no es así. Es más, creo que dentro de 20 años habrá muchas canciones, tanto nuestras como de otra gente como Evaristo, que seguirán teniendo vigencia”.
Con el disco ya en la calle es la hora de seguir en el directo, un camino que de manera oficial con este álbum se inició el pasado día 5 en Santander. Eso sí, no hay fechas en tierras alavesas y, de hecho, el único concierto en el País Vasco será en Bilbao. “La familia nos tiene muy vistos”, ríe Jhony, quien explica que “este año no queríamos tocar tanto, pero se nos ha ido la cosa de las manos, otra vez. No sabemos decir que no”. De hecho, la agenda viene apretada por todo el Estado, “donde nos conocen muy bien; siguen viniendo los que eran jóvenes como nosotros cuando empezamos y también las nuevas generaciones. Supongo que es cosa de insistir y del tiempo que llevamos”.
No en vano ha llovido lo suyo desde la publicación en 2001 de Mundo kaotiko. “Nos van saliendo canas y ahora hay niños en el local correteando; tan mal no lo hemos hecho porque seguimos aquí, aunque en realidad no tenemos la sensación de que haya pasado tanto tiempo. Seguimos siendo la misma pandilla a la que le gusta ir de conciertos, estar en la furgoneta y todas esas historias. Es como al principio. Mira que hemos hecho kilómetros, que llevamos unos 500 conciertos a las espaldas y aún así, seguimos con la misma ilusión”.