E L séptimo arte podría convertirse en breve en un activo financiero, un risky business que ha soliviantado a Hollywood donde rechazan la creación de un Wall Street de películas por miedo a caer en manos de especuladores. Dos compañías estadounidenses expertas en el mercado de valores, Cantor Fitzgerald y Veriana Ventures, están a la espera de la autorización federal para poner en marcha independientemente sendas bolsas destinadas a apostar sobre cuánto recaudará en taquilla una película aún por estrenar.

Unas iniciativas que pretenden llevar la inversión en futuros, habitual en las bolsas de hoy en día, hasta la meca del cine, lo que supondría una nueva herramienta al alcance de los estudios para gestionar los riesgos de fracaso de sus películas y una oportunidad de ganar (o perder) dinero para quien quiera hacer negocio del ocio. En el caso de Fitzgerald y su Cantor Exchange, por ejemplo, cada dólar que valga una acción equivaldrá a un millón de dólares en taquilla, de tal forma que si un activo de Iron Man 2 costara 100 dólares, su poseedor asumiría que el filme lograría ingresar 100 millones de dólares tras 4 semanas en cartelera. Si la cinta superara esa cifra, la diferencia se convertiría en beneficios, si es inferior, en pérdidas. Un sistema aparentemente sencillo pero de elevado riesgo inversor ya que especula sobre bienes intangibles en un sector acostumbrado a las sorpresas.

sorpresas Pocos habrían predicho en 2009 que Nine no superaría los 20 millones de dólares (14,8 millones de euros) en taquilla, 60 millones (44,4 millones de euros) menos que su coste de producción, por lo que el si su distribuidora The Weinstein Company hubiese emitido participaciones a futuros de ese filme, posiblemente habría paliado la falta de caja con el dinero de los inversores. Una lectura que sustentan los analistas bursátiles pero que para los estudios de Hollywood tiene pocos pros y muchos contras.

En una carta conjunta emitida esta semana por organizaciones del sector como la Motion Picture Association of America (MPAA), así como asociaciones independientes y sindicatos, se urgió a la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), entidad que regula el mercado de futuros en Estados Unidos, a que rechazase estas bolsas. Los firmantes consideran que estos mercados de inversión terminarían por dañar al mundo del cine y que sería muy complicado frenar los intentos de manipulación promovidos desde dentro del sector, ya que "hay muchos participantes que no están bajo el control de los estudios".

Hollywood teme que rumores anónimos sobre el estado de una producción en la que trabajan cientos de personas o filtraciones en la web de secuencias del filmes con el único fin de dinamitar su cotización en esas bolsas podrían terminar por adulterar el resultado final del proyecto o incluso hundirlo. "Nada más lejos de la verdad", defiende la Futures Industry Association (FIA), organismo cuyos miembros aglutinan más del 80% de las operaciones de futuros en EEUU, que recordó que estos "mercados han demostrado ser vitales mecanismos para la gestión del riesgo tanto aquí como en el extranjero". "Una de las principales lecciones de la reciente crisis financiera es que los mercados de futuros se comportaron de forma impecable bajo altos niveles de estrés", dijo FIA.