Realizar una reserva para comer o cenar en un restaurante y no acudir sin avisar con un tiempo prudencial es una de las acciones que más molestan a los hosteleros, ya que no sólo pierden una mesa que es difícil que a última hora se pueda volver a ocupar, sino que en muchas ocasiones tienen la comida o parte de ella preparada. Así que pierden los alimentos y la recaudación, lo que dependiendo del número de comensales que tenía esa reserva le puede suponer un importante desastre económico. De ahí que cada vez más restaurantes exijan a los clientes que quieren hacer una reserva una fianza o pagar por adelantado para curarse en salud.

Pero hay algunos que no lo hacen y a los que lo único que les queda es intentar aleccionar a quienes les dejan tirados para que no lo vuelvan a hacer. Es lo que ha sucedido en el restaurante Las Cumbres, ubicado en la localidad murciana de Cabezo de Torres, y cuya cuenta de X (antes conocida como Twitter) ha querido reflejar lo ocurrido mostrando con una captura de WhatsApp la conversación entre cliente y hostelero. “Estas cosas son demasiado habituales. Por favor, si no vas a poder acudir a un restaurante y tienes la reserva hecha, una llamada no cuesta nada”, han escrito en el post.

No se presenta en el restaurante

En la conversación compartida el restaurante, que veía que el cliente no había aparecido el domingo a la hora acordada, le recuerda que tiene una reserva. “Buenas tardes, soy Oscar de Las Cumbres. Tenemos una reserva”, le avisa, y el cliente once minutos después responde: “Perdona por no avisar”. Desde el restaurante le dicen que aunque no vaya a comer allá puede recoger la paella que había pedido. “El arroz está hecho a falta de echar el arroz. Puedes pasar a recogerlo”.

Pero el cliente no tiene ninguna intención de ir ni de pagar por la paella. “No vamos a ir. Se me ha olvidado avisar. Pero se ha cancelado”, le contesta, con muy poca empatía. “¿Y qué hago con el arroz?”, responde el hostelero. “Lo normal sería no hacerlo si no voy. Al menos confirmar la reserva. Lo siento”, responde el cliente, que además de no aparecer le echa la culpa al restaurante por haber cocinado lo que tenía previsto en la reserva efectuada y por no haber confirmado la misma, cuando era él quien tenía que haber avisado de que la quería cancelar.

La lección del hostelero

Ahí se acabó la paciencia del hostelero, que quiso darle una lección y explicarle lo que supone una actuación como la suya, eso sí, con un respeto absoluto. “La base del arroz se prepara durante la mañana para que cuando lleguéis la tengáis en la mesa en 20 minutos. Mira, te digo esto para que si es posible no vuelvas a hacerlo, no solo a nosotros, a cualquier otro sitio”, escribe.

La respuesta del hostelero.

La respuesta del hostelero. X (@Rlascumbres)

Y a continuación le explica cómo no haber avisado de su ausencia implica enormes molestias al restaurante y a los empleados. “Estas cosas hacen daño porque en hostelería tenemos pocos días rentables a la semana, y uno de ellos es el domingo. Hoy he tenido que decirles a varias mesas que no tenía sitio y se me ha quedado la vuestra sin aprovechar. Encima nos dejáis aquí hecho un arroz de marisco nada menos, que cuesta dinero y tiempo hacerlo”.

Para terminar, se despide de él animándole a pensar en lo que ha hecho y dejando claro que el cliente no siempre tiene la razón. “Por favor, otra vez empatiza un poco con la gente que está todo un día festivo trabajando. Un saludo”.

Para entonces, casi las cuatro de la tarde (el hostelero asegura que empezaron a llamarles por teléfono a las 14.30 horas pero nadie contestaba) el arroz ya no se pudo ofrecer a nuevos clientes, con lo que se lo acabaron comiendo los camareros.

El hostelero explica que el arroz no se tiró.

El hostelero explica que el arroz no se tiró. X (@Rlascumbres)

Cobrar fianza

El post ha acumulado más de 350.000 visualizaciones en apenas un día con casi 300 comentarios, muchos de ellos de la propia cuenta del restaurante, que ha respondido con amabilidad a casi todas las interacciones que llegaban, la mayoría lamentando la situación y recomendándoles que cobren una fianza por la reserva y que no se devuelva si no aparecen. “Es muy habitual y lamentable. No queremos, pero al final no va a haber más remedio”, afirman desde el restaurante.