Encontrar un trabajo con unas condiciones dignas no siempre es fácil, y menos aún para los jóvenes. Si además la búsqueda es en el sector de la hostelería es posible tropezarse con propuestas bastante indecentes (por suerte, no todas), por no decir esclavistas, como las que se suelen compartir en las redes sociales.

La cuenta de X (antes Twitter) @soycamarero, que lleva el profesional de la hostelería Jesús Soriano, denuncia semana sí, semana también, ofertas de trabajo en su sector que cuesta creer que sean legales. Una de las últimas que ha compartido ha provocado una tremenda indignación entre los internautas.

Soriano ha reproducido la captura de una conversación de WhatsApp que llega de algún país latinoamericano (se ve por las expresiones), pero sin aportar más datos. “La explotación es universal”, titula el post.

En esa imagen puede verse cómo el hostelero (u hostelera) escribe educadamente a un aspirante al puesto (tampoco se sabe si hombre o mujer). “Me da gusto saber que te interesa formar parte de nuestro equipo de trabajo. Te platico, somos un restaurante familiar con ya mucho arraigo en la zona (llevamos más de 10 años operando)”, comienza, incluyendo constantemente un emoji de un guiño de ojo, tratando de parecer más cercano.

La persona que ha solicitado el empleo trata de ir al grano, también con cortesía. “¿Sería usted tan amable de informarme el horario de trabajo y el sueldo?”, le pregunta. Y le responde rápidamente. “Sí claro, con mucho gusto”. De ahí al siguiente mensaje pasan cuatro minutos, quizá porque el hostelero trata de edulcorar las condiciones del trabajo con palabras que suenen bien para esconder la indecencia de lo que ofrece.

“Mira el sueldo es prácticamente el que tú quieras, nosotros no pagamos pero te damos el 80% de las propinas que generes, así que prácticamente tú decides cuánto ganas”, le suelta, incluyendo por tercera vez el emoji de un guiño. Para rematar llega la explicación de la jornada. “Se trabaja un horario completo de lunes a domingo ya que solo se trabaja medio tiempo”, añade.

La persona demandante de empleo quiere que especifique la jornada diaria, no se sabe si por que le sigue interesando el puesto o para poder conocer la propuesta y denunciarla. “¿De qué hora a qué hora?”, pregunta. Y la respuesta ya es definitiva. “De las 9 am a las 4.30 pm de lunes a domingo”. Y un nuevo guiño, claro.

A partir de ahí ya no conocemos el resto de la conversación, si es que la hubo. En resumen, siete horas y media ("medio tiempo") todos los días sin descanso a cambio del 80% de las propinas que genere el trabajador. Como para rechazarlo...