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El capo del Bayern

El crecimiento del gigante alemán no se explica en los últimos tiempos sin la figura de Marko Pesic

El capo del Bayern

vitoria - El apellido Pesic no necesita ninguna tarjeta de presentación en el baloncesto europeo. El papá Svetislav, ahora al frente del Barcelona, se mantiene como uno de los técnicos más reputados del Viejo Continente. La mamá Vera fue en su día una destacada jugadora del Zeljeznicar de Sarajevo mientras su ahora marido ejercía como base en el Bosna de esa misma ciudad. La hija Ivana, casada por cierto con un baloncestista ya retirado como Jan-Hendrik Jagla, protagonizó una breve incursión en la temporada 2002-03 en el equipo femenino del Universitat de Barcelona jugando seis partidos. Por último, resta Marko, antiguo alero internacional por Alemania y actualmente el mandamás de la sección de baloncesto del Bayern Munich, la próxima piedra de toque del Baskonia mañana en la cuarta jornada de la Euroliga.

Una familia unida irremediablemente por el deporte de la canasta que ha deparado incluso situaciones insólitas. Durante su periplo de siete años en el Alba Berlín (93-2000), papá Pesic fichó a su hijo para que adquiriese experiencia y se labrase un buen porvenir como jugador. Juntos conquistarían tres Ligas y una Copa durante un cuatrienio mágico. Mucho tiempo después, Marko -ya en su condición de director deportivo del Bayern- escogió a finales de 2012 a su progenitor para el banquillo del Bayern Munich. La última curiosidad es que ambos fueron rivales la semana pasada en el Palau Blaugrana, uno como director general del inminente rival baskonista y otro sentado en el banquillo del Barcelona. La victoria correspondió esta vez al veterano (83-73).

De lo que no hay duda es que el crecimiento de un clásico del fútbol europeo no se hubiese entendido en estos últimos años sin la presencia en los despachos del pequeño de los Pesic, que decidió colgar las botas en 2006 para convertirse en un prestigioso directivo. Nadie puede negar que su formación ha sido inmaculada tras licenciarse en gestión deportiva en una universidad de Düsseldorf, cursar más tarde un posgrado en el instituto de la Euroliga e incluso poner en marcha en 2011 su propia compañía de marketing deportivo.

Su experiencia y prestigio han permitido al Bayern firmar onerosos contratos de patrocinio con numerosas empresas. El grupo BayWa, que opera en la construcción la agricultura y la energía, es quien financia gran parte del proyecto, que también cuenta con el apoyo comercial de Audi, Adidas, Flyeralarm, Allianz, Deutsche Post, Paulaner, Hirmer, el Aeropuerto de Múnich, la casa de apuestas Tipico, T-Mobile, SAP o Stadtsparkasse München. “Cuando empecé éramos siete personas. Actualmente somos 40 empleados en las oficinas”, ha esgrimido Marko para exponer su deseo de modernizar a un club que quiere dejarse sentir en su cuarta participación de la historia en la Euroliga.

polémica con djordjevic Y es que el tradicional ogro de la BBL ha dejado de ser ya el Brose Baskets, afiliado ahora a la FIBA por despecho a Jordi Bertomeu y la Euroliga. Dicho honor le corresponde en este instante al Bayern, un equipo de miras ambiciosas que se proclamó hace meses campeón de su país y que aspira a mejorar un papel poco exitoso durante el trienio comprendido entre 2013 y 2016. Todo ello ha sido gracias, en parte, al arduo trabajo en la sombra de Marko Pesic, nacido en Sarajevo pero que adquirió pronto la nacionalidad alemana y creció como jugador en dicho país después de que padre se pusiera al frente de la selección teutona.

De hecho, prácticamente toda la carrera deportiva del capo del Bayern tuvo lugar en el Alba Berlín durante dos etapas distintas (1995-99 y 2000-04). También fue internacional cerca de un centenar de veces, integrando junto a Dirk Nowitzki y Ademola Okulaja aquel legendario equipo que conquistó la medalla de bronce en el Mundial de 2002 y la plata en el Europeo de 2005.

Tampoco es oro todo lo que reluce alrededor de Marko Pesic en el Bayern, al que se le adjudica un presupuesto de alrededor de 17 millones de euros y que, en principio, dispondrá de una plaza fija en las próximas ediciones de la Euroliga tras la ampliación a 18 conjuntos que entrará en vigor a partir de la próxima campaña. Sonada fue, por ejemplo, la conflictiva relación que mantuvo con Sasha Djordjevic, al que despidió a finales de marzo de este año tras la derrota en semifinales de la Eurocup ante el Darussafaka turco.

El técnico serbio, que había comandado al Bayern hacia el título de Copa y el liderato en su liga con un balance de 23 victorias y solo 2 derrotas, no se mordió la lengua a la hora de criticar por carta las auténticas razones de su adiós. “La fuerte cohesión entre el equipo y el staff técnico ha llevado a los mejores resultados del club a pesar de unos desconcertantes celos por parte de la gerencia, que se sentía ensombrecida y al parecer no podía soportarlo”, fueron algunas de las lindezas con las que se despachó el otrora base hacia su exjefe.