Marta Hermida está siendo una de las mejores jugadoras del Kutxabank Araski en este inicio de curso. La que fue uno de los fichajes del club en verano analiza con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el comienzo de temporada y las sensaciones que está transmitiendo el equipo y le quita hierro al asunto al no haber estrenado aún el casillero de victorias. De hecho, es positiva de cara al futuro por las sensaciones y el trabajo de la plantilla y confía plenamente en que en cuanto llegue la primera victoria, llegarán todas detrás.

¿Cómo valora este comienzo de temporada?  

Diría que todavía nos falta un pelín y que nos estamos adaptando aún las unas a las otras. Al final, es verdad que es un equipo bastante nuevo y es complicado que de primeras salga todo bien. Creo que la plantilla está teniendo una actitud buenísima, que es la de no venirse abajo a pesar de las derrotas. Tenemos que ser conscientes que el trabajo es lo que nos va a hacer conseguir victorias y que eso va a acabar llegando. No tenemos que cambiar nada de lo que estamos haciendo bien y estamos siendo muy disciplinadas. Ahora tenemos que ser pacientes porque poco a poco y con tranquilidad van a llegar las victorias.

¿Mentalmente puede jugar mala pasada el estar siempre tan cerca de la victoria y luego no lograrla?

Es verdad que eso juega un papel muy importante. Al final hemos perdido todos los partidos en pretemporada. Luego en los tres primeros encuentros de liga ha habido detalles que si hubieran ido a nuestro favor igual estaríamos hablando de que tenemos ya dos o tres victorias. Creo que el aspecto mental sí que pesa, pero la actitud del equipo está siendo muy buena y estamos entendiendo que de nosotras depende cambiar la situación y que con trabajo, las victorias vendrán. Por ejemplo, en Ferrol fueron tres detalles, a ellas les salió todo con unos triples que seguramente en situaciones normales no los habrían metido. En Murcia tuvimos enfrente una jugadora que metió 30 puntos y contra eso no puedes competir. Hasta nos metió triples tirando con una pierna a falta de tres segundos. Contra Zaragoza nos fallaron esos cuatro últimos minutos. Aun así, creo que lo que peleamos en el tercer cuarto de ese partido y lo que demostramos es la seña de identidad del Araski y ya hemos visto que podemos tener ese nivel para competir.

La sombra de Asurmendi y Atkinson es muy larga y eso siempre es difícil de sustituir… 

El cambio ha sido muy significativo, se han ido jugadoras que tenían mucho peso en este equipo y por eso mismo también se ha producido un cambio en el estilo en el juego. El año pasado podían jugar más despacio y con más tranquilidad y esta temporada por las características de las jugadoras tenemos un estilo muy rápido y, además, físicamente hemos trabajado también muy duro. Sin embargo, eso son cosas que no se vean de la noche a la mañana, pero se acabarán notando y con el tiempo terminaremos los últimos cuartos mejor.

El año pasado, el Araski hizo una gran primera vuelta, pero luego se desinfló. Este curso quizá se plantea al revés, ¿de menos a más? 

Esa es la idea y ahora estamos pasando por un momento donde no llegan las victorias, pero tampoco diría que con mal juego porque creo que hemos tenido minutos con buenas sensaciones. Es verdad que hay momentos donde hemos sufrido más, pero al final lo importante es hacer una buena temporada en general. Lógicamente si empiezas bien, es mucho mejor porque te da el motor para seguir, pero todas nosotras estamos teniendo una actitud increíble y no nos estamos viniendo abajo. Son solo tres partidos y podemos perfectamente remontar e intentar conseguir los objetivos que se lograron el año pasado e incluso mejorarlos.

“La actitud de Made es clave por cómo está afrontando la situación; está siendo muy positiva y ayudando a que la plantilla no se hunda”

¿Ha notado algo de nerviosismo o intranquilidad en el ambiente? 

No, y creo que aquí Made está realizando un gran papel y está relativizando mucho las derrotas porque entiende que el equipo está trabajando bien. Cuando la capitana del barco tiene esa actitud tan buena y sigue confiando al 100% en la plantilla hace que nadie baje los brazos. Además, no está cambiando su actitud en nada ni castigándonos y yo he estado en otros equipos donde esa sí que era la tónica habitual, es decir, que tras la derrota llegaban las consecuencias. Nuestro trabajo está siendo bueno y en el deporte siempre se hace justicia. Tenemos que ser pacientes y en cuanto consigamos esa primera victoria, llegarán muchas detrás.

Su buen estado de forma está bien arropado por Hill; están siendo las mejores hasta el momento.

Individualmente me encuentro muy bien, llevo un par de años donde siempre pienso que estoy en mi mejor forma y luego creo que voy mejorando. Eso es muy positivo para mí y me da mucha confianza. En ese apartado, Made también está siendo fundamental. Quiere hacer un juego que a mí me viene bien. Es decir, uno muy rápido, de leer lo que sucede en el campo o de defender, que me encanta. Por eso mismo, para mí la adaptación ha sido fácil y creo que Sami, que también está teniendo un gran comienzo de temporada, está en una situación parecida a la mía. Sin embargo, la pieza clave va a ser el equipo, porque necesitamos que todas aportemos ya que somos solo nueve profesionales y con la falta de Txell Alarcón estamos ocho, y cualquier detalle de cualquiera de nosotras cuenta para el cómputo global.

En ese sentido, ¿cree que la plantilla pueda ser algo corta para lo dura que es la competición? 

Ni corta ni larga, es la que es y tenemos jugadoras que se adaptan a muchas posiciones, con puntos y con capacidad física para aguantar muchos minutos en pista, y todo eso es positivo. Además, somos muy competitivas y eso a mí me encanta y creo que eso es lo que te hace ganar. Eso sí, también depende de las lesiones y por el momento hemos tenido poca suerte en ese aspecto, pero Txell se reincorporará pronto y, como digo, cada pieza a suma y el conjunto global hará que lleguen las victorias.

Por cómo habla, entiendo que Made fue clave para que viniera a Vitoria 

Sin duda, mi conversación con ella fue muy importante para mí. Creo que nunca antes me había sentido tan valorada por una entrenadora. Incluso cuando hablo con ella siento que me ve y me comprende perfectamente y entiende mi forma de ser y jugar. Lo pone todo muy fácil para que pueda tener éxito aquí.

Al margen del baloncesto, ¿qué tal su llegada a Vitoria?  

La verdad es que muy bien, estoy contentísima aquí y la ciudad me encanta. Me he adaptado muy fácil, ya que además ha hecho muy buen tiempo y eso que me habían avisado de lo contrario, así que genial. Encima, el otro día en el encuentro ante el Zaragoza estuvieron mis padres aquí, varias personas se les acercaron y fue increíble. Mis padres salieron encantados por cómo la gente los había recibido y cómo se habían portado con ellos. Además, el ambiente de Mendizorroza es increíble, es el sexto jugador.

“Estamos trabajando muy duro físicamente, pero eso es algo que no se ve de la noche a la mañana; se acabará haciendo justicia”

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de Vitoria? 

Me quedo con la gente, y es que anteriormente cuando estuve en Estados Unidos coincidí con más vascos y descubrí lo maravillosos que son, lo bien que te acogen desde el principio y la confianza que te dan. Aquí, en Vitoria, me transmitieron lo mismo desde el primer partido o en la presentación del equipo en el centro, y eso se nota por cómo nos han venido a ver a Mendizorroza y cómo nos animan. Al final, yo siempre me quedo con la gente que es la que hace que las experiencias sean especiales. Además, Vitoria tiene de todo y eso que vengo de Madrid. Una ciudad como esta me viene genial.

¿Cuál es la mayor diferencia entre el baloncesto de aquí y el de Estados Unidos? 

Suelo destacar el nivel físico, el cual se trabaja mucho ahí. Aunque cada año se iguala más, porque se está viendo que es muy importante estar al 100% y se está observando que te da un paso de gigante respecto a los rivales. Aún así, creo que en España se cuida más la táctica, el juego y el saber leer el encuentro para encontrar ventajas, mientras que en Estados Unidos el nivel físico es muy alto, se juega más rápido y el error se castiga menos, porque se entiende que va a haber muchas canastas. En Estados Unidos es un poco más locura y eso a mí me gusta, pero me estoy adaptando bien a los ritmos de España, a cómo leer los partidos y a la exigencia.