Aunque la mejora de red viaria y de los sistemas de seguridad de los vehículos han contribuido en buena medida a reducir la siniestralidad en las carreteras, el factor humano sigue siendo vital, y por ello la Ertzaintza da una serie de consejos para evitar los accidentes en carretera.

Con lluvia

La circulación con tiempo lluvioso exige una mayor atención, y tanto neumáticos como parabrisas han de encontrarse en perfecto estado antes de iniciar la marcha. En estas circunstancias es aún más necesario respetar las distancias de seguridad, la velocidad y conectar el alumbrado si la visibilidad es deficiente.

En caso de tormenta

El interior del vehículo es un lugar seguro ante la caída de rayos, pero siempre y cuando mantengamos el habitáculo totalmente cerrado, incluidas las ventanillas.

No conviene tener encendidos sistemas eléctricos que no sean estrictamente necesarios, y si la intensidad del aguacero lo aconseja es incluso conveniente detener el vehículo al borde de la calzada, pero nunca en lugares que puedan suponer peligro para otras personas usuarias.

Deslumbramientos por el sol

Es conveniente tener siempre en el vehículo un par de gafas siempre a mano para poder acceder a ellas sin perder de vista la carretera, dada la posibilidad de sufrir un deslumbramiento. También se debe prevenir la posibilidad de deslumbramientos también al salir de una zona sombría o de un túnel a otra soleada. Otras personas conductoras pueden verse deslumbradas y realizar maniobras súbitas.

Conducción nocturna

La mitad de los accidentes ocurren de noche, a pesar de que en esos momentos de la jornada solo se desenvuelve una sexta parte del tráfico total, pues la disminución de la capacidad visual (aproximadamente un 10%) y los deslumbramientos originan incertidumbres y riesgos.

Viento lateral

Los efectos del viento se notan al cruzar bajo un puente, salir de un túnel, transitar junto a edificios aislados, abandonar el cobijo de un bosque o efectuar adelantamientos a camiones voluminosos. Cuando adelantamos a un camión debemos prever la posible existencia de ráfagas de viento lateral.

Señales de advertencia de peligro

Muchos conductores no prestan la debida atención a las señales de peligro. La interpretación de una señal de peligro debe ser en un sentido amplio. Por ejemplo, cuando encontramos una señal de desprendimiento debemos prever tanto la posible caída de piedras como que éstas se encuentren ya en la calzada.

Las heladas

En los días de mucho frío, hay que adoptar precauciones en lugares sombríos, puentes y zonas expuestas a corrientes, empleando gran suavidad en el uso del freno. La mejor medida que se puede tomar en días de mucho frío es conducir con la máxima precaución.

'Aquaplanning'

Cuando el agua en la calzada es abundante, los neumáticos pierden adherencia y el vehículo patina: es el aquaplanning, la causa de muchos accidentes que se atribuyen erróneamente a fallos en la dirección, y que se acentúa cuando el dibujo de las ruedas está desgastado o la velocidad es excesiva

Con niebla

Cuando hay niebla, un fenómeno muy habitual en la Llanada Alavesa, se debe disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad. Es preciso encender el alumbrado y no guiarse por falsas referencias, ya que la niebla desfigura la realidad. Es habitual con niebla es guiarse por las luces traseras del coche que precede, pero el conductor de dicho vehículo no tiene más visibilidad que nosotros y puede inducirnos a cometer errores. Si nos guiamos por la línea central de la calzada debemos hacerlo sin circular por ella.