La salud física de muchos trabajadores sigue siendo una asignatura pendiente. Iñaki Valle explica qué estrategias y acciones nos pueden beneficiar para evitar lesiones musculoesqueléticas, responsables de casi el 40 por ciento de las bajas médicas en 2023. El ejercicio físico y unos hábitos saludables son claves.
La prevención es la clave para evitar lesiones, ¿por qué sigue siendo una asignatura pendiente para muchas personas?
Si, es un factor determinante. A mi modo de ver, el ser humano en ocasiones tiene que recibir un input, negativo en este caso, para darse cuenta que algo va mal y, por ende, preocuparse por dicha lesión o patología. También, creo que las pasadas generaciones no recibieron tanta información respecto a la importancia de la prevención y, debido a esto, no tienen el hábito de preparar su cuerpo antes de que ocurra algo.
¿Cuáles son las principales acciones que debería seguir un trabajador para prevenir lesiones musculoesqueléticas en su entorno laboral?
Existen muchas, pero destacaré las más esenciales. Lo primero es conocer qué grupos musculares y articulares soportan una mayor demanda por culpa de nuestro trabajo. Es imprescindible fortalecer esos grupos musculares. Después, la ergonomía de nuestro puesto de trabajo debe ser lo más correcta posible. Y, por último, un modo de vida saludable. Es decir, una vida activa, una buena alimentación y un adecuado descanso...
En 2023, cerca del 40% de las bajas médicas eran por lesiones musculoesqueléticas.
¿Qué importancia tiene conocer las demandas específicas del trabajo para la prevención?
Es imprescindible saber qué nos exige a nivel musculoesquelético nuestro trabajo para poder ejercitar dichos grupos musculares o movilizar dichas articulaciones. Generalmente, los tipos de trabajos pueden dividirse en estáticos, semi-estáticos y dinámicos. En base a nuestro tipo de trabajo podemos, orientar nuestro programa de fortalecimiento para que éste sea lo más efectivo posible.
Entonces, ¿cambia mucho de uno a otro?
El mero de hecho seguir una rutina de fortalecimiento muscular ya es mucho. Sin embargo, si queremos hacerla más efectiva lo ideal es conocer si las demandas del puesto de trabajo implican coger pesos, repetir movimientos o, por el contrario, mantener posturas. Aquí, la labor de un profesional siempre va a ser clave para decidir qué tipo de programa seguir. No obstante, lo ideal es comenzar durante el primer mes acondicionando la musculatura y después decidir si se va optar por un programa para ganancia de fuerza o para mejorar la resistencia muscular. La fuerza la conseguiremos en series de menos repeticiones y pesos más altos, y la resistencia en series de más repeticiones.
¿Recomienda un asesoramiento profesional?
En mi opinión, es esencial el asesoramiento en la fase inicial. De este modo, la persona puede recibir una educación a nivel preventivo por medio del ejercicio físico pautado y así conocer qué grupos musculares va a potenciar, de qué manera, con una correcta técnica y, lo que es más relevante, sentir en sus carnes un bienestar. Gracias a esto, la propia persona generará un hábito y podrá continuarlo de manera autónoma.
Incluir rutinas de ejercicio que incorporen movimientos realizados en el trabajo, fortalecer la musculatura y reducir el sedentarismo son algunas claves para evitar lesiones.
Incorporar la actividad física en la vida diaria es fundamental.
Es muy importante. La OMS recomienda entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada a la semana para adultos entre 18 y 65 años. Sin embargo, la realidad es muy diferente. A nivel mundial, 1 de cada 4 adultos no alcanza los niveles de actividad física recomendados. Hoy en día, gracias al desarrollo tecnológico no necesitamos desplazarnos tanto como antes. Esto nos hace más sedentarios que antes. Si a esto le sumamos el hecho de que, un tercio de nuestra vida lo pasamos durmiendo, otro tercio trabajando, nos queda un tercio para sacar, en nuestras estresantes jornadas diarias, un tiempo para nosotros/as. Si no lo hacemos, aumentamos sobremanera las posibilidades de padecer lesiones musculoesqueléticas, cardiovasculares o de cualquier índole.
¿Cómo se puede modificar la ergonomía del puesto de trabajo para reducir el riesgo de lesiones musculoesqueléticas?
Para corregir las deficiencias de un puesto laboral a nivel ergonómico, hoy día, existe un sistema de prevención laboral en numerosas empresas. Si nuestro caso personal no incluye este servicio, hay manuales y numerosas imágenes en Internet que nos pueden ayudar a la hora de mejorar la disposición de nuestro puesto de trabajo. No obstante, el mero de hecho conocer qué posturas aumentan el riesgo de padecer lesiones musculoesqueléticas, la importancia de cambiar de posturas o realizar descansos de corta duración nos va a ayudar a luchar contra una mala ergonomía laboral.
En caso de no contar con documentación en el trabajo, ¿Internet es una buena opción para buscar?
Internet es una muy buena opción, pero puede convertirse en un arma de doble filo. Si no sabemos buscar información de fuentes fiables, la información que vamos a obtener va estar distorsionada y, muy probablemente, no nos ayude. Lo recomendable es acudir a un servicio para la vigilancia de la ergonomía laboral.
¿Cómo pueden los vendajes, el calzado adecuado y otros accesorios contribuir a prevenir lesiones musculoesqueléticas en el trabajo?
Cada puesto de trabajo entraña patrones, movimientos o posturas que se repiten con frecuencia. Si se pasa las 8 horas de la jornada caminando o de pie, un buen calzado es fundamental. Si se hacen movimientos repetitivos de determinadas articulaciones como las muñecas, codos, hombros, rodillas, etc., a parte de un entrenamiento previo, el uso de órtesis, vendajes o accesorios puede ayudar a mejorar la función de la articulación o que el trabajo sea más eficiente. Un buen vendaje puede limitar los movimientos, hacer más efectivas las fuerzas que ejercen las articulaciones o reducir el dolor provocada por las mismas.