Aunque aún quedan unas semanas para iniciar el arranque de la temporada de recolección de la remolacha, desde la fábrica de Miranda de Ebro, lugar de entrega de estos tubérculos desde Álava y Treviño, su responsable agrícola, Pablo Gómez destaca que “hemos superado con nota las restricciones de riego que han sido generalizadas en algunas zonas, aunque hay zonas afectadas, en el norte de Burgos y en algunas comunidades con balsas de riego, de Álava”. Y añadía que “son zonas muy puntuales, con restricciones particulares, pero en general, en cuanto a cumplir los requisitos del cultivo, al final todo ha sido positivo”.

En cuanto al estado sanitario, la remolacha de este año “se ha desarrollado con el ritmo que necesita y acompañado por poca presencia de enfermedades foliares hasta hace dos/tres semanas, porque la remolacha llega en buenas condiciones al otoño y por lo tanto sigue ganando sacarosa antes de la campaña”.

Este buen aspecto y su calidad sanitaria permite asegurar, como lo hace el responsable agrícola de Azucarera en Miranda de Ebro que, “en resumidas cuentas, todos contentos, que la remolacha siga ganando sacarosa, aunque ahora parece que hay un repunte de enfermedades foliares, como la cercospora, por lo que en las siguientes semanas habrá un cierto declive hasta que arranquemos. Pero en comparación con otros años, la valoración es positiva”.

Otra cosa es la superficie, que fluctúa de año en año, por diversas causas. Este año, en el conjunto de la fábrica, el incremento de superficie es de un 15%, aunque en cada zona (a Miranda llegan remolachas de Castilla y León, La Rioja, Álava y algo de Navarra) “hay ajustes mayores y menores y la verdad que en la zona de Álava ha sido un ajuste un poco a la baja, alrededor de un 7%, un 8 por ciento de menos superficie, pero con idea de recuperar este año”. Como causas, Pablo Gómez apuntaba “al cambio generacional o problemas con lluvias tardías, pero estos ajustes son normales”. Eso no quita para que se tenga que trabajar para volver a los valores normales, como reflexiona este responsable.

Con estas variaciones y con un tiempo aún por delante para empezar a arrancar, “resulta muy complicado hacer estimaciones de cosecha, aunque creemos que estaremos en valores similares o superiores a los de la campaña pasada. Ahora mismo es muy difícil valorar, pero apuntamos a esas cien toneladas/tipo por hectárea”. Gómez confiaba en la capacidad de los remolacheros alaveses para lograr objetivos: “en el caso de los agricultores vascos, son buenos productores y suelen superar la media de fábrica. El año pasado estuvimos en la media de las cien toneladas y este año deberían superarlas”.

En buena medida, a la profesionalidad de los agricultores se suman las medidas que adopta Azucarera, tanto de nuevas semillas como de formación y otros medios, que sirven, en definitiva, para mejorar las producciones. Esos recursos alrededor de este cultivo señalan claramente que “al final, en un entorno tan cambiante es casi una necesidad de cada uno de los actores de este ámbito el ir adaptándose. Todo lo que sea acciones formativas, de divulgación agronómica, así como la mejora genética de las clases de semillas, o la mejora del control de enfermedades, son acciones positivas y conduce a una mayor eficiencia, a una mayor producción a un menor coste”. En su opinión, “en un momento como es que estamos, en el que la inflación está disparada, todo lo que se hace repercute de manera positiva” y destacaba que “el efecto de la mejora genética de las semillas en variedades nuevas está teniendo un buen impacto, sobre todo en el control de la cercospora y el manejo de las malas hierbas”.

Detalle

Sigue la plaga de la procesionaria

Lucha por medios aéreos. El Departamento foral de Agricultura ha declarado la existencia de plaga de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) en Álava. En las últimas semanas, los ayuntamientos de Llodio y Okondo y las juntas administrativas de Llanteno y Luiaondo han solicitado el tratamiento fitosanitario contra la plaga que afecta en niveles importantes a las masas forestales. Además, los guardas forestales del Servicio de Montes han realizado una prospección. Se ha constatado la urgente necesidad de realizar el tratamiento solicitado por algunas de las entidades titulares de algunos de los montes afectados, además de otras superficies tanto de titularidad pública como privada.