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La correcta gestión de las emociones gana relevancia en plena pandemia

Un programa municipal ayudará desde octubre a adquirir herramientas: "Hacerlo es un indicador de nuestro bienestar"

La correcta gestión de las emociones gana relevancia en plena pandemia

- La crisis sanitaria ha tenido y está teniendo un gran impacto emocional sobre todos los estamentos de la sociedad, traducido en miedos e incertidumbres que no siempre son fáciles de manejar y que pueden dar lugar a problemáticas mayores. Pese a la "asombrosa" capacidad de adaptación del ser humano, nadie se ha escapado de esta situación "inédita" y tan prolongada en el tiempo, con implicaciones en los planos social, laboral o de la salud, por lo que nunca está de más disponer de herramientas adicionales para afrontar mejor el día a día.

"Nos cuesta gestionar nuestras emociones, sí. Es un tema que hay que aprenderlo porque no nacemos sabiéndolo, aunque todos tengamos unos recursos personales. Hacerlo es un indicador de nuestro bienestar", apunta en declaraciones a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Yanira San Vicente, psicóloga del servicio de Infancia y Familia del Ayuntamiento de Gasteiz. Éste es precisamente el objetivo que busca el programa municipal Talleres de emociones, que cuenta ya los días para volver a ponerse en marcha adaptado a todas las circunstancias que exige la pandemia. También en lo que toca a sus contenidos. "Es un programa con una amplia trayectoria, pero actualmente la gestión emocional tiene un peso si cabe más importante. La situación sanitaria o el confinamiento han traído unos cambios de hábitos y de rutinas o a la hora de relacionarnos. Hay una carga emocional importante que hay que saber gestionar. Estamos experimentando distintas emociones y tenemos que identificar cómo nos estamos encontrando para reconectar. Se trata de gestionar ese impacto emocional que genera tanta incertidumbre", explica la especialista.

Los Talleres de emociones echaron a andar en el año 2006 y con el paso del tiempo han ido abriendo su abanico de temáticas y de participantes. Si en un principio iban dirigidos exclusivamente a la población infantil, ahora los hay destinados también a núcleos familiares completos o a madres y padres. "La familia es donde los pequeños reciben su primera educación emocional y por eso el programa se fue abriendo también a ella", justifica San Vicente. Aunque todos los talleres tienen un contenido general, parte de sus programas se adaptará este año a la difícil situación sanitaria.

"El objetivo es lograr un acercamiento al mundo emocional mediante una metodología activa y participativa. El primer paso es identificar esas emociones, reconocer cuáles estoy experimentando para luego gestionarlas de manera adecuada. Se trata de reconocer nuestras emociones, verlas como un mensaje, comprendiendo qué causa o qué pensamiento las ha originado. Es comprender el comportamiento de esas emociones", apunta de nuevo la psicóloga municipal.

El programa preparado para este nuevo curso, que puede consultarse en la web del Ayuntamiento, está compuesto por cuatro talleres diferentes. El taller familiar Creciendo en emociones, que está dirigido a progenitores con hijas e hijos de seis a ocho años; Emociones en familia, sólo para padres y madres; Emociones y mindfulness en familia, para madres y padres con pequeños de tres a cinco o de seis a ocho años; y Cómo manejar mis emociones, exclusivo para pequeños de seis a ocho y de nueve a doce años. Los talleres, que arrancarán el jueves 1 de octubre, se imparten en distintos centros cívicos de la ciudad y constan de una sesión de entre una hora y hora y media a la semana. Pese a que se han limitado los aforos de las salas, aún quedan plazas disponibles para algunos de ellos.

Las inscripciones pueden realizarse tanto a través de la propia web municipal como del teléfono 010. Todas las actividades son trimestrales con posibilidad de reinscripción, como muchas de las que se llevan a cabo en los centros cívicos de la ciudad. Siempre que la situación sanitaria lo permita, los talleres se desarrollarán presencialmente, aunque San Vicente avanza que ya se han planteado distintas soluciones, como la elaboración de materiales o el seguimiento de las clases por vía telemática, si no fuera posible.

San Vicente reconoce que tras la vuelta de las vacaciones "se palpa incertidumbre" entre la población, por culpa de "miedos" que ya vienen de atrás pero que se han visto incrementados por circunstancias concretas como la vuelta al cole. "En este comienzo de curso hay una cierta preocupación que se transmite a los niños y niñas. Existe un miedo a no tener todo bajo control", remarca la especialista. Al margen de ayudarles a gestionar sus emociones, los talleres pretenden también dotar a padres y madres de herramientas "para gestionar también esas emociones de los hijos", adquiriendo por ejemplo un "vocabulario emocional" para poder expresar cómo se sienten.

Junto a la oferta de talleres en los centros cívicos, los Talleres de emociones llegan también a los colegios de la ciudad en el marco del programa Ciudad educadora.

¿Qué son? El programa municipal tiene como objetivo iniciar un acercamiento al mundo emocional promoviendo espacios que favorezcan la expresión de las emociones y su socialización. A través de una metodología activa y participativa, en los talleres se trabaja la identificación de emociones como la alegría, el miedo, el afecto, la rabia, la sorpresa o la tristeza, como un primer paso para una adecuada gestión de las mismas, creando un espacio donde poder adquirir las herramientas necesarias para manejarlas, expresarlas y compartirlas de una forma positiva en cada situación.

¿A quién va dirigido? Los talleres pueden estar dirigidos a niños, niñas o adolescentes, a padres y madres, a familias (padres y/o madres y a sus hijos e hijas) y a profesionales del ámbito de la infancia y la adolescencia. Se ofertan también dentro del programa 'Vitoria-Gasteiz, Ciudad Educadora' a los centros escolares y en la programación comunitaria a los servicios sociales municipales.

La psicóloga del servicio municipal de Infancia y Familia hace hincapié en la "incertidumbre" compartida por toda la sociedad.