vitoria - La hematología es una de las ramas médicas más amplias que existen y, además, una de las que más técnicas innovadoras están desarrollando para el diagnóstico y el tratamiento de las numerosas patologías de las que se ocupa. Este hecho pudo comprobarse fácilmente en el XXVI congreso anual de la asociación vasco-navarra de hematología y hemoterapia (Asovasna), celebrado el primer fin de semana de este junio en el Palacio Europa de Gasteiz, durante el que varios especialistas de referencia dieron a conocer los últimos avances en el abordaje de enfermedades tan comunes como la hemofilia y de otras menos habituales, pero sí potencialmente letales, como los diferentes tipos de leucemia. Un campo donde el empleo de la conocida como terapia CART, un nuevo tipo de inmunoterapia, está dejando resultados muy esperanzadores. “Todo esto conlleva un gran esfuerzo para estar al día”, reconoce en declaraciones DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el doctor José María Guinea, que además de presidente de Asovasna es el jefe de servicio de Hematología y Hemoterapia en la Organización sanitaria integrada (OSI) Araba.
Esas nuevas esperanzas también han llegado al tratamiento de uno de los tumores más frecuentes de todos los que se ocupa la hematología y que, como su propio nombre indica, tiene todavía la etiqueta de incurable. Según los datos de Asovasna, anualmente son diagnosticados entre 1.800 y 2.400 nuevos casos en el conjunto del Estado. Se trata de la leucemia linfática crónica, un tumor “muy especial” según este especialista, por el hecho de que alrededor de la mitad de los pacientes que lo sufren nunca necesitarán tratamiento y vivirán “los años que les corresponda conviviendo con él, sin que empeore su calidad de vida”. No obstante, hay también muchísimos enfermos entre los que el pronóstico puede ser bastante más negativo y a los que sí es necesario tratar.
“Hasta hace unos años sólo estaba la quimioterapia, luego apareció la inmunoterapia, que son anticuerpos dirigidos contra la célula tumoral, y este tratamiento se añadió a la quimioterapia mejorando los resultados. Actualmente lo que se está aprendiendo de los tumores hematológicos es cómo funcionan. Se empieza a conocer sus vías metabólicas, es decir, cómo se alimentan y cómo crece la leucemia, y se han desarrollado tratamientos dirigidos a esas vías y, lo mejor, es que son pastillas. Esta es una de las nuevas vías de investigación y donde están saliendo los nuevos tratamientos”, corrobora Guinea, satisfecho por los buenos resultados que las nuevas terapias están teniendo sobre las personas enfermas. “Con todo ello, la vida de nuestros pacientes ha mejorado no sólo en duración, sino también en calidad”, celebra.
De forma más global, el hematólogo de la OSI Araba observa también grandes avances en el tratamiento de todos los tipos de leucemia, una grave enfermedad contra la que hace unos años sólo se trataba a los pacientes con quimioterapia, un abordaje al que más adelante se unieron los trasplantes de médula alogénicos. Sin embargo, en la actualidad se están ensayando nuevas terapias innovadoras, como los anticuerpos de varios estilos, y la que es a juicio del especialista “la más innovadora y en que se tiene muchas esperanzas”. Se trata de la ya mencionada terapia CART, que consiste en extraer los linfocitos del paciente y cultivarlos con unos virus especiales que hacen que el núcleo de estas células cambie y empiece a fabricar defensas contra el tumor. A partir de ahí, esas defensas ya modificadas se infunden de nuevo al paciente para que ataquen al cáncer. “Esta terapia donde más avanzada está es en las leucemias agudas, pero también se emplea en linfomas y en el futuro se cree que se podrán utilizar en muchos tumores, tanto hematológicos como la leucemia linfática crónica o el mieloma. Y también se está investigando en tumores sólidos. Éste es uno de los tratamientos en los que más esperanza tenemos”, insiste Guinea.
más que cánceres Claro que la hematología es mucho más que el tratamiento contra el cáncer, como bien señala el presiente de Asovasna, quien asegura que esta especialidad “ha cambiado completamente todo en los últimos 25 años”. Empezando por la investigación, que “ha mejorado el diagnostico” de éstas y otras patologías, y siguiendo por la calidad en la transfusión sanguínea, el control de la hemofilia o el tratamiento de las trombosis, por poner unos pocos ejemplos.
En el campo del diagnóstico, Guinea apunta que la especialidad ha avanzado en buena medida gracias al desarrollo de la cartometría de flujo, “que permite hacer, para explicarlo fácilmente, el carnet de identidad de las células, permitiendo conocer mejor las características del tumor”. Otro de los progresos en el diagnóstico genético es el desarrollo de las técnicas de secuenciación masiva de nueva generación (NGS), uno de los campos que tuvo un hueco destacado en la cita celebrada en el Europa. Esto ha permitido “profundizar y agilizar” los diagnósticos genéticos, que ayudan en el abordaje de las enfermedades de las que la hematología se ocupa, según el especialista.
Otra de las patologías en las que el tratamiento está cambiando en gran medida es la hemofilia, una enfermedad en la que los pacientes tienen tendencia a sangrar y acostumbran a sufrir complicaciones articulares derivadas de esos sangrados. La investigación ha logrado desarrollar nuevos tratamientos que van a permitir pinchar menos a los enfermos -el tratamiento más común ahora es por vía endovenosa- y también ha avanzado en todo lo relacionado con la terapia génica, que intenta corregir el defecto congénito y, quien sabe, “igual poder curar la enfermedad”.
¿Y qué es lo que más le quita el sueño? La respuesta a la pregunta lanzada por este diario es clara: “No ser capaz de aprender tanto y tan rápido, porque se está innovando mucho y en todo”, apunta Guinea. El hematólogo también se muestra preocupado por el alto precio de estos nuevos tratamientos y por “hasta dónde se podrá asumir con la economía actual”.
El jefe de Hematología y Hemoterapia de la OSI Araba y presidente de Asovasna, sobre el abordaje de la leucemia linfática crónica y sus aspiraciones.
1.800
Casos de leucemia linfática crónica se diagnostican anualmente, como mínimo, en el conjunto del Estado, una cifra que incluso puede llegar a los 2.400.