Hace más de una década no había viviendas para todos en Vitoria. Al menos, a un precio digno. Las colas en Etxebide eran interminables y los sorteos para obtener una VPO, masivos. Así nacieron Salburua y Zabalgana, después de Lakua, gracias a una política de vivienda de la que el Ayuntamiento se siente orgulloso por dar respuesta a aquella demanda. Pero no es oro todo lo que reluce. La rápida expansión de la ciudad ha dejado vicios ocultos en pisos y calles que afloran años después. Fachadas de las que se desploman placas, urbanizaciones a medio terminar, humedades y filtraciones, edificios aislados, barrizales y pavimentos destrozados a los dos días. Vicios ocultos que no siempre competen al Ayuntamiento (aunque le atañen) sino a las juntas de cada sector, no siempre dispuestas a invertir para subsanar estos defectos de obra. Y es ahí donde el problema se alarga años y años para desesperación de los residentes. Es lo que les ocurre a los vecinos de Zabalgana en las plazas de Labastida y Labraza.

Hace siete años que se colocaron los listones de madera a modo de caminos peatonales que cada dos por tres se rompen convirtiendo este área de esparcimiento en una trampa para niños. En marzo, la asociación vecinal Zabalgana Batuz denunció los desperfectos ante el gabinete Urtaran, harta de que la pelota fuera de un tejado a otro: el Ayuntamiento se escuda en que es un problema estructural consecuencia de una mala urbanización y la Junta de Concertación se niega a asumir la inversión. En aquel encuentro con técnicos, el Departamento de Espacio Público se comprometió a realizar un estudio, incluidos costes, para retirar el entarimado estropeado. Los vecinos no vieron en esta media una solución definitiva y solicitaron al Ayuntamiento que de forma subsidiaria se hiciera cargo de la reparación porque “las maderas están destrozadas, no son seguras y nada más colocar las nuevas se vuelven a romper”. Ahora, después de meses con la plaza vallada, el Consistorio mueve ficha y se plantea reparar de forma subsidiaria los desperfectos. Aun así, continúan las complicaciones y sigue sin haber solución a corto plazo.

Los problemas del sector 6 del polígono de Mariturri vienen de lejos. El Ayuntamiento de la capital alavesa recibió la obra en 2012 y ya en 2013 empezaron las denuncias por deficiencias. Desde entonces se han tramitado varios expedientes y requerimientos urgiendo a la Junta de Concertación para que adopte una solución definitiva porque se trata de vicios ocultos, apunta el gabinete Urtaran.

requerimiento El último requerimiento se les envió junto con un informe de Medio Ambiente y Espacio Público a principios de verano, apremiando de nuevo a ejecutar medidas correctoras. Incluso se plantea la reparación subsidiaria a costa de la Junta en las zonas defectuosas: tarimas de madera de la plaza Labastida, intersección de la calle Villabuena con paseo de Labraza y desperfectos de adoquines en la zona rodada de la plaza Labastida, así como el pavimento de la zona de juegos infantiles de la calle Reina Sofía y una tapa de Iberdrola en Alto de Armentia. Sin embargo, -apunta el Ayuntamiento gasteiztarra- aún está abierto el plazo de alegaciones y es previsible que la Junta presente recurso. “Es importante que los vecinos sepan que el Ayuntamiento está trabajando para que se solucione el problema”. Sin embargo, si hay recurso, habrá que esperar a que se resuelva “De momento, esperaremos el periodo de alegaciones”, dicen. Y el PP pregunta el lunes sobre el asunto. La pelea parece que va para largo...