gasteiz - Cuando el próximo curso escolar arranque el 7 de septiembre en el CEP José Miguel de Barandiarán de Nanclares, cerca de un centenar de alumnos de los alrededor de 340 que comen en el colegio no dispondrán de servicio de comedor. La medida se extenderá durante dos semanas, hasta el miércoles 21 de ese mismo mes, y ha puesto en pie de guerra a un buen número de las familias afectadas, que deberán apañárselas esos días para recoger a sus pequeños cuando salgan de clase al mediodía, darles de comer y volverlos a llevar al centro a partir del viernes 9, cuando comience el horario de mañana y tarde. El problema se agrava, lógicamente, cuando todos los miembros de la unidad familiar trabajan.
“Solamente dispondrá del servicio de comedor el alumnado transportado”, informó hace sólo unos días a las familias la dirección del CEP en una carta a la que ha tenido acceso este periódico. Se trata de esos cerca de 240 chavales que se desplazan a diario en autobús hasta el colegio desde los cinco pueblos que componen el municipio de Iruña-Oka, desde otros puntos de la Cuadrilla de Añana y otras zonas limítrofes.
Nuria, una de las madres afectadas, lamenta el trato “totalmente discriminatorio” que se deriva de esta medida, que obligará a muchas de las familias a “tirar de abuelos” o, incluso, a “contratar a alguien para ocuparse de los niños”. “Solamente pedimos que nos den una solución, porque no nos han dejado plantear ninguna alternativa”, explica esta progenitora. El motivo de la restricción de alumnado, que en el caso de este centro de Primaria se repetirá por segundo curso consecutivo, son “las condiciones laborales del personal de cocina del Gobierno Vasco”, tal y como explicó la dirección en esa misma carta.
más refuerzos El problema es que los contratos de estos empleados dependientes de la Administración se extienden durante un plazo exacto de nueve meses, por lo que quedan varios días sueltos en los que el comedor del centro no puede asumir a todos sus jóvenes usuarios si no se ponen refuerzos. Una situación que también afecta a otros centros alaveses, según confirman desde el colectivo de AMPA Denon Eskola. En lo que se refiere a Nanclares, esta misma apertura parcial del comedor se repitió el penúltimo día del recién concluido curso, el pasado miércoles 22, aunque en este caso sí se acogió al alumnado con beca de comedor, al margen de los que acuden al centro en autobús.
Santa González, técnica de Denon Eskola, asegura que “la Administración tiene que responder a la demanda”, porque la situación “no es justa para nadie”. “Hemos planteado reiteradamente el problema. Queremos que se dé una solución y que todo el alumnado tenga el horario completo del curso. Además, cada vez hay más comensales. Todos queremos que nuestros hijos coman en casa, pero el comedor es una necesidad. Es algo que no se acaba de entender, pero tenemos derecho a trabajar”, critica.
Por de pronto, las familias afectadas han iniciado una recogida de firmas en el pueblo y han remitido sendas cartas a la delegada territorial de Educación, Blanca Guerrero, y a la viceconsejera del ramo, Olatz Garamendi, donde solicitan “una solución” para que todo el alumnado disponga de este servicio “durante todos los días del curso escolar, o en todo caso no tengan que salir del centro para comer”. La situación, denuncian, “imposibilita la conciliación de la vida laboral y familiar y supone una discriminación por razón de lugar de residencia”. Por ahora, sin respuesta. Como tampoco la había obtenido este periódico al cierre de esta edición al interesarse por este asunto.
La medida. La falta de profesionales, que se deriva de las condiciones laborales del personal de cocina del Gobierno Vasco, obligará al CEP de Nanclares a restringir durante 15 días el acceso al comedor al alumnado que acude al centro en autobús.
Denuncia. Las familias afectadas han comenzado a recoger firmas y han trasladado su queja al Departamento de Educación.
Los afectados, como esta madre, han sugerido medidas como pagar a un cocinero o llevar la comida de casa, “pero han sido rechazadas”.
La técnica de Denon Eskola exige a la Administración vasca “que responda a la demanda” de las familias, ya que la situación “no es justa para nadie”.