vitoria - El dogma de la austeridad parece ir perdiendo peso entre los políticos que dirigen Europa. En Bruselas están dispuestos a gastar para estimular la economía, y con ese fin se lanzó a finales de 2014 el Plan Juncker, que toma su nombre del actual presidente de la Comisión Europea y cuyo pilar es la siembra de 21.000 millones de euros de dinero público -16.000 millones de la propia Comisión y 5.000 aportados por el Banco Europeo de Inversiones-. Los gurús económicos de la UE consideran que esos 21.000 millones se pueden transformar en más de 300.000 mediante la creación de un fondo de inversión atractivo para la iniciativa privada.

Esas inversiones llamadas a reactivar a una Europa aún en estado semicomatoso abarcan diferentes ámbitos, desde la I+D a la economía digital o las pymes, pasando por el transporte, y ahí es donde el nombre de Gasteiz puede volver a sonar fuerte en la Unión Europea. El Gobierno Vasco trabaja para concurrir a esos fondos con el proyecto del BRT de Vitoria, que le costará al Ejecutivo autónomo, el Ayuntamiento y la Diputación unos 55 millones de euros y que, con una cuarta institución implicada, se haría mucho más llevadero para las arcas públicas. En la reunión de la Junta de Portavoces del pasado martes, el alcalde, Gorka Urtaran, trasladó a los grupos la posibilidad de acceder a este fondo, e hizo hincapié en la importancia de añadir el proyecto piloto de la bici eléctrica con el que el gobierno municipal quiere complementar al autobús eléctrico de gran capacidad para vestir mejor la iniciativa.

Ayer Urtaran señalaba que, efectivamente, se trabaja con la idea de concurrir a estos fondos que, al igual que el Plan Marshall que siguió a la II Guerra Mundial, persiguen darle a la Eurozona el empujón que necesita para salir definitivamente del oscuro pozo en el que anda hundida desde hace ya casi una década.

El Gobierno Vasco sabe moverse en las instituciones comunitarias, y Vitoria también. Es una ciudad conocida por su condición de Green Capital, y aprovechando ese tirón se concurrió al programa Horizon 2020 con un proyecto basado de nuevo en la sostenibilidad, la regeneración de Coronación desde el punto de vista de la eficiencia energética, y también con vehículos eléctricos de por medio. El arduo trabajo de muchos meses tuvo su fruto, y en el barrio entrarán ni más ni menos que once millones de euros de Bruselas. La implantación del Bus Rapid Transit sigue esa estela de la sostenibilidad de la que Vitoria es punta de lanza a nivel europeo.

El BRT circunvalará la ciudad, pero el proyecto de movilidad en Vitoria a corto plazo pasa también por la ampliación del tranvía a las universidades, una obra valorada en 11 millones de euros, y la creación de la línea de Salburua, tasada inicialmente en 17 millones de euros. Poco a poco los tres proyectos se van definiendo desde el punto de vista técnico, y ahora la meta del equipo de gobierno es amarrar el máximo consenso posible en la Corporación antes de unas elecciones autonómicas tras la que puede, o no, cambiar el parecer del Gobierno Vasco con respecto a las inversiones en Vitoria.

Por eso ayer Urtaran insistía en pedir a la oposición un apoyo del que por el momento dispone, pero que no estará asegurado al 100% hasta que los grupos conozcan el detalle de lo que se quiere hacer. De momento el estudio sobre la ampliación del tranvía al campus de Álava está sometido a información pública, y en breve se conocerán los documentos relativos al BRT -éste de forma inmediata-, y el del metro ligero a Salburua. “Estamos ante una oportunidad única”, enfatizaba ayer Urtaran, quien remarcaba que, al margen del dinero que se pueda atraer desde Bruselas, el compromiso del Gobierno Vasco en lo relativo a la financiación es pagar el 65% de los gastos, y que el resto lo asuman a medias entre la Diputación y el Ayuntamiento. Es así en el caso del tranvía, porque esa es la fórmula aplicada anteriormente, pero también para el BRT, que va sobre ruedas y no sobre raíles y que por ello no es competencia de Lakua, sino del Ayuntamiento.

El proyecto. El Bus Rapid Transit es un autobús eléctrico de gran capacidad, una especie de tranvía con ruedas, que se empezó a utilizar en los años setenta del siglo pasado en Sudamérica y que a día de hoy se ha extendido por varias ciudades europeas. Gasteiz quiere ser una de ellas, y por ello el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco trabajan en la implantación de una línea periférica de BRT.

La financiación. El BRT forma parte de un proyecto de movilidad más amplio en el que se incluye la extensión del tranvía al campus universitario y la habilitación de una nueva línea a Salburua, así como la definición de una solución de transporte para Zabalgana. En el caso del BRT y las nuevas dos líneas de tranvía el Gobierno Vasco se ha comprometido a sufragar el 65% de las obras. La estimación inicial pasa por la inversión de 55 millones de euros en el BRT, de 17 en la línea de tranvía a Salburua y de 11 millones en la extensión de este medio de transporte a las universidades. Los nuevos tranvías serán más baratos que el actual -costó 100 millones de euros-, entre otras cosas, porque no son necesarias nuevas subestaciones eléctricas.

El alcalde explicó ayer que aunque los porcentajes de financiación del proyecto del BRT no variarán, se estudia la posibilidad de acceder a los fondos del Plan Juncker.

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Millones de euros costará la implantación del Bus Rapid Transit en la capital alavesa.