a medida que la Navidad se acerca, las iniciativas solidarias se multiplican a lo largo y ancho de Gasteiz. Este pasado fin de semana, de hecho, ha sido especialmente prolífico en esta materia en la capital alavesa, que ha asistido a la celebración de distintos mercadillos e incluso una tómbola solidaria en muy pocas horas. Ayer, el polideportivo Divino Maestro tomó este testigo con la celebración de un nuevo zoco que, además, contó con una doble vertiente altruista y de apoyo al pequeño comercio y la artesanía.
Creadores locales y de localidades del entorno como Donostia, Pamplona o Miranda de Ebro, pequeños comerciantes del propio barrio de El Pilar y distintas iniciativas sociales se dieron la mano en el marco de un animado mercado artesano, solidario y navideño que cumplía su segunda edición. “Empezamos el año pasado y nos hemos animado a seguir”, aseguraba Esther Foronda, una de las impulsoras principales de esta iniciativa, artesana y también vecina de El Pilar. “Queremos darle vida al barrio, porque es de gente mayor, y ayudarnos entre todos”, advertía Foronda como doble declaración de intenciones. Muy cerca de ella se encontraba Fátima Loro, creadora de Mis Bellas Fofuchas, quien también ponía en valor una cita que sirve para “empujar” al sector.
La cita arrancó a eso de las 10.00 horas y tardó un rato en animarse, pero fueron decenas los vecinos de El Pilar que aprovecharon la ocasión para darse una vuelta por el polideportivo. Allí fue posible encontrar todo tipo de artesanía hecha a mano, tiendas del barrio en los improvisados mostradores instalados en Divino Maestro, y también colaborar en diferentes iniciativas de corte social como la Fundación Stop Sanfilippo, el colectivo de apoyo a los animales Indar Araba, Tejiendo Vitoria o Cadena de Favores, un movimiento vecinal que ayuda a personas con escasos recursos socio-económicos. “Intentamos volver a lo de antes, a poder tocar la puerta del vecino para pedirle algo, como la sal”, sintetizaba Nekane Arriola, portavoz de este colectivo en Gasteiz. Sus voluntarios recogieron durante toda la jornada donaciones de alimentos no perecederos y productos de higiene personal para familias desfavorecidas de la ciudad.
La cita contó también con distintos talleres infantiles, como un cuentacuentos con Eterna Niña Pehere, otro taller para aprender a hacer jabón y, ya a última hora, la animación musical a cargo de Sergio. Una cita que también quiso apoyar in situ Jon Laburu, presidente del colectivo Vitoria Comercio Justo. “El futuro es cero cuotas, cero subvenciones, que es el lema que tiene nuestra asociación”, aseguraba. Cristina Cid, de Sweet Roses, confiaba también en seguir remontando el vuelo en años venideros gracias a citas como ésta tras pasar ya los años más duros de la crisis. “Hay que pelear mucho, pero se va moviendo. La clave es concienciar sobre lo importante que es apoyar al pequeño comercio”, apuntaba Cid.