gasteiz - Elorriaga no sólo es un pueblo a punto de ser fagocitado por Vitoria sino un pueblo que no termina de librarse del tráfico de entrada y salida de la ciudad por la antigua N-I. Ninguna de las soluciones adoptadas hasta la fecha parece la adecuada para desviar los coches que a diario cruzan por mitad de la localidad. Y la que podría ser la solución definitiva -así lo apunta la Diputación- no tiene visos de ejecutarse a medio plazo porque el vial previsto ha de construirse en un punto de la ciudad que ya ha quedado fuera de la expansión de Gasteiz. De momento, al gobierno de Javier Maroto no le convence el proyecto defendido por sus compañeros de partido en el Gobierno foral, y también por el PNV en el Ayuntamiento. El Plan General de Vitoria ya prevé la construcción de este carril de 250-300 metros que evitaría que los vehículos lleguen hasta Elorriaga. El problema para el gabinete de Maroto es que está en un sector sin urbanizar. “La alternativa no es real, el sector 18 ahora no está en marcha, está sin desarrollar e implicaría expropiaciones”, opinó ayer el concejal de Urbanismo, Miguel Garnica. Así que, de momento, el Ayuntamiento se va a limitar a hacer un estudio de tráfico para saber si a partir de ahora, cuando se abra la conexión con la carretera de Estella, el flujo de vehículos baja o se mantiene. Sin embargo, para el PNV esta medida sigue sin ser suficiente, sigue siendo una solución parcial. Por ello, el edil Álvaro Iturritxa insistió ayer al ejecutivo de Maroto para que se ponga de acuerdo con la Diputación en quién tiene que acometer y financiar el desvío definitivo que aliviaría a los vecinos de Elorriaga.
Mientras tanto, el paso más inminente se dará en pocos días con la apertura de la conexión con la carretera de Estella, que discurrirá por la Avenida de Bruselas y de ahí a la N-104 a través de Elorriaga y Arkaute. Es lo que se acordó en julio con la empresa Yarritu y ha supuesto una inversión de 350.000 euros más. “Hemos ido más allá con una conexión que ni estaba prevista”, defendió Garnica. Para Iturritxa, en cambio, este desvío sólo servirá para aliviar a Elorriaga del tráfico local, de los coches que tienen Vitoria como destino, pero no del tráfico de larga distancia. “Los coches que llegan de la carretera de Estella pero no van al centro de Gasteiz tienen que continuar su trayecto por la N 104 en dirección a Irun. Por lo tanto, cuando lleguen por la Avenida de Bruselas hasta la rotonda elíptica se tienen que dirigir por el centro de Elorriaga hasta la antigua carretera N-I”, explica Iturritxa. Además, para el PNV, la solución planteada por la Diputación -y que no comparte el Ayuntamiento- no sólo evitaría que los vehículos pasen por Elorriaga sino que permitiría derribar el actual puente de la carretera de Estella sobre el río Santo Tomás, culpable en gran medida de las inundaciones que de forma recurrente afectan a Arkaute.
Por ahora, los vecinos de Elorriaga seguirán soportando el ruido y las molestias del tráfico. Por un lado, ya han comprobado cómo la rotonda de la Avenida de Bruselas y Portal de Elorriaga sólo ha traído dolores de cabeza a los conductores. Construida a la salida o entrada de la ciudad por Salburua, esta glorieta elíptica es una de esas obras que dan problemas desde el principio porque, primero, está mal construida, y así quedó demostrado a los pocos días de ser estrenada por camiones y autobuses sin espacio para maniobrar y ciclistas arrinconados por los coches. Y en segundo lugar, no sirve para absorber todo el tráfico que entra o sale de Vitoria. Por otro lado, la nueva conexión hacia Estella les va a librar de parte del tráfico, pero no de todo.
de este a oeste Y del este de la ciudad al oeste, donde los vecinos de Zabalgana y Borinbizkarra esperan que se abra de una vez la conexión entre ambas zonas ahora distanciadas por las vías del tren. A falta de los últimos remates, puesto que la pasarela peatonal ya está colocada, el gobierno de Maroto volvió a insistir ayer en que el puente se abrirá la próxima semana. Como ya avanzó ayer este periódico, las escaleras están terminadas a falta de colocar un forro que se le coloca al hormigón en los laterales, el pavimento echado y esta misma semana se instalará el pasamanos y la iluminación.
Aun así, la pasarela de Borinbizkarra es otra de las reformas que no se libra de los retrasos. El plazo final de obras era septiembre y todavía no se ha abierto a los ciudadanos. Una prolongación de los trabajos que el concejal de Urbanismo justifica. Explica Garnica que el plazo se amplió porque tuvo que hacerse un movimiento de tierras mayor que el previsto inicialmente (180 toneladas en lugar de 155); “importantes” trabajos de diseño de cada una de las piezas y componentes, puesto que se trata de una pasarela que se ha diseñado ex profeso para este lugar, no es una pasarela tipo y, además, se ha trabajado en una zona que está sobre las vías del tren y, por tanto, las fechas las marca Adif, que es quien tiene que dar los permisos para actuar.