El misterio de la carroza sin donativos
MiKel delika reprocha a la cofradía de la virgen blanca que aún no le hayan abonado su trabajo después de un año
el año pasado la Cofradía de la Virgen Blanca estrenó la carroza de los Cinco Misterios por su 400 aniversario después de que en 2011 se le encargara el proyecto a Mikel Delika, maestro vidriero vitoriano. Aquel año la crisis atizaba con fuerza y no hubo dinero para financiar el trabajo. Pese a todo, Delika decidió poner todo lo necesario de su bolsillo para que la carroza pudiera estar lista para la celebración. Antes de empezar a dar forma a las imágenes, firmó un contrato con la Cofradía por el cual se comprometían con éste a pagarle cuando “llegasen donaciones”, según ambas partes. En 2013 el abad de la hermandad, Ricardo Sáez de Heredia, ya explicó a este diario que iría pagando “poco a poco”. Hasta la fecha este maestro vidriero asegura haber embolsado tan sólo 3.000 euros de los 13.600 que le deben, y aunque sabe que la decisión de correr con los gastos fue suya, explica que “no son buenos momentos” para seguir dilatando el pago de un trabajo que él ya ha realizado. Por su parte, el abad asegura que el dinero que se recopile al final de estas fiestas se destinará a pagar a este trabajador. “Ante todo, Mikel es amigo mío; está un poco nervioso porque esta teniendo problemas económicos. Estas fiestas le pagamos”, asegura el abad.
Desde que a Juan Pablo II se le ocurrió introducir una cuarta serie de misterios, la Cofradía de la Virgen Blanca supo que estas imágenes debían incorporarse a su Rosario de los Faroles. La idea surgió por el abad de la hermandad, pero el proyecto tuvo que posponerse porque no había dinero para poner en marcha el proyecto. A pesar de ello, Delika, trabajador autónomo, decidió empezar con los bocetos y hacerse cargo de los gastos. “Una carroza así tenía que estar en el 400 aniversario”, explica. En relación a cuándo iba a cobrar, ambas partes rubricaron un acuerdo que comprometía a la Cofradía a pagar los gastos mediante las donaciones y la publicidad que consiguiesen. “No hicieron mucho esfuerzo por publicitar la carroza, ¿cómo van a conseguir dinero? Me pagaron los materiales, eso sí, y hace dos meses me dieron 3.000 euros, pero eso no cubre todos mis gastos, yo tengo mi plan de vida”, reprocha Delika.
De cualquier modo, este trabajador afea a la Cofradía no haber sabido “o querido” sacar partido de las oportunidades. “Dieron unas cuantas ruedas de prensa, y en una de ellas dijeron, incluso, que la carroza se había podido financiar gracias al esfuerzo de todos los gasteiztarras; de quién era el autor y de que no había cobrado no se dijo nada”, relata apesadumbrado. “Además la Iglesia siempre recibe donaciones, no entiendo como no puede haber dinero”.
Dadas las circunstancias, Sáez de Heredia reitera que en el contrato ya especificaba que el pago se realizaría cuando los donativos fueran llegando y que hasta ahora “no ha sido así”. “El hombre se agobia porque su situación ahora es complicada, pero desde la Cofradía queremos ensalzar el trabajo de este maestro vidriero y con lo que recaudemos este año le pagaremos”, asegura el abad.
Por otra parte, Delika censura a la capital alavesa por no saber apreciar el trabajo de los profesionales de su propia ciudad. “Si esto se hubiese hecho fuera, la obra habría estado más reconocida. No se había hecho nada similar en 100 años. Es algo completamente exclusivo”, proclama. Respecto al proceso de creación, Delika no se quiere atribuir todo el protagonismo, aunque casi todo el trabajo haya salido de sus manos. La carroza engloba todas las técnicas empleadas en los otros misterios: ácido, esmalte, grisellas, encalados... “Trabajé de cara al público a ver si así conseguíamos más donaciones, aunque en todo momento me ofrecí a hacerlo en el anonimato, pero la Cofradía estaba de acuerdo”. “Alrededor de 35 personas pasaron a observar, lo que sujeta mi idea de que no fue publicitado como habría sido necesario”. Respecto a esto insiste en que la Cofradía tan sólo hizo dos carteles “chapuceros” para dar a conocer la nueva carroza y que en la página web la opción de dar donativos no especifica en qué se va a invertir ese dinero. “Así la gente no sabe ni a qué va destinado ”, se queja el maestro.
Que lleguen donativos Sea como fuere, lo que más le duele a este artesano enclavado en la calle Txikita es que, según su propia versión, le mintieran. “Me aseguraron que habían pedido ayuda al Ayuntamiento de la capital alavesa para financiar mi trabajo, y cuando yo pregunté me dijeron que no sabían nada al respecto”, relata. Ahora, ya sólo espera que los donativos lleguen y se reconozca su trabajo y esfuerzo.
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