oOPOSITAR es jugarse el futuro a una carta, quitar horas al trabajo, a la familia y a los amigos para buscar un futuro mejor en una competición sin cuartel. Dicen que los opositores a notario acaban con callos en las posaderas tras años pasando nueve o diez horas en la biblioteca, pero hay casos, como el de los aspirantes a bombero, en que las marcas de la batalla por la plaza pública aparecen por todo el cuerpo. En Vitoria, el próximo año habrá una OPE para dotar de más funcionarios al Servicio de Extinción de Incendios, y por ello centenares de jóvenes estudian y entrenan a tope a la espera de saber qué se les va a pedir en el examen.
En los últimos días se ha levantado una polvareda entre estos opositores, pues el grupo de interinos que ya trabajan en el parque de Vitoria quieren que se puntúe más la experiencia, y quienes aún no trabajan en Agirrelanda dicen pugnar en una situación de clara desventaja. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA ha hablado con representantes de ambos colectivos para conocer en profundidad cuáles son sus inquietudes con respecto al examen que puede cambiar sus vidas para siempre.
Jon, que habla en nombre del Colectivo de Opositores a Bomberos de Euskadi, COBE, ha dado un nombre ficticio porque, según explica, poner la cara para plantear sus reivindicaciones puede tener consecuencias a la hora de examinarse. "La posibilidad de que ésto nos afecte una vez iniciado el proceso son bastante altas. Lo hemos visto en el pasado; muchas veces el tribunal puede meter mano con las pruebas de personalidad, que no puedes contrastar; o poniendo pruebas como conducción, que ellos mismos valoran, y es algo totalmente subjetivo, hemos visto cosas tan raras y tan feas que tenemos miedo", afirma en el inicio de su exposición.
Este grupo de aspirantes a bomberos, que se presenta a todas las oposiciones que salen de Madrid hacia el norte, reclama principalmente "transparencia e igualdad", de tal forma que se cumpla el precepto constitucional de que todo ciudadano puede acceder a la Función Pública "en términos de igualdad, mérito y capacidad", señala Jon. ¿No se dan estas circunstancias en las oposiciones a bombero? Jon cree que no.
"Vamos a ser el colectivo más numeroso, de aproximadamente 1.000 o 1.500 personas que se presentarán 100 o 200 serán interinas de todo Euskadi, pero el resto van a ser opositores de a pie, como yo, somos el colectivo más amplio con muchísima diferencia, quizá el 90% del total", indica Jon, y pese a ello "no tenemos voz, nadie nos representa ni nos defiende, y siempre somos los perjudicados en este tipo de procesos". Jon explica que a la hora de redactar las bases de la OPE de 2014 el Ayuntamiento de Vitoria y los sindicatos negocian los términos de las bases y "tratan de arrimar el ascua a su sardina", mientras los opositores que aún no trabajan en el parque "tenemos que estar esperando a ver qué se aprueba al final para prepararlo".
Por otro lado, y ante la reivindicación del cabo Eduardo Delgado en este mismo medio de que las pruebas físicas previstas en los borradores son excesivamente duras, en COBE niegan la mayor y aseguran, al contrario, que en 2006-2007 fueron las más sencillas del Estado, y que todo indica que el año que vienen serán similares.
"Es un tema muy peliagudo, muchos de los interinos que entraron en 2006 y 2007, no todos, porque conozco a interinos de Vitoria que llevan mucho tiempo preparándose y no van a tener ningún problema para sacar la plaza, pero sí un porcentaje muy importante, se han acomodado", afirma Jon. Según este aspirante a bombero, muchos de quienes entraron en Agirrelanda en 2007 "ni se han preparado ni se han cuidado, y ahora quieren que les regalen prácticamente la plaza". Jon entiende "lógico" que en el parque quieran consolidar a quienes ya trabajan allí, pero entiende que ello supone "cerrar las puertas" a personas que tienen derecho a competir en igualdad de condiciones. "Según los borradores para 2014 suspender porque estás mal físicamente es imposible, puedes sacar mejor o peor nota, pero no suspender, y esto es muy importante porque si alguien ha sacado un 5 y yo he sacado un 9 porque he estudiado y he entrenado, ese señor o señora va a trabajar antes que yo". De hecho, en 2007 Vitoria fue el único parque que no exigió el emblemático y dificilísimo ejercicio de la cuerda -trepar varios metros por una soga con la única ayuda de los brazos-, y parece que en 2014 puede volver a ocurrir.
"Es muy complicado de preparar, necesita fuerza, agilidad y coordinación; yo peso casi 90 kilos y cuando empecé a prepararlo no subía un metro, ahora lo he conseguido y no soy ningún superhombre, lo que pasa es que llevo tiempo preparándolo. Este ejercicio con dos meses o tres no lo haces. Necesitas seis, ocho o nueve, pero si lo preparas lo consigues", afirma Jon.
Así, por un lado, explican en COBE, se quiere establecer una prueba física sencilla, y por otro se quiere premiar excesivamente la experiencia. "Es algo común en todas las oposiciones, normalmente siempre se premia mucho a los interinos, y hasta cierto punto puede ser lógico porque es gente con experiencia, pero la experiencia se puede adquirir una vez has empezado a trabajar. Si esto fuera así en el mundo privado nos encontraríamos con que los recién licenciados nunca podrían tener acceso al trabajo", explica el aspirante a bombero.
Jon señala que en Vitoria esa experiencia se reconoce con un 5% de los puntos totales, un premio que en COBE aceptan como justo, pero creen que no debe haber más recompensa que esa. "Yo me he presentado a 6 o 7 oposiciones, y sé que este 5% de partida es la diferencia entre conseguir plaza y no conseguirla, si hay quince puestos en juego, la diferencia entre el 15 y el 16 suele ser de décimas, con este 5% ya lo consigues", asegura. "Nos parece bien incluso partir con ese 5% menos de la experiencia, pero en el resto que nos dejen presentarnos en igualdad, que nos dejen intentarlo, también para nosotros muy importante", concluye.
Desde dentro del parque Iker Tapia y Aintzane Argaiz, bomberos interinos del parque de Vitoria, y que hablan en nombre de un total de 63 compañeros en la misma situación, opinan lo contrario. Creen que la experiencia está poco valorada en la OPE. Creen además, y aquí coinciden con Jon, que el test psicotécnico es injusto y está sobrevalorado, y consideran también que las 14 plazas que van a salir a concurso no van a solucionar ni la mitad del problema.
En lo relativo al test psicotécnico, Aintzane e Iker consideran un error valorarlo en un 22% del total, cuando es "totalmente subjetivo". En ese sentido, Iker explica que en Navarra dos examinadores evaluaron las mismas preguntas en una oposición, y "a igualdad de respuestas uno valoraba con un 6 y otro con un 8".
Por otro lado, según un informe emitido por dos psicólogos del cuerpo, el entorno en el que se realiza ese examen psicotécnico no se asemeja al que vive un bombero en su trabajo diario, y por ello propusieron que la evaluación se realizara de forma continua durante la estancia en la academia, en busca de resultados más justos y objetivos. Tal y como se pretende realizar, explica Iker, "al final la criba la realiza el Ayuntamiento, y si desde un inicio tenían una idea... atas cabos y sacas conclusiones".
En lo relativo a las pruebas físicas, Aintzane e Iker no entran en si deben ser más o menos duras, pero sí creen que "están desajustadas a las necesidades" existentes. En todo caso, no es ese "el principal caballo de batalla" de los interinos, no es al menos tan importante para ellos como la valoración de la experiencia. Los dos bomberos vitorianos explican que en Gasteiz se dedican a formar profesionales durante años y que, a la vista de cómo se valora su bagaje, deciden opositar en otros parques. "La puntuación máxima es el equivalente a la prueba de correr, o menos", señala Iker. Aintzane recuerda, en ese sentido, que en Bizkaia la experiencia se valora con un 18%, frente al 5% de Álava.
Según estos dos profesionales, hacer un bombero cuesta "entre 12.000 y 15.000 euros, entre ropa, formación académica, continua, y una academia de acceso que también vale mucho. Todo ese dinero -señala Iker- se pierde en el limbo cuando no das estabilidad a esas plazas y la gente, es lógico, acaba yéndose a otros parques a encontrar trabajo".
Al final, la clave para acertar con la prueba más justa, tanto en lo físico como en lo psicotécnico como en lo relativo a la experiencia, pasa por "acercarse por el parque para hacer una valoración de cuál es nuestro trabajo, qué medios tenemos, qué hacemos, qué implica cada intervención; es algo tan fácil como ir allí y verlo", afirma Iker. "Nadie de esa comisión técnica ha pasado por allí para ver una maniobra in situ, o pruebas de equipo", añade Aintzane.
Luego está el tema de las plazas. En un parque con 63 interinos, en el que tras el próximo verano habrá 37 vacantes, salen 14 puestos de funcionario. "Nos encontramos con que has desperdiciado una OPE, no cubres ni el 50% de las plazas", concluye Iker.