Vitoria. Las caras de decepción de Beatriz Martínez de Antoñana y de Gotzone Redondo, las madres de alumnos de la ikastola Ibaiondo que ayer participaron en el turno popular del Pleno municipal vitoriano, lo decían todo. Por fin, los miembros del AMPA pudieron intervenir públicamente ante los grupos municipales para expresar su exigencia de que se cumpla la ordenanza de antenas en Vitoria, y PSE, PNV y EH Bildu aprobaron una moción que, a propuesta de la coalición soberanista, pretende regular la radiación electromagnética en Gasteiz. Pero,
a efectos reales poco o nada se avanzó, pues las mociones municipales no son vinculantes y el equipo de gobierno ya dejó claro ayer que no piensa hacer nada más al respecto.
Es más, del inicial tono reivindicativo y hastiado de las madres y la vehemencia del alcalde se derivó a un bronco intercambio de palabras con Maroto y la concejala de Medio Ambiente, Idoia Garmendia, que demuestra, por otro lado, que en el PP vitoriano el asunto de Ibaiondo empieza a molestar.
Los padres y madres volvieron a llevar a sus hijos al colegio tras obtener en verano la promesa institucional de que se actuaría, pero tras la clausura de la antena ilegal de France Telecom -que ayer a las siete de la mañana figuraba como activa en la página del Ministerio de Industria- en algunas aulas y zonas del patio del centro las radiaciones siguen exactamente igual, superando con creces los 0,1 microvatios por centímetro cuadrado que recomienda la Unión Europea.
"Todos nos dijeron que se iba a hacer algo y estamos igual", se lamentaba Martínez de Antoñana, quien dirigió varias preguntas al alcalde en busca de respuestas. Y obtuvo respuesta a prácticamente todas menos a una, la de si el Consistorio hará cumplir la ordenanza, la única arma efectiva en su mano para reducir las emisiones. Maroto, que en primera instancia rehusó intervenir apelando a su condición de moderador del debate, terminó por hacerlo para afirmar que si modifica la ordenanza para prohibir emisiones superiores a los 0,1 microvatios Gasteiz chocará con una ley superior y la norma quedará anulada.
Aseguró que también hay expertos que apuestan por el imposible de eliminar totalmente la telefonía móvil de nuestras vidas, y mostró su total confianza en los expertos de Osakidetza que no han clausurado el centro de forma preventiva ante un eventual peligro para las niñas y niños -aunque sí recomiendan alejar las antenas-. También se mostró favorable a cambiar la Ley estatal, pero afirmó que hoy por hoy es "materialmente imposible combatir lo que dice la Ley con una recomendación". Añadió Maroto, a modo de ejemplo: "Yo puedo recomendar a los usuarios de bicicletas que no usen la acera, pero hasta que no haya una ordenanza no puedo obligarles".
La cuestión es que en este caso sí hay una ordenanza que en su artículo 7.1 especifica que sólo puede haber un mástil y un operador por cada portal, y un máximo de cuatro antenas. A día de hoy, en el tejado del Gran Hotel Lakua hay dos mástiles y tres operadores, con lo cual dos de ellos no pueden estar allí según las normas del propio Ayuntamiento gasteiztarra.
Maroto no aludió a este hecho objetivo, pero sí lo hizo Garmendia, quien aseguró que la ordenanza se cumple porque se abrió un expediente a Movistar en 2012, porque el pasado mes de julio se descubrió -los padres ya lo sabían- que había otro mástil ilegal que hace unos días se clausuró, y porque en febrero se prohibió a Vodafone y Movistar compartir soporte. "Lo siento mucho, es lo que hay", zanjó Garmendia.
Ante este panorama, Gotzone Redondo advirtió a Maroto de que esta cuestión empieza a perjudicar a todo el mundo, "los primeros nuestros niños", pero también a ellos mismos, sometidos a un terrible desgaste; al Gran Hotel Lakua, que pierde clientes; y al propio alcalde. "Seremos los primeros en aplaudir su actuación si los niños pueden ir tranquilos a la ikastola", concluyeron las madres, que en breve se reunirán en privado con el primer edil.