Vitoria. Cuando el tráfico se esconde en el subsuelo, el debate surge a la superficie. La propuesta del alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, de soterrar el tráfico privado en la rotonda de América Latina ha pasado algo desapercibida ante la polémica actual en torno al BAI Center, pero no para los vecinos del entorno. Portavoces vecinales de Arriaga, Lakua, El Pilar y Zaramaga repasan los pros y los contras de esta solución circulatoria. La mayoría aplaude la posibilidad, pero también evidencia su suspicacia sobre cuándo se llevará a cabo. Y este tema tampoco se salva de las críticas al complejo del auditorio: los consultados aseguran que solventar el caos circulatorio debió ser una prioridad, y no el recinto cuyas obras ya han arrancado en la plaza de Euskaltzaindia.
El alcalde presentó hace algo más de una semana el proyecto de la rotonda soterrada: el equipo de gobierno recuperó la posibilidad de soterrar el tráfico privado en América Latina para así dejar la superficie al transporte público -autobús, tranvía y taxi- y el peatón. La medida se incluye entre las alegaciones del Ayuntamiento de Vitoria al soterramiento; permitiría solventar el caos de la confluencia de las calles Honduras, Portal de Foronda, Bulevar de Euskal Herria y Juan de Garay; y crearía un nuevo espacio peatonal que vincularía la estación de autobuses de Arriaga y el BAI Center. Pero la idea, de la que se presentaron las primeras imágenes, no cuenta por el momento con presupuesto ni plazos.
Estas dos ausencias marcan la valoración de las asociaciones vecinales de la zona. Las cuatro entidades se ponen de acuerdo al hablar de la propuesta como un "globo sonda" lanzado antes de las elecciones municipales. Todos, de hecho, coinciden en que el tráfico en América Latina requiere ya una solución y la mayoría cree que soterrar parte de la circulación puede ser la solución, pero ven pocas realidades y sí muchas hipótesis en esta operación.
El portavoz de la asociación vecinal Ipar Arriaga, Ángel Lamelas, echa en falta los informes técnicos que "aseguren que esta posibilidad es viable". Este representante duda no sólo por la operación del soterramiento, sino sobre todo por el colector de aguas ubicado en la zona -que hace seis años obligó a cortar el tráfico- y que añade dificultad a la actuación. Si los técnicos dan su visto bueno, Lamelas cree que por fin se habrá iniciado el camino para solventar el "caos" de este nudo circulatorio. Eso sí, se preguntó por qué si se tenía en mente plantear este proyecto se realizaron recientemente unas obras para facilitar la parada del autobús en este punto.
"La ciudad levantada" "Será que el alcalde tiene muchos millones para hacer proyectos como éste", lamentan desde la asociación de Lakuabizkarra Gorbeia Auzokideak. La entidad recuerda que "por algo llaman a Vitoria la ciudad levantada. Siempre estamos en obras". Por lo demás, se resisten a valorar un proyecto que "no está ni bien ni mal" y del que no han sido informados directamente, porque "quizá en el futuro nos salen con otra cosa". Las dudas son evidentes. En cualquier caso, estas fuentes sostienen que "igual este proyecto debía haber sido prioritario antes que el auditorio".
La asociación vecinal de El Pilar Gure Auzune realiza una valoración similar. Su portavoz, Ángel Mesón, cree que la necesidad de actuar en América Latina "resulta evidente hoy por hoy", así que con la llegada de las estaciones -la de autobús y, en el futuro, la ferroviaria-, ve claro que esta obra "es más importante que gastarse el dinero en el BAI Center". "Esta actuación ya debía estar presupuestada pero, como no figura en las Cuentas municipales de este año, entiendo que habrá que seguir esperando", lamenta Mesón, quien insiste en que el anuncio del alcalde ha dejado a los barrios de la zona "a la expectativa".
Desde Zaramaga, mientras, recuerdan el momento que ha elegido el equipo de gobierno para presentar este proyecto. "Es una idea bonita, pero no se puede soltar un proyecto dejándolo en el aire. Lo importante es llevarlo al papel", señala el portavoz de Iparralde Zaramaga, Fernando Cuesta. Este representante vecinal cree que "la filosofía de soterrar el tráfico en zonas conflictivas suena bien", pero otra cuestión es si luego es viable. Y, por si acaso, cree que podrían estudiarse alternativas como desviar el tráfico a otras zonas -"ya se hace cuando esta parte está en obras"- o, por ejemplo, soterrar la circulación en otro punto conflicto: la Avenida Gasteiz. Eso sí, los vecinos insisten en que éste no es un momento para ponerse a soñar, y sí para plantear realidades.