Cinco formaciones -desde conservadores y liberales al progresista Partido Pirata- han sellado hoy en Praga un acuerdo de Gobierno con un objetivo común: desalojar del poder al primer ministro en funciones, el populista Andrej Babis. Agrupados en dos grandes coaliciones, Spolu (Juntos) y Piratas-Alcaldes, esas formaciones opositoras obtuvieron 108 escaños en la cámara baja de 200 diputados en las elecciones del 8 y el 9 de octubre.

El futuro primer ministro será el conservador Petr Fiala, líder del Partido Democrático Cívico (ODS), que relevará a Babis, el magnate agroindustrial que estuvo en el poder los últimos ocho años y sobre quien pesan sospechas de fraude con fondos comunitarios y diversos conflictos de interés. Fiala, un historiador y politólogo de 57 años que ha pasado una larga temporada en la oposición, ha conseguido aunar una coalición tan diversa con un estilo dialogante y la búsqueda de consensos.

El programa de Gobierno prevé aumentos de pensiones y salarios públicos, contener la deuda y revisar las relaciones con Rusia y China, dos potencias con las que República Checa ha tenido serias diferencias. El Partido Pirata, que tiene entre sus señas de identidad una decidida defensa de los derechos humanos y la democracia, asumirá la cartera de Exteriores, lo que además puede afectar a las relaciones con el Grupo de Visegrado, que República Checa integra junto con Polonia, Hungría y Eslovaquia.

Los Piratas han criticado en numerosas ocasiones al primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, mientras que los conservadores de Fiala han adoptado un tono más conciliador.

A LA ESPERA DE ZEMAN

Para que el pacto de hoy se materialice en un Ejecutivo, es necesario que el jefe de Estado, Milos Zeman, que está aún ingresado en un hospital por una seria deficiencia hepática, dé el visto bueno a la propuesta de ministros que presente el conservador Fiala.

Ambos líderes se vieron el pasado día 6 en una videoconferencia, en la que Zeman aseguró que no ve problemas con el pentapartido, aunque sí que podría cuestionar algunos nombres propuestos por el conservador. El democristiano Marian Jurecka, que parece que será el futuro ministro de Trabajo, señaló que espera que el nuevo Gobierno asuma funciones antes de Navidad.

PROGRAMA DE GOBIERNO

Después de cuatro semanas de negociaciones, la coalición se ha fijado doce prioridades en su programa de gobierno, entre ellas poner freno al endeudamiento, que casi se ha doblado desde 2019, al pasar la deuda pública del 30% al 50% del PIB.

Una tendencia que se ha debido en parte a los gastos generados para apoyar al empresariado y combatir el desempleo durante la crisis desatada por la pandemia de la covid, aunque la oposición política -que ahora asume las riendas- ha criticado como derroche mucho de ese gasto. También se quieren revisar las relaciones con Rusia y China pese a la posición de Zeman, gran abogado de la diplomacia económica con Moscú y Pekín, algo que levantó muchos recelos en Praga.

"Renovamos la tradición de una política exterior 'haveliana', incluido el apoyo a la cooperación al desarrollo", se dice en el acuerdo, con una mención explícita al expresidente y dramaturgo Václav Havel, paladín de los derechos humanos y la democracia. La reciente visita a Praga del ministro de Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, fue muy criticada por China, que amenazó a República Checa con consecuencias si no variaba su política de aproximación a esa isla que Pekín considera una provincia rebelde.

Con Rusia las relaciones tampoco pasan por el mejor momento. El pasado abril el Gobierno checo acusó a los servicios secretos rusos de estar detrás de la explosión de dos polvorines en su territorio y expulsó a 18 empleados de la embajada rusa y obligó a reducir el número del personal total acreditado. La contrainteligencia checa ha demandado que no se permita a empresas rusas y chinas participar en licitaciones estatales porque suponen un peligro estratégico para el país centroeuropeo.

República Checa ha vetado a la empresa estatal rusa Rosatom del concurso para ampliar una central nuclear para reducir la dependencia de Moscú, mientras que ha eliminado a empresas chinas del desarrollo de su red de 5G.

DESAFÍOS

Además de un déficit fiscal que se espera que supere el 7 % de este año, el nuevo gobierno deberá gestionar el aumento de los precios de la energía y, en general, de la inflación, así como una nueva ola de covid y el impacto de las políticas climáticas de la Unión Europea (UE).

El pentapartido seguirá dando prioridad a la energía atómica y quiere que Bruselas la reconozca como limpia, al mismo tiempo que quiere impulsar la energía solar con la instalación de paneles en al menos 100.000 casas hasta el final de esta legislatura.