- Como reconoció ayer la propia consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Induráin, “las dos próximas semanas, con los actuales índices de ocupación hospitalaria y de incidencia de contactos, van a ser muy complicadas”. En este sentido, en una comisión de Salud del Parlamento para informar sobre la situación actual de la pandemia de la covid-19 en la Comunidad Foral y las medidas contempladas para su contención, señaló que esta misma “semana se va a proceder ya a algunas desprogramaciones de actividad de cirugía no urgente”, si bien, “en cualquier caso, se tratarán de acciones graduales, que serán informadas a los afectados y que protegerán siempre lo no demorable”. Una comparecencia en la que el director general de Salud, Carlos Artundo, se dirigió a los distintos grupos del arco parlamentario para explicarles que “estamos en un momento muy delicado, tremendamente complicado, y lo tenemos que afrontar todos juntos, porque es la única manera de conseguir unos resultados mejores”. Tras reconocer que “estamos implantando medidas tremendas”, afirmó que, “si no funcionan, igual tenemos que llegar a situaciones más duras de confinamiento; ojalá no sea así, pero no hay que descartar nada”.

Y es que, como apuntó la consejera, “estos altos niveles de incidencia que estamos viendo” se traducirán, con el correspondiente intervalo temporal de un par de semanas, en “un incremento de la presión asistencial. No podemos permitir que siga subiendo el número de contagios porque en los niveles de ocupación actuales, además de patologías covid con efectos graves (UCI, fallecimientos...) pueden tener efectos sobre la actividad ordinaria no covid, que se había empezado a recuperar y que es fundamental también para toda la ciudadanía por otras enfermedades y como causa de mortalidad”. Por ello, reiteró que “hay que reducir a mínimos la interrelación social y la movilidad para cortar la transmisión del virus”.

Tras mencionar que “una detección precoz del virus es vital para su control”, Induráin valoró que Navarra hace más de 3.500 PCR diarias con una tasa de pruebas por 100.000 habitantes que sitúa a la Comunidad Foral “a la altura de los países más punteros de Europa”. “Llegamos a una trazabilidad de hasta el 70% de los positivos que podemos ligar como contactos de casos o brotes”, indicó, para señalar después que “en breve se irán añadiendo nuevos efectivos “ a las labores de rastreo y pruebas PCR.

La consejera también reiteró que la próxima semana se va a generalizar en toda la red de Atención Primaria el uso de los test de antígenos, un paso “importante porque se acortan más los plazos desde la detección a las medidas de aislamiento y rastreo, y porque se va a poder descargar en parte la presión sobre las líneas de toma de muestra y laboratorio de PCR, eje clave que se va a seguir combinando con los antígenos”. Además, anunció que a mediados de noviembre se va a realizar, en colaboración con el Ministerio, un nuevo estudio de seroprevalencia.

Por su parte, Artundo pidió disculpas por “los errores que hemos cometido y que seguro que seguiremos cometiendo, pero hay que tomar decisiones incluso a riesgo de equivocarnos”. Ahora, concluyó, “tenemos que esperar dos semanas -para ver el resultado de las medidas- y, si no hay resultados, habrá que retomar medidas más duras, sean en el ámbito de la educación o lo que tenga que ser, hasta un confinamiento más duro”.