El PP vuelve a respirar en Catalunya. Los de Feijóo, con Alejandro Fernández como candidato, absorben todo el espacio de Ciudadanos -que desaparece de la tierra que les vio nacer en 2006- y recuperan la primera posición como fuerza hegemónica de la derecha. Los populares firman 15 escaños que, en realidad, no les sirven para decantar ninguna balanza y les deja prácticamente sin influencia en el Parlament. Pero la marca necesitaba un buen resultado porque venía de sus peores resultados: apenas tres escaños en 2021 y muy opacados por la ultraderecha de Vox. “El PP está aquí, más fuerte que nunca, para atender los problemas reales de la ciudadanía frente al PSC obesionado con resucitar a los independentistas”, celebró ayer, muy temprano, la candidata del PP para las europeas y mujer fuerte de los populares en Catalunya, la exministra Dolors Monserrat. Un mensaje que pasadas las diez y media de la noche completó el candidato, Alejandro Fernández, casi eufórico. “Hace tres años tocamos fondo”, arrancó. “Supimos reaccionar. No es tan evidente. Hay partidos que desaparecen, ocurre en toda Europa”, reflexionó, antes de coger su resultado por una lectura cuanto menos curiosa: “Hoy aquí hemos dado un paso de gigante para el cambio político de Núñez Feijóo en Moncloa”.
Ahora dan el sorpasso a los de Abascal: crecen en votos y en porcentaje, con siete puntos más. Lo hacen a costa, en parte, de la desaparición de Ciudadanos: Carlos Carrizosa, uno de los supervivientes de la época de Albert Rivera, no logra ni siquiera el escaño por Barcelona con el que soñaba el navarro Carlos Pérez-Nievas, ahora secretario general interino del partido. La imagen más cruel, pero que mejor describe el drama de Ciudadanos, es que les ha ganado el Pacma.
“Hace tres años tocamos fondo. Supimos reaccionar y hemos dado un paso de gigante”
El suelo de vox, atornillado
Párrafo aparte merece el resultado del PP en comparación con el de Vox. El PP quintuplica escaños y, aún así, no logra meter mano a la ultraderecha. El pulso que ambas fuerzas mantuvieron toda la noche deja una lectura interesante: que Vox ya no es un fenómeno coyuntural en Catalunya. Saca exactamente los mismos resultados que en 2021, como ajeno a todos los cambios políticos desde entonces. Vox ha seguido la estela de otros partidos similares en Países Bajos: se ha refugiado en el discurso anti inmigración y anti ocupación, con el grueso de los escaños -7 de 11- en la provincia de Barcelona. “Vamos a seguir denunciando el creciente islamismo, la creciente inseguridad y la falta de prosperidad”, avanzó Ignacio Garriga, candidato. El PP no ha podido -o no ha sabido- pescar en ese caladero.