- Más de la mitad de los presos de ETA siguen cumpliendo su condena en cárceles lejos de la CAV y Nafarroa. En la antesala de la clásica protesta de Sare contra la excepcionalidad penitenciaria -que otro año más volverá a ser una concentración descentralizada por culpa del covid-, los datos actualizados a diciembre de 2021 de la situación de los presos de la organización arrojan una realidad: que la dispersión sigue muy presente. Los progresivos acercamientos decretados por Interior desde 2018, fecha en la que Pedro Sánchez accedió al poder, han modificado totalmente el mapa (ya sin presos en las cárceles andaluzas) pero siguen trazando una ruta demasiado alejada del “kilómetro cero” que suponen la CAV y Nafarroa, según la terminología que utilizan las asociaciones de apoyo a los presos y sus familias.

Los datos a diciembre de 2021 son estos: siguen en las cárceles 194 presos vinculados en mayor o menor medida con el colectivo de presos de ETA, el conocido como EPPK. De ellos, 27 son mujeres y 168 son hombres, sin que se pierda de vista que la pequeña Izadi -la hija de los presos Iñigo Gutiérrez y la navarra María Lizarraga- todavía vive con sus aitas en el módulo familiar de la cárcel de Aranjuez.

Tras la recientísima libertad condicional para Asier Bengoa -preso en Zaballa-, hay 83 reclusos en cárceles de aquí. Pero 90 cumplen sus penas en prisiones fuera del “kilómetro cero” de Euskal Herria, a entre 150 y 400 kilómetros de distancia (el 5% está en cárceles madrileñas, que ahora son las más lejanas del Estado). Y un grupo nada desdeñable de 21 presos está en cárceles del Estado francés, tres de ellos en los alrededores de París y uno en Rennes.

Es decir, más de la mitad de los presos sigue viviendo muy lejos de la Comunidad foral y la CAV. Es una realidad patente cuando se va a cumplir el cuarto año de la llegada de Sánchez al poder, con el que se han dado más pasos de cara al fin de la dispersión. Pero, como mucho, puede hablarse del fin de la dispersión dura, esa que mantenía a presos alejados a mil kilómetros de sus casas. Las cárceles andaluzas de Albolote o Puerto III han formado parte durante décadas de la realidad cotidiana de los familiares de los presos -16 personas han muerto en visitas a prisión en los últimos 20 años y son centenares los accidentes-, y su vaciado ha supuesto un alivio evidente para familiares y presos.

Pero los progresivos acercamientos -que en estos cuatro años se han producido en un goteo semanal, sin previo aviso y con mucha incertidumbre- se han decretado a cárceles cercanas a la CAV y Nafarroa, pero no propiamente a las de Zaballa, Basauri, Martutene o Iruñea. Es algo que han denunciado tanto Sare como Etxerat, que además recuerdan que todos los penales vascos tienen sitio suficiente como para acoger a los presos de ETA.

En ese contexto, llama la atención que ahora el grueso de presos se concentre a las puertas de Euskadi (Logroño y El Dueso, principalmente), pero no dentro de las mugas vascas. Quizá por eso este año la marcha anual de Sare, que suele congregar a miles de personas en Bilbao, iba a estar centrada en el fin total de la dispersión y la excepcionalidad penitenciaria cumplida ya la década del alto el fuego definitivo, y posterior disolución, de ETA.

Pero, otro año más, el covid ha impedido la cita. Y ya son dos años seguidos en los que la crisis sanitaria ha hecho que los organizadores hayan optado por el formato de la nueva normalidad, esta vez obligado por ómicron: deslocalizar la marcha y llevarla a los pueblos y ciudades (entre ellas las tres capitales de la CAV, Iruñea y Baiona), que acogerán esta tarde concentraciones, casi todas a las 17.00, para pedir el fin de esta situación para los presos.

Humillación a las víctimas. El PP ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado las “más de 200 manifestaciones” que la red ciudadana de apoyo a los presos de ETA Sare ha convocado para esta tarde en la CAV y Nafarroa. La portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, informó en su cuenta de Twitter de que su partido ha ampliado la denuncia que ya presentó el pasado 28 de diciembre por el recibimiento organizado en Iruñea a Ignacio Etxeberria Martín. Criticó las manifestaciones de hoy “en favor de los presos de ETA que humillan a las víctimas” y pidió a la Fiscalía que ordene diligencias de investigación sobre esas convocatorias. “No cabe la pasividad ni el silencio cómplice”, concluyó Gamarra.