Francia, líder europeo en producción agrícola, ha incitado a comenzar una “guerra” contra los pesticidas como los de la multinacional Monsanto, condenada el viernes a indemnizar con 289 millones de dólares al jardinero Dewayne Johnson, quien asegura que el cáncer terminal linfático que padece se debe a su exposición a un producto de la multinacional que contiene glifosato.

Las explosivas críticas de Nicolas Hulot, ministro de Ecología y número tres del Gobierno de Emmanuel Macron, contra la multinacional estadounidense Monsanto, adquirida el pasado junio por la alemana Bayer, han puesto al orden del día el polémico debate sobre la conveniencia de usar herbicidas con glifosato.

“Monsanto Bayer no tiene, en ningún caso, como objetivo el bienestar de la humanidad”, pero sí “el de sus accionistas”, denunció Hulot, en declaraciones difundidas por el canal televisivo BFMTV.

Hulot, cuyo Gobierno encabezó la oposición en la Unión Europea al glifosato, pidió librar “una guerra todos juntos” para combatir “las partículas peligrosas” para la salud, y demandó actuar antes de que se produzcan más muertes.

La meta de Monsanto es “capitalizarse (...) con los recursos alimentarios del planeta”, denunció Hulot, uno de los personajes políticos más populares de Francia por su pasado en la televisión como presentador de programas sobre medio ambiente.

El político francés se preguntó, además, “cómo se pueden conceder créditos” a empresas que encaran “el peor rostro del imperialismo”. “Las multinacionales son fuertes porque nosotros somos débiles”, agregó.

Las manifestaciones telefónicas de Hulot encontraron una rápida respuesta de la parte del presidente de Bayer en Francia, Frank Garnier. “Bayer está convencido de que el glifosato no supone un peligro para la salud humana cuando se usa de acuerdo con las recomendaciones de uso”, aclaró Garnier, cuya réplica la hizo también en “BFMTV”.

La incitación a librar “todos juntos una guerra” contra los pesticidas evocada por el ministro francés no cayó bien en Bayer-Francia, que consideró esa palabra “fuerte”.

“Estos productos son objeto de una evaluación sistemática de todas las agencias sanitarias del mundo, especialmente la europea y la francesa”, sostuvo el representante de la multinacional alemana, quien juzgó que los pesticidas y herbicidas son esenciales para los agricultores.

Discrepancias Existen discrepancias científicas sobre el glifosato. Según algunos estudios, entre ellos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un perturbador endocrino y una “probable” sustancia cancerígena, opinión no compartida por las autoridades científicas europeas (ECHA y EFSA) y las de otros países como Estados Unidos , Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón.

El sector de la agricultura en Francia se estima en 78.800 millones de euros (en torno al 3,5 % de la riqueza del país) y es el motor del sector en Europa, por delante de Alemania, Italia y España.

El Gobierno galo se comprometió a acabar con el glifosato de aquí a tres años, siempre y cuando se encuentren alternativas, mientras que en la Unión Europea (UE) se renovó a finales de 2017 por cinco años el uso de ese producto en una polémica votación.

Francia, que ha prometido acabar con esa sustancia en tres años, se opuso a esa renovación junto a ocho países más, mientras que otro grupo de países, entre ellos España, se mostró favorable a la misma.

La dependencia del glifosato es notable en Francia: se estima que unas 9.000 toneladas se usan cada año, 7.000 para fines agrícolas y 2.000 para los jardines.

El principal sindicato de los profesionales de la agricultura, la Federación Departamental de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FDSEA), ha sido una de las voces opositoras a la retirada inmediata del glifosato, pues, a sus ojos, les debilita en su competencia con otros Estados de la UE que sí usan este herbicida.

Otro sindicato agrícola francés, la Confédération paysanne, saludó la histórica decisión judicial, pero conminó a Macron a que se haga una transición de una agricultura actualmente “apoyada de los químicos” a otra que no lo esté. “Tenemos que tener los medios para abandonar los pesticidas, de dejar esa dependencia”, demandó en la radio Europe 1 el dirigente Laurent Pinatel, quien alertó que esos productos están “matando” a los agricultores.

Aplauso de Los Verdes La satisfacción de las organizaciones medioambientales y partidos como Los Verdes la compartió también el agricultor Paul François, icono en Francia del combate contra Monsanto, autor del libro Un paysan contre Monsanto. “La decisión estadounidense no hará jurisprudencia en Francia, pero los abogados podrán servirse de la argumentación de la acusación”, sostuvo François. La socialista Ségonèle Royal, ministra de Ecología entre 2014 y 2017, también se felicitó por la decisión de la Justicia estadounidense. “Cuando era ministra choqué bastante contra los grupos de presión (lobby). Logramos que los pesticidas se prohibiesen en los jardines públicos y en las escuelas, pero todavía se usa mucho en la agricultura”, constató Royal, en declaraciones publicadas ayer en el diario Le Parisien. - Efe